Esta página de la historia de la que formamos parte se escribe en manuscritos ocultos en los cajones de maquiavélicos personajes que juegan a ser dioses.
Es tiempo de cruzadas imposibles, de descubrimientos inconfesables, de repúblicas sin pasado, de guerras de religión incomprensibles, de revoluciones de costumbres y tradiciones, de dolorosos desplazamientos de personas desubicadas.
Hoy se cuestiona a los artistas célebres y se ensalzan ridículas manifestaciones de pintura o de poesía, diseñadas para ingenuos que no las rebaten porque están abducidos por pensamientos insustanciales y se dejan embaucar sin oposición.
Quedan ya lejos los cuentos de hadas y los estribillos pegadizos de la canción del verano.
Soy un bufón de las letras intentando inventar palabras que no existen, intentando encontrar un verbo que me consuele de esta locura de historia que se ha convertido, por desgracia, en un teatro de marionetas.
¡Quién retrocediera a la infancia, plena de caricias sinceras, de autenticidad, de lágrimas espontáneas, de retos y hallazgos, de asombro y de sueños…!
Me pierdo en divagaciones. Permanecerá en guardia mi espíritu para llegar al corazón de la verdad, procurando esquivar daños colaterales.
Y, a pesar de los pesares, os deseo unas entrañables fiestas en familia y que seáis moderadamente felices.
El festival también incluye un amplio programa de actividades paralelas durante el mes de noviembre, como el programa ‘Cine y escuela’ en el Centro Cultural Alcazaba, con proyecciones para escolares; el taller práctico ‘Diseñar para la cámara’, impartido por el director de arte Damián Galán Álvarez, los días 8 y 9 en la Sala Trajano; un concierto el 16 de la Banda de Música de Mérida en el Centro Cultural Alcazaba; o la exposición de los 20 carteles oficiales del festival del 17 al 30 de noviembre en el mismo espacio.