Muchos niños y adolescentes están acabando el primer semestre y muchos padres y madres estáis observando que quizás vuestro hijo o vuestra hija tenga dificultades en el aprendizaje, y que, a pesar de dedicarle tiempo al estudio, no alcanza los resultados esperados. Esto puede ser un signo de que quizás está teniendo algún problema a nivel académico.

Lo primero que debéis hacer los progenitores es hablar con el profesor para ver si las condiciones en la clase son las adecuadas; por ejemplo, dónde se sienta vuestro hijo, y si está en un lugar donde no se distraiga con facilidad con sus compañeros, puesto que hay que evitar cualquier distracción.

Si no hay ninguna circunstancia que entorpezca su atención en clase debéis empezar junto con el profesorado un proceso para mejorar su rendimiento académico. Así, tendréis que establecer unos hábitos de estudio, que se resumen en unos horarios de estudio, una duración del estudio y de los descansos, y habilitar un lugar fijo de estudio, alejado de ruidos. Además, vuestro hijo deberá entregarle una nota vuestra al profesor con lo que más le ha costado en ese proceso y también lo que ha sido más sencillo, y el profesor deberá hacer lo mismo.

Los padres y madres deben potenciar la autoestima del menor, centrándose en lo que realiza y en el proceso para conseguir los objetivos. En este sentido es fundamental el lema “Atiende más a lo que haces que a lo que esperas obtener”, porque, en ocasiones, la presión que tienen los estudiantes por conseguir buenos resultados les provoca un bloqueo, se ponen más nerviosos y, como consecuencia, tienen muchos problemas para asimilar los conocimientos. Por este motivo es prioritario que se concentren en el proceso y que lo disfruten.

Los progenitores, en ocasiones, deben reducir sus expectativas y centrarse en las características del menor. Así evitarán también frustraciones, tanto por parte del menor como por parte del adulto.

No hay que olvidar que los horarios de sueño y de alimentación tienen que estar muy estructurados, así como el resto del día que no es estrictamente el periodo de estudio.

Hay que planificar con el estudiante el día a día, e ir marcando objetivos diarios, puesto que su consecución ayudará a mejorar la relación con sus padres y a aumentar su autoestima.

También es importante que los estudiantes realicen alguna actividad deportiva o de ocio extraescolar, que les ayude a desconectar y también a socializar con otros iguales de su edad.

Si después de seguir estas pautas observáis que vuestro hijo o vuestra hija no mejora debéis acudir a un especialista que evalúe si existe algún trastorno del aprendizaje.

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