Un libro con 300 páginas y más de 100 fotografías a color, corregido y ampliado de la obra publicada el pasado año. Con portada diseñada por Juan Díaz Bernardo y editado por Tau Editores.
En su prólogo sobre ‘La Plaza Mayor de Trujillo’ el fallecido cronista oficial de Madrid y Getafe, Ángel del Río López, afirma que “es una de las más hermosas plazas españolas de origen medieval, que la ha convertido en el conjunto histórico-artístico más visitado de Extremadura”. Ha sido el último libro que ha prologado el cronista oficial de Madrid, que ha fallecido hace escasamente 20 días.
Los autores, José Antonio Ramos Rubio, cronista oficial de la ciudad, y Raúl Gómez Ferreira, doctor en Ciencias Sociales y Jurídicas e ingeniero civil, amigos de Ángel del Río, sostienen en la Introducción que, entre finales del siglo XV y principios del XVI, tiene lugar en la localidad una importante actividad arquitectónica y este último siglo será definitivo para su historia por su importante participación en el descubrimiento, conquista y civilización de América y por el desarrollo demográfico, así como por su destacada actividad arquitectónica.
Trujillo no es solo una ciudad que rezuma historia, arquitectura y arte; es, además, un modelo sostenible de ciudad. El turismo cultural es un fenómeno social en auge y ocupa una buena parte del ocio en la ciudad. Catalogado como Bien de Interés Cultural, se convierte en el eje neurálgico de la famosa Ruta de los Conquistadores de Extremadura, al ser la ciudad natal de insignes dignatarios encargados de situar a España en el mundo.
El desarrollo urbanístico y arquitectónico de Trujillo viene definido por dos núcleos de población: el recinto amurallado, que abarca la ciudadela medieval y la ciudad moderna, en torno a la Plaza. Hasta mediados del siglo XVI, el desarrollo arquitectónico se produce dentro de la ciudadela. En el siglo XV se construyen los primeros conventos trujillanos, y en el Renacimiento Trujillo se extiende fuera de la muralla. El crecimiento demográfico y nobiliario son las circunstancias que impulsan este desarrollo, poblándose la ciudad de nuevas construcciones nobiliarias, sobre todo en torno a la Plaza, lugar preferido por la nobleza para levantar sus grandes mansiones.
Uno de los grandes monumentos de la plaza es la iglesia de San Martín de Tours. La primera noticia de la iglesia data del 14 de marzo de 1353, día en que se reúne el Concejo en la iglesia para dar poder a Gonzalo Fernández de Añasco para señalar y amojonar los ejidos en las aldeas en nombre de Domingo Juan de Salamanca, alcalde enviado por el rey para tal cometido, especificando en el documento que dicha iglesia se encuentra en el arrabal de la villa de Trujillo.
En el siglo XVI se llevan a cabo las obras de ampliación de la pequeña iglesia hasta convertirla en un majestuoso templo. A partir de 1526 se amplió la fábrica desde el ábside, desapareciendo el cementerio que se encontraba en las cercanías del templo. En el tercer cuarto del siglo XVI se finalizó lo fundamental del conjunto parroquial. El edificio que hoy vemos es esencialmente una fábrica del segundo y tercer cuarto del siglo XVI. En su interior, la iglesia es un compendio de arte, imaginería, sepulcros e historia.
El Concejo erigió unas notables Casas Consistoriales en el frente occidental de la Plaza. Junto al Ayuntamiento viejo existieron otras dependencias anejas, como la Cárcel y el Archivo de Escribanos, aunque las reformas hacen difícil distinguir las estancias. Parte del conjunto era el ‘Cañón de la Cárcel’, pasadizo abovedado realizado entre dichas dependencias, que dejó de llamarse ‘Cárcel Real’ en 1834, cuando se establecieron las demarcaciones judiciales, en que comenzó a denominarse ‘Prisión del Partido Judicial de Trujillo’.
El palacio de los Chaves-Cárdenas está situado en el frente oeste de la plaza. A lo largo de los siglos ha sufrido diferentes reformas, de forma que, en la actualidad, la portada es uno de los pocos testimonios de su origen. El edificio se levanta a principios del siglo XVI.
Junto a la magnificencia del Palacio de los Duques de San Carlos la invitación a la vista que campea en su puerta hace casi imposible evitar la contemplación. El balcón de esquina, portada del más riguroso estilo plateresco, fue ordenado edificar por el hijo del doctor Galíndez de Carvajal, albacea testamentario del rey Fernando el Católico. Don Fermín Francisco de Vargas Carvajal y Chaves y Sotomayor fue el primer duque de San Carlos y Conde del Puerto.
El edificio no siempre estuvo dedicado a residencia regia o palaciega. En 1756 fue cuartel de milicias. A finales del XIX el patio se utilizó como lugar de representación de comedias y de bailes de carnaval; residencia del recaudador municipal; en 1913, residencia del administrador de los Duques de san Carlos; y en 1960, la madre Cristiana de Arteaga, presidenta de la Federación de Religiosas Jerónimas de España y heredera del Duquesado del Infantado, decide iniciar su restauración y cede su uso a las religiosas de la Orden Jerónima en Trujillo, sin perder la propiedad del mismo los duques de San Carlos y Marqueses de Santa Cruz.
El Palacio de los Marqueses de Piedras Albas fue construido en el siglo XVI por don Pedro Suárez de Toledo. Este palacio renacentista fue edificado en el siglo XVI sobre el ‘Portal del pan’. Destaca la fachada principal y su claustro doblemente claustrado y algunos artesanados de los salones del interior. La fachada principal es de dos plantas de sillarejo granítico.
El soberbio Palacio del Marqués de la Conquista se alza en un extremo de la Plaza Mayor de Trujillo. Fue ordenado construir por Hernando Alonso Pizarro y su esposa Francisca Pizarro Yupanqui, hermano e hija de Francisco Pizarro, conquistador del Perú. El palacio debió construirse en la década 1561-1571. Es una notable fábrica de sillería de planta cuadrada, ligeramente irregular y está formado por cinco plantas. El palacio se utilizó en la Guerra Civil como cuartel de las columnas de Castejón y del Regimiento de Argel, ocupado por la sección femenina de FET y en el primer cuarto de siglo hubo un colegio de segunda enseñanza. En la actualidad, el palacio está abierto al turismo.
La denominada Casa de la Cadena presenta en su fachada principal dos pisos sobre soportales, es de mampuesto y se adorna con seis escudos y una serie de seis balcones rectangulares, tres por planta. En esta mansión se alojó el rey Felipe II en 1583 cuando venía de posesionarse del trono portugués.
La Torre del Alfiler es un baluarte castrense situado al norte de la plaza, pues en sus orígenes medievales se construyó como torre defensiva, formando parte de la muralla de la alcazaba. Este espacio castrense acoge el Centro de Interpretación de la Historia de Trujillo.
La Plaza Mayor de Trujillo ha sido escenario de torneos en la Baja Edad Media. Asimismo, se celebraron corridas de toros. El sábado de las fiestas patronales acoge la Salve en honor de Nuestra Señora.
En 1984 comienza la construcción de la plaza de abastos, inaugurada cuatro años después. En los primeros treinta años del siglo XX se celebraba la Feria. En 1929 se inauguró el monumento a Pizarro, obra de Ramsey. Desde finales del XIX, la plaza acoge el Domingo de Resurrección o Pascuas. El 18 de octubre de 1953 tuvo lugar la coronación canónica de la Virgen de la Victoria, patrona de la localidad.
En 1966 se inaugura la nueva Plaza de Mercado de Abastos. En 1986 se celebra la primera Feria de Turismo y la Feria Nacional del Queso. Su escenario ha servido también para el rodaje de películas.