La feria de 1971 constó de 17 festejos. Una corrida de rejones abrió el abono y lo cerró otra que fue concurso de ganaderías. En algunos de los festejos de lidia a pie se incluyó la actuación de un rejoneador. Para el 22 de mayo se anunció un novillo de Fermín Bohórquez para que fuera rejoneado por él, y seis toros de la vacada mexicana de San Miguel de Mimiahuapan, del estado de Tlaxcala. Los encargados de dar cuenta de ellos eran ‘Victoriano Valencia’, el mexicano Antonio Lomelín y José Luis Parada. Los toros aztecas se habían anunciado el año anterior pero no pudieron ser lidiados por problemas de aclimatación. Esta ganadería había corrido sus reses por primera vez en la plaza Rancho Seco, del Distrito Federal, el 28 de abril de 1949. Fue en una novillada en la que participaron seis noveles. Debutó en la Monumental Plaza México, 10 años después, el 12 de abril de 1959. Se jugaron en tal ocasión seis toros de los que dieron cuenta Jorge Aguilar ‘el Ranchero’, Antonio del Olivar y Fernando de los Reyes ‘el Callao’.
En Las Ventas el primero en saltar al ruedo fue ‘Hermano’, herrado con el número 21, negro zaíno de pinta y de 522 kilos. Fue un toro largo de hechuras, pero flaco, con poca cara y mal rematado de atrás. Hizo una pelea discreta en varas, fue noble en el capote y dulce en la muleta, pero no produjo ninguna emoción. En segundo lugar se lidió ‘Cariñoso’. Este era negro mulato de capa, le herraron con el número 22 y pesó 520 kilos. Tampoco tuvo mucha presencia y se tapó con la cabeza. Era veleto y playero. Mucha cabeza, pero mal armada. Tuvo un buen comportamiento en los tres tercios. El tercero se llamó ‘Manito’, negro bragado de pelo, marcado con el número 14 y de 509 kilos. También pasó el reconocimiento por la cabeza pues el animal era escurrido. Se le protestó por cojo. Se dejó pegar en dos encuentros con los picadores. Fue noble pero, como el primero, sin emoción en las embestidas. ‘Amistoso’ se llamó el cuarto. De manto negro y con bragas, herrado con el número 33 y de 536 kilos. Muy serio de cuerna y de mucha presencia. Toro poderoso durante los tres tercios. En el de varas tomó bien tres puyazos, pero luego se repuchó en otros dos. Fue premiado con una póstuma vuelta al ruedo. Fue la primera vez que se paseaba a un toro mexicano por el albero de Las Ventas. El quinto se llamó ‘Cuate’. Era negro, listón y jirón. Lucía el número 38 y pesó 561 kilos. No hizo honor a aquello de ‘no hay quinto malo’. Fue el peor. Escarbó demasiado en varas y, aunque recibió tres puyazos, todos con mal estilo. Luego, en el último tercio, se entableró. Cerro la tarde ‘Amigo’, sin fuerza, otro toro sin clase, parado en el tercio de muleta y cuando pasaba lo hacía punteando. Un titular de la revista El Ruedo afirmaba: “Resultado aceptable después de un año de espera”. Es obvio anotar que ese día, aunque nada hay oficialmente reglamentado, adquirió antigüedad.
‘Victoriano Valencia’ no mató bien, pero sus buenas faenas se ovacionaron. Gran entrega de Antonio Lomelín. Destacó en banderillas. Fue el único que cortó una oreja, la del primero de su lote. José Luis Parada vio cómo sus faenas se silenciaban. Fermín Bohórquez no pudo matar su novillo por resultar lesionado de gravedad tras una aparatosa cogida. Como el reglamento no obligaba a que se anunciara un sobresaliente, aquel fue devuelto a los corrales.