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¡Que viene el tío Camuñas! José Luis Rodríguez Plasencia

Tío Camuñas José Luis Rodríguez Plasencia
Que viene el coco (Cuadro de Goya)

Se conoce como ‘cocos’ o ‘asusta niños’ a todos aquellos personajes estereotipados y fantásticos (algunos con su leyenda correspondiente) utilizados por nuestros padre y abuelos para obligarnos a cumplir determinadas prácticas diarias, como comer, ir a la cama o dormirse (“duérmete, niño,/ que viene el coco/ y se lleva a los niños/ que duermen poco”), nana bien conocida, en momentos que pudieran resultarnos molestos por estar entretenidos haciendo alguna actividad amena o divertida, o simplemente por mostrar desgana ante aquello que se nos mandaba.

Igualmente se utilizó como método para alejarnos de ciertos lugares que pudieran resultarnos peligrosos, como asomarse a un pozo, por ejemplo, o de personas que pudieran resultarnos nefastas.

Entre estos seres fantásticos los hay masculinos y femeninos. De los femeninos destacan la Encantá, la Garduña, la Marimanta o la Bruja Peruja. Y de los masculinos, el Tío del Saco, el Tío de la Sangre, el Tío del unto, el Tío del Sebo o El Sacamantecas. Asustadores infantiles de los cuales solo uno tiene una base real, el tío Camuñas.

Su nombre era Francisco Sánchez Fernández y fue más conocido en su época como el tío Camuñas o Francisquete. Había nacido el 11 septiembre de 1762 precisamente en Camuñas, localidad toledana de la que adoptó el remoquete, donde ejerció de correo por su conocimiento de aquellos lugares, y acabó sus días en Belmonte (Cuenca), fusilado por los franceses, pues entre ellos estaba tenido como uno de los más peligrosos guerrilleros que actuaron en La Mancha durante la Guerra de la Independencia. Como digo, hasta tal punto era el temor que su proximidad les infundía por su forma despiadada y sanguinaria de actuar, que llegaron a hacer famosa la frase “¡Que viene el tío Camuñas!”, dicho que se adoptó más tarde como asusta niños.

Un inciso: El vocablo camuña deriva del latín cammunia, que pasó al árabe (kammuniya) con dos significados: Uno, aquello que es parecido al comino; y otro, como referencia a cualquier clase de semilla, menos trigo, centeno o cebada, aunque en algunas partes de Andalucía se refiera a un guiso de aceite, asadura, guindillas, patatas, ajo y pimienta. Según parece, el topónimo Camuñas se tomó del mote de algún repoblador que llegó a la zona durante la Edad Media. Sus gentilicios son camuñero o camuñano.

Tío Camuñas José Luis Rodríguez Plasencia
Cortesía de Pedro Gallego (Camuñas)

Casado y con seis hijos, la tranquila vida de Francisquete se vio alterada con la invasión francesa y la muerte de su hermano Juan Pedro. Este se había visto envuelto en la de un concejal afrancesado y colgado de las aspas del conocido como Molino Viejo, a pesar de que, según algunos historiadores, los gabachos habían prometido respetar su vida si se entregaba, acción que irritó tanto a Francisco que sería uno de los motivos. junto con la muerte de uno de sus hijos. al que solo permitieron dar sepultura los franceses, que ocupaban el lugar, que le impulsaron a convertirse en guerrillero capitaneando a cuantos quisieron unirse a su partida; partida que sería el terror de los franceses hasta que fue apresado por el general d’Armanac y fusilado al día siguiente en Belmonte, donde recibiría sepultura en la colegiata de San Bartolomé. Murió la persona y nació la leyenda del tío Camuñas. Tenía 49 años.

Actualmente, el Tío Camuñas pervive, aunque sin ser utilizado como antes, en el lenguaje popular de numerosos lugares de España. Por ejemplo, en algunas localidades leonesas la expresión “parecerse al tío Camuñas” hace referencia a la persona desaseada y sucia; en Asturias se dice que vive en los tejados, de los que baja para llevarse a los niños; y en Extremadura la frase variaba según el lugar donde la empleasen, siendo las más comunes “Que viene el tío Camuñas” o “Que te lleva Camuñas o el tío Camuñas”.

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