Acercarse hasta la nave es como adentrarse en ‘La Fábrica Iluminada’, que decía el compositor Luigi Nono.
Ya era de noche. En pleno territorio minero de Moret. En el almacén de superfosfatos, junto al Embarcadero. Al borde de las vías del tren que ahora languidecen.
Y aquí, el plató de televisión. Titi Martínez, Tini Saquete, Ana Carretero y César Sanguino, nuestro pequeño gran descubrimiento reciente.
Con los primeros ya hemos trasteado en alguna otra ocasión. Incluso muchas veces y muchos años.
De César sabíamos de sus sones rockeros y otros bosques alisos, de Aliseda, donde el tesoro. Pero no sabíamos de sus habilidades y maestrías audiovisuales.
Su apuesta común se llama Di(REC)tamente. Una plataforma de streaming para la cultura. Un proyecto que se nos antoja imprescindible en tiempos de distopías. Y que tendríamos que mimar y cuidar como un bebé que está empezando a crecer. Para no hundirse en el abandono, el mismo en el que se desmoronó todo el paisaje industrial que hoy nos acoge.
Un ecosistema del tiempo detenido.
A pesar de todo, estamos a tiempo de no caer en la trampa de horadar sierras y entornos naturales a costa de alimentar otras geografías ajenas. De perforar memorias. De no repetir estampas coloniales.
Para vendernos por cuatro míseras monedas de plata.
¿Recuerdas ‘Los Santos Inocentes’?
Bajo la Luna Llena del Cuervo
Arsenal de quimeras. Fue hace unos días. El 27 de marzo. Llegabas a Moret y lo primero que te topabas al otro lado de la vía, bañándolo todo, de bruces, era la luna. La ‘Luna Llena del Cuervo’. Aunque allí no había indios navajos. Allí lo que había eran músicos.
Para esa cosa de los nombres los nativos americanos siempre han sido únicos. Poetas de la natura.
Los que los seres normales, es decir, los que hemos perdido la relación con la naturaleza que nos rodea, denominamos una simple noche de luna llena, ellos la bautizaron como ‘Luna llena de la corteza’, porque es el momento en el que la nieve comienza a derretirse; o ‘Luna de azúcar’, porque en esos momentos se cosecha el jarabe de arce; o ‘Luna llena del cuervo’, porque sus graznidos avisan y anuncian el final del invierno.
Fue Ana Beatriz, que no es india navajo, al menos que sepamos, quien bautizó esa noche del cuervo.
Cuando ‘DiMayo’ estrenó este disco, ‘Muy’, en Mérida, en la Sala Trajano, a finales de febrero de 2020, era plena Luna Nueva. Esa noche ‘Dimayo’ increpó al silencio, amonestó al viento. ¿Recuerdas?
Nosotros, que para eso de los bautizos también somos un poco pomposos y algo aparatosos, para qué nos vamos a engañar, llamamos ‘La Fábrica Iluminada’ a estas naves en las que se encuentra al plató de los conciertos de Di(REC)tamente.
Con la dirección musical y los teclados de Eloy Talavera, el bajo de Víctor G. Sánchez, la batería del montijano Diego Trejo, la guitarra del gran Mikelo, pero sin las voces en este caso de la brasileña Glaucia Mendes, que por esos temas de la pandemia no había podido salir de Lisboa, y la voz y la templanza de ‘DiMayo’, la excusa era presentar ‘Muy’.
Ya sabes que esta guerra biológica que padecemos ha obligado a dejar discos dormidos a la espera de mejores tiempos. Para volver a empezar. Para el “decíamos ayer” que recordaba alguien.
Y así, igual que en la Trajano, algo más de un año después, el plató de Moret esperaba en silencio. Luego, poco a poco, se fue poblando de canciones una a una, y de dos en dos y de tres en tres, y entre todas tejieron y vistieron un delicioso tapiz de quimera y fantasía. Y entre todas fueron legión.
Decíamos ayer. Antaño era almacén de superfosfatos, en territorio minero, y hoy se ha reconvertido en un arsenal de canciones de amor y utopías.
Como si el tiempo no se hubiera detenido a golpe de pandemia y confinamiento, el concierto de ‘DiMayo’ fue un tránsito sonoro por ese fantástico disco.
‘Ahora que no estás’, ‘¡Qué bonito!’, ‘Venha Ver’, en la que se añoró la ausencia forzada de Glaucia, ‘Me agarro a la vida’, ‘Locura’, ‘Step out of your skin’, ‘Donde sueña Portugal’, ‘Quimera y fantasía’, temazo; y homenajeando a la luna, a la ‘Luna Llena del Cuervo’, ‘Esa luna contigo’, en la que ‘DiMayo’ aprovechó para presentar a la banda. Ante un patio de butacas virtual, al otro lado de la pantalla streaming.
Mientras, dentro del plató, los técnicos de cámara y este ‘arrimao’ que lo es, agitábamos las manos en señal de aplauso y regocijo.
Cuando abandonábamos la fábrica la Luna seguía en todo lo alto de las vías. Y resonaban los ecos de ‘Esa luna contigo’. Mis alas, tu fantasía. Un astro que pasa. Y de pronto las vías del tren se habían difuminado y habían pintado otro camino, la Vía Láctea. Juegos de irrealidad.
Espera, que antes de irme tengo que bajar a dar las gracias a Titi, a César, a Tini, y, por supuesto, a Ana Beatriz. Uno a uno. Una a una. Por habernos dejado trasegar e iluminar la noche minera de Moret. Muy Moret.
Aquí puedes ver una pequeña pieza de este concierto.
Una noche en la Fábrica Iluminada
La Resistencia en concordia. Volvamos al plató. En este lugar se graban los conciertos de esta plataforma. Por un módico precio has podido escuchar las músicas de ‘The Buzzos’ o de ‘Javato y los Disfrutones’.
Hoy le toca el turno a Niño Índigo. Es el 6 de marzo.
Hemos hecho algunos kilómetros a la redonda para escucharle. Hoy lo tenemos a la puerta de casa. En formato trío presenta las canciones de ‘Meraki’. Su último y fantástico disco. A Julio le acompañan Elena al cello y Patricia con el ukelele y un pequeño y juguetón ‘sinte’.
Ya sabes que no hay público. Y que los artistas pueden ir viendo los comentarios que van apareciendo en una gran pantalla. Nuevas ventanas para la música.
¿Qué quieres que te diga del concierto? Pues que fue emocionante.
Porque convirtieron el salón de mi casa, o de la tuya, en una pequeña sala de música. Gracias al pase de prensa tuvimos la oportunidad de tenerlos a dos metros, y de sentir la vibración del nylon de la guitarra, y el sonido grave del violoncello, y la levedad del ukelele de Patricia.
‘Tonight’ sonó soberbio. Algo tiene este tema que nos encandila y nos transporta. Nos hace volar.
‘Amor errante’ nos emociona. Así, directamente. Dejo que te vayas lejos… sublime. Para escucharlo en bucle. Pero vuelve.
Pasaron también por ‘Introspectiva’. Y por las ‘mariposas en la habitación’, ‘amnesia’, ‘un nuevo tiempo’… Esas mariposas nos quedan doblaos.
Un concierto íntimo, espiritual si me apuras, pero abierto al mundo, y sobre todo, un concierto fraternal.
Esa noche, en ‘La Fábrica Iluminada’ que conforman el conjunto de naves mineras, florecieron los ecos telúricos de la vida cercana.
Di(REC)tamente, gracias por regalarnos estos viajes sonoros, estas escapadas nocturnas en tiempos de guerra, de las de antes y las de ahora… con los salvoconductos y los toques de queda.
Por un momento, nos sentimos miembros de la Resistencia. Pero sin lucha, sin armas, escrupulosos con la cultura segura y respetando las indicaciones sanitarias.
Una resistencia de concordia. Los botellones van por otro sendero.
Una noche de arrumacos
Ni lo cuentan las crónicas… Era el 11 de abril. Cuando llegamos a casa después del concierto lo hicimos con la sensación de haber asistido al mejor concierto al que hemos acudido en lo que va de año. Y eso que llevamos ya unos cuantos.
Mirándolo con cierta distancia, seguimos pensando lo mismo. Narra Pablo Guerrero, en una de sus maravillosas canciones, hablando de Pepe Rodríguez, el de la barba en flor, que ni lo cuentan las crónicas, ni lo contaré yo.
La excusa era presentar el último disco de ‘Solaris’. ‘El Viaje a ninguna parte’.
El resultado supuso un pacto sobre el cielo polar. Una madeja de arrumacos encadenados. Porque el concierto fue deslumbrante. Espléndido. “Impecable”, que decía nuestro Alfonsito en los comentarios.
‘Reina del aire’, ‘Alialsol’, ‘Smith’, ‘Te seguiré’ o ‘Asiyu’ fueron los temas que se desgranaron en esta noche de viaje a todas las partes. Y su ‘Beso encadenado’, por supuesto.
Contar con Miguel Ángel Gragera en la banda supone un gozo para nuestro Cantarrana.
Nada que ver con el concierto que ofrecieron en Olivenza el pasado septiembre. Algunos problemas técnicos deslucieron esa noche. Pero hoy todo fue redondo y ajustado y brillante, y bajo el manto de estrellas que protegían y conjugaban ‘La Fábrica Iluminada’ de Moret. Pero ya sabes que ni lo cuentan las crónicas ni lo contaré yo. Fue tan hermoso que resulta harto difícil evocarlo sin darte envidia. Y como no queremos molestar, mejor dejarlo así.
No obstante aquí tienes una pequeña crónica visual de este concierto.
Otra noche iluminada
Trío de Ases. Era el 2 de mayo. Y era ‘Trilobytes’. Esta experiencia en ‘La Fábrica Iluminada’ que, a veces visitamos medio de extranjis, no nos deja de deparar grandes sorpresas.
El proyecto de Di(REC)tamente es impagable. Lo de Titi, César, Ana y Tini, las almas de esta iniciativa, merece una ola, o dos.
‘Trilobytes’ es un trío. Un ‘power trío’ que le llaman los técnicos. Epy Figueroa y Pachi Cañamero aseguran y garantizan una destreza a prueba de desánimo, acompañados en algunos temas por Cristina Morgado. Pero quien nos dejó impresionados y boquiabiertos fue un bajista, algo delgaducho e inquieto, que responde al nombre de Miguel Blanco Riolobos.
Hablar de actitud, de acento, se nos queda corto. Hablar de master. Qué mejor que Pachi Cañamero. Seguirle es, efectivamente, embarcarse en un master de música en Extremadura. Y tiene toda la pinta de que trabajar con él, tiene que ser un gustazo. Es lo que tienen los grandes maestros.
Hechos de otra materia
Solo para iniciados en primero de belleza. Unos aprovechan los domingos para los ritos. Para otros, el rito se está convirtiendo en conciertos que saben a cobalto y amor añil. Una materia mestiza cargada de pequeñas delicias. De remos y barcas. Mili Vizcaíno / Rui Filipe. ‘La Barca’. Era el 16 de mayo.
El concierto fue exquisito y nos supo a poco. El momentazo máscaras nos encandiló.
Y aquí los dos hermosos clips publicados hasta la fecha. Sus ‘Historias de neón’.
Y su fantástico ‘Un solo corazón’, en el que nos descubren un espacio mágico, soberbio. Y al tiempo, muy cercano. El Hospital de San Sebastián de Badajoz. Si no te emocionas con este clip es mejor que no sigas leyendo. Para iniciados en primero de belleza.
Sonatas de Invierno / 01
Cantando al Renacer. En febrero pasaron por ‘La Fábrica Iluminada’ ‘Javato y los disfrutones’. No hace muchos días presentaron, por fin, su disco de ‘Nicodemo’ en el Teatro López de Ayala, en casa.
En el concierto de Moret-Di(REC)tamente no pudimos estar por esas cosas de la agenda.
Pero ya los llevamos siguiendo muy de cerca. Vimos el concierto del López, hemos tenido a Javier-Javato en la radio, y a Carbonell. Y nos hemos inventado un concierto imaginario con la ‘Tabarra Cuartet’.
Y los disfrutamos no hace muchos meses en Olivenza, en su Auditorio Municipal, con un concierto extraordinario con el que nos deleitaron. Como buenos disfrutones.
Aquí tienes un reportaje de ese concierto. Fue en septiembre de 2020.
Sonatas de Invierno / 02
Sobre el centeno y su guardiana. Acabando febrero pasaron por el plató ‘Spin Offs’. Los de Almendralejo y Aldeacentenera que tanto nos gustan.
Hace pocas semanas los seguimos en directo en el Parque del Príncipe en Cáceres.
Y volvimos a evocar sus canciones de barro y centeno. Y a hacerle cienes de fotos a María Monterroso, señora y guardiana de los escenarios, con un reportaje tan hermoso de Juan Sánchez.
Aquí tienes el pequeño reportaje de su concierto al aire libre.
Y acabamos de momento. Esta apuesta que llamamos Di(REC)tamente es indispensable. Así que seguiremos con ella más adelante. Titi Martínez, Tini Saquete, Ana Carretero y César Sanguino, gracias.
