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Tres novillos de vuelta al ruedo

Tres novillos de vuelta al ruedo
Ilustración: Enrique Martín

En el trigésimo cuarto festejo de la temporada de 1945, el 5 de agosto, una novillada, tres novillos fueron fogueados y pudieron ser cuatro de no haber sido devuelto a los corrales otro. Era la primera vez que ocurría esto en la Plaza de Madrid. Pero olvidemos esto para contar algo mucho más brillante. Lo que sucedió en el mismo coso el 8 de octubre de 1968 en una novillada. Seis orejas cortadas, tres reses premiadas con la vuelta al ruedo y un ganadero que adquirió antigüedad.

Se anunció una novillada del criador portugués, y rejoneador, David Ribeiro Telles, vacada que aquella tarde adquirió antigüedad. De la lidia y muerte de sus reses se encargaron Juan Cova Asenjo-Castro ‘El Calero’, Ángel Llorente y Vicente Linares Montero, un novillero de Palma del Río que ese día hacía su presentación en Madrid. A las 16.30, con una temperatura agradable y una entrada de más de la mitad de los tendidos cubiertos, comenzó la novillada. Con el primer novillo, ‘Cordobés’ de nombre, herrado con el número 7, negro zaíno de pinta y de 228 kilos de peso a la canal, comenzó a adquirir antigüedad la ganadería. No dio buen juego en varas, pero llegó a la muleta con posibilidades de faena. Y la tuvo en las manos de ‘El Calero’. Toreó templado con la derecha, rematando bien los pases. Y aún más con la zurda. Embarcó bien las embestidas, llevó el novillo lejos y remató con buenos pases de pecho. Mató de una contraria y suya fue la primera de las orejas que se cortaron aquella tarde. El cuarto novillo que holló la arena se llamó ‘Cijano’, estaba marcado con el número 9, también fue negro zaíno su pelo y pesó lo mismo que el anterior. Tuvo mucha clase en la muleta. ‘El Calero’, muy dispuesto toda la tarde, comenzó la faena de rodillas con pases por alto. Con temple, como en su primero, alternó pases con ambas manos. No dudó al entrar a matar y dejó una estocada en su sitio que le valió el premio de las dos orejas. Al novillo, por su comportamiento en el último tercio, le premiaron con una póstuma vuelta al ruedo.

Ángel Llorente, que brindó uno de sus novillos a su padre, Vicente Llorente, picador de su cuadrilla, no estuvo tan afortunado como sus compañeros y tuvo que conformarse con dar la vuelta al ruedo en cada uno de sus novillos, lo que en aquella época era un buen premio a la labor realizada. Fue mejor la faena al primero de su lote, al que picó muy bien el varilarguero mencionado. Hubo pases largos, con mando, sin moverse, toreando con ambas manos y con variados adornos en el momento adecuado. Pinchó y eso le privo de un premio mayor. En el quinto tardó en acoplarse con el novillo pero, como he apuntado, también dio una vuelta al anillo.

Saltó al ruedo el tercero, ‘Calzado’ de nombre, negra zaína su capa, herrado con el número 16 y de 228 kilos a la canal. Le correspondió al debutante que optó por una faena cercana al tremendismo pero sustentada en una gran tranquilidad, mucho valor y en las buenas maneras que mostró. Citó de espaldas, hizo cambios de mano metido entre los pitones, pero también enjaretó pases de calidad con la diestra y la zurda. Mató pronto, con una estocada baja y delantera, haciendo bien la suerte, y pudo pasear una merecida oreja. En el sexto, ‘Chamizo’ se llamó, herrado con el número 10, negro bragado de pinta y de 253 kilos de peso a la canal, probablemente el mejor de los novillos corridos, la faena tuvo otro aire. Aunque estuvo también muy metido en la cara del toro, los pases surgieron del mando que impuso a su trasteo. Pinchó y luego cobró una estocada entregándose. Esta vez el premio fue mayor. Las dos orejas que recibió lo corroboran.

Los tres espadas salieron por la Puerta Grande de las Ventas y, en volandas, seguramente llegaron hasta Manuel Becerra. El mayoral de la ganadería les acompañó, por lo menos en parte del camino. Éxito ganadero y respuesta adecuada de los tres novilleros. Pero si he apuntado estas notas de esta novillada es porque fue la primera vez que a tres novillos se les concedía el honor de la vuelta al ruedo en el mismo festejo. ‘Calzado’, ‘Cijano’ y ‘Chamizo’, de David Ribeiro Telles, que en la revista ‘El Ruedo’ fueron calificados de novillos de vacas, fueron los protagonistas.

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