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Dos apuntes singulares

Dos apuntes singulares
Ilustración: Enrique Martín

Las hazañas, la vida de los matadores de toros más conocidos, se difunden durante y después de su existencia en libros, revistas y, en la actualidad, en los más modernos medios de comunicación. Solamente en las enciclopedias se pueden encontrar las biografías de aquellos que no gozaron de fama o popularidad. A esta pequeña galería se asoman una baraja de espadas de alternativa que no obtuvieron quizá ese apetecido aplauso, ese favor de los aficionados, pero que indudablemente forman parte de la historia del toreo. Y se acercan hasta aquí porque en sus biografías hay apuntes de colorido diverso o porque protagonizaron puntualmente hechos insólitos. Quizás cada uno tenga un homónimo pero estos son los que rescaté de mis archivos.

Mala suerte
‘Morenito de Caracas’, Alberto Adolfo Rojas Nieves, quien no debe confundirse con otro Adolfo Rojas que al parecer puso voluntariamente fin a su vida, fue un matador de toros venezolano nacido en Caracas el 22 de septiembre de 1921. Al margen de sus andanzas taurinas por los pueblos de su país, ya ‘talludito’, viajó a España, presentándose en Villarcayo (Burgos) en 1949. Tras torear una novillada en España en 1952, concretamente en Écija, el 23 de septiembre toma la alternativa de manos del maestro Antonio ‘Bienvenida’ en Tarragona. Completa el cartel Manolo Carmona y le corresponde en suerte un toro llamado ‘Canastero’ de la vacada de don Salvador Algarra. Tres años más tarde torea por vez primera en su tierra, el 23 de enero de 1955, en las Arenas de Valencia, alternando con Rafael Ponce ‘Rafaelillo’ y Joselito Montero, lidiando toros criollos de Pablo Mazaferro, siendo al fin su única actuación en las tierras que le vieron nacer. Dejó de existir en Caracas el 21 de julio de 1982.

Hasta aquí, y al margen de que a la edad en que comenzó su carrera otros ya la habían abandonado, nada de particular aporta su biografía. Lo insólito ocurriría el 24 de septiembre de 1950 en la localidad palentina de Carrión de los Condes, alternado con Francisco Bru con novillos de Caminero, al ser herido de cierta consideración en la región escrotal por un novillo muerto. Le paseaban en hombros a ‘Morenito de Caracas’, tras alcanzar un notable éxito que le valió el premio de una oreja, cuando el tiro de mulillas tropezó con el grupo de capitalistas que dejó caer el diestro. Este cayó sobre el cuerno de la res produciéndole la herida ya reseñada. ¿Es o no mala fortuna?

¿Confirmación válida?
Sebastián Suárez Añino, ‘Chanito’, fue un matador de toros nacido en San Fernando (Cádiz), el 22 de febrero de 1891. Torero de finas maneras pero deficiente con la espada, ya se le conocía en España en 1911, pero decidió, dos años después, viajar a México, país en el que cosechó numeroso triunfos, llegando como otros a recibir una alternativa, el 4 de enero de 1914 en la plaza El Toreo del Distrito Federal, de manos de Vicente Pastor, con ganado de San Diego de los Padres.

Este doctorado no podía hacerlo valer en España. Renunció a él y se presentó en Madrid el mismo año, el 25 de julio, alternando con ‘Algabeño II’ y ‘Zapaterito’ para lidiar reses de Guadalest y Arribas. No tuvo suerte en este festejo ni en otros, por lo que en 1918 ya estaba prácticamente olvidado. A pesar de ello tomó una alternativa, válida en aquella época, en su pueblo natal el 22 de julio de 1923, doctorado que le otorgó Juan Silveti, con quien alternó mano a mano para lidiar toros de don Ramón Gallardo. Dos años más tarde, el 5 de julio de 1925, se anunció en Madrid su confirmación de doctorado, acartelado de nuevo con Juan Silveti y Rosario Olmos y Ventoldrá de compañeros, para lidiar reses de Félix Gómez y Cobaleda, que a la postre todas resultaron mansas. Cuando lanceaba a su primero, el de la ceremonia, fue volteado y tuvo que pasar a la enfermería. Salió para matar el séptimo, ya sin cesión de trastos, toro en el que estuvo bien incluso con la espada. Pero ¿Confirmó su doctorado sin cesión de trastos por parte del mexicano? En algunas publicaciones he leído que no, pero en mi opinión confirmó la alternativa, pues mató un toro en Madrid y anunciado estuvo para ello. Dejó de torear, por falta de ajustes, en 1932, y en 1949 fundó y dirigió una escuela taurina en Cádiz. Entregó su alma a Dios el 4 de enero de 1983, a punto de cumplir los 92 años.

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