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Ada Salas. Poeta cacereña. “Escribo para ser, para estar viva”

Ada Salas. Poeta cacereña. “Escribo para ser, para estar viva”. Grada 169. Perfil
© Rafael Fontán Barreiro. Todos los derechos reservados
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Nacida en Cáceres en 1965, Ada Salas es licenciada en Filología hispánica por la Universidad de Extremadura, y está considerada una de las exponentes más relevantes de la poesía extremeña.

Con su primer libro, ‘Arte y memoria del inocente’, publicado en 1987, ganó el premio ‘Juan Manuel Rozas’; con ‘Variaciones en blanco’ ganó el premio ‘Hiperión’ en 1994 y esta editorial publicó sus siguientes libros, como ‘La sed’ o ‘Esto no es el silencio’. Ya con la editorial ‘Pre-Textos’ publica ‘Descendimiento’, en su opinión el mejor libro para adentrarse en su obra poética.

También ha escrito libros de ensayo sobre la escritura y la poesía, como ‘Alguien aquí’, de 2005; y ‘El margen, el error, la tachadura (de la metáfora y otros asuntos más o menos poéticos)’, de 2011, que recibió el premio ‘Fernando Pérez’.

Galardonada con la Medalla de Extremadura en 2019, reivindica la poesía para conseguir el ‘cultivo’ real del espíritu, para ayudarnos a volver a lo que importa.

¿Qué nos puede contar de su infancia en Cáceres?
He vivido en Cáceres, mi ciudad, hasta después de acabar los cursos de doctorado. Me marché con 24 años. Nunca he dejado de ir; allí están mi madre, mis hermanos y muchos amigos, y es probable que pronto vuelva a instalarme de manera más constante allí de nuevo.

Mi infancia es mi casa familiar en la calle León Leal, hoy desaparecida: su jardín. La piscina en verano: la Ciudad deportiva. Los sábados o domingos en el campo acompañando a mi padre durante la pesca: El Tajo, Valdesalor, cualquier charca donde pudiera haber tencas. Mi infancia es Almoharín, el pueblo de mi padre; Logrosán, donde vivía una de mis tías. Las largas temporadas en Hervás (su frescor y su magia), donde nos acogía la familia de mi madre.

Ada Salas
© Rafael Fontán Barreiro. Todos los derechos reservados

¿Cómo recuerda su primera relación con los libros?
Mi primera relación con los libros nace en aquel chalé de la calle León Leal: los que traía el Círculo de Lectores a casa (¡Ah, esas visitas siempre deseadas!), los que estaban en la biblioteca familiar… enciclopedias, cuentos…

Leer era una forma de construirme un espacio propio y silencioso en el bullicio de una familia numerosa. Inconscientemente, era una manera de intentar empezar a ser ‘yo’, quiera decir eso lo que quiera decir.

Después, el instituto (la Universidad Laboral). Mis profesores de Literatura, de Lengua, de Latín, a quienes sigo queriendo y admirando, y que me abrieron los ojos (el corazón y la mente) a los libros.

Enseguida tuve la fortuna de hacerme muy amiga de José Luis Rozas Bravo. Su padre, catedrático de Literatura española en la Facultad de Filología, y experto en el Siglo de Oro y la Generación del 27, tenía una biblioteca (que su familia conserva), bibliófilo y sabio. Él y Tina, su mujer, tuvieron la generosidad de permitirme compartir con ellos el espacio sagrado de aquella biblioteca.

¿Qué le impulsó a estudiar Filología hispánica?
Únicamente el amor por la lectura y, ya entonces, por la escritura. Jamás pensé que después tenía que trabajar, buscar una salida… ni nada parecido. Eso no me importaba. Me alegro mucho de haber estudiado lo que amaba y amo.

Ada Salas
© Rafael Fontán Barreiro. Todos los derechos reservados

¿Cuándo comenzó a interesarle la poesía?
Como dije antes, en el instituto. La ‘Laboral’ tenía un buen fondo de libros que distribuía constantemente en las aulas a todos los alumnos. Eso me permitió leer y, supongo, intentar imitar lo que leía cuando mis emociones se ‘desbordaban’ hasta el papel.

Recuerdo perfectamente el día en que escribí mi primera serie ‘larga’ de poemas, del tirón. Debía de tener 13 años. Lloré con aquel fajo de papel entre mis manos. Me dije “¿Esto es posible? ¿Esto lo he escrito yo?”.

¿Por qué escribe?
Escribo para ser. Para estar viva. Para resolver en lenguaje mi perplejidad, mi dolor, mi amor a las cosas y a los otros. Al mundo. También mi desesperación porque todo se (nos) escapa.

¿Cómo definiría su poesía?
Yo no puedo definirla. Estoy dentro de ella, soy parte de ella. No podemos hablar de lo que no podemos ver.

Ada Salas
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¿Cómo se desarrolla su proceso de creación?
Siempre de una manera extraña. Pasan años, al menos tres, desde que cierro un libro y ‘comienza’ otro. He escrito ‘comienza’ en tercera persona porque me siento poco protagonista de lo que ocurre: algo tiene que decirse, yo me pongo a trabajar, a escribir, de una manera constante, para que eso que bulle vaya encontrando canal, canales, para que aflore en poemas.

¿Cuáles son sus referentes?
Mis referentes son muchos, por suerte. Poetas de distintas lenguas, de diferentes épocas. Por supuesto, y en primer lugar, los poetas en lengua castellana, puesto que yo me expreso en español y necesito, constantemente, aprender de ellos. También me alimentan la pintura, la música, el pensamiento.

¿Y sus fuentes de inspiración?
No bebo de la ‘inspiración’ como de una fuente, aunque esa expresión me parece perfecta. Siento más bien que la inspiración me bebe a mí. Cuanto más ‘pasiva’ me siento en el proceso de escritura, mejor. Cuanto menos me reconozco en lo que escribo, mejor.

¿Qué obra recomendaría para empezar a conocer su poesía?
Quizá ‘Descendimiento’ sea un buen punto de partida. Es complejo, como, creo, casi todo lo que escribo, pero el hecho de que tenga como referencia un cuadro conocido por todos, y que se pueda combinar la contemplación del cuadro (‘El descendimiento’ de Van der Weyden) en el Museo del Prado o en imágenes de Google, puede hacer de la lectura de ese libro una aventura especial.

'Descendimiento'¿Qué representan los premios para una poeta?
Son una alegría, un regalo: que tu trabajo sea reconocido es, sin duda, algo que te da seguridad y te hace pensar que tu trabajo no es en vano. Aunque el mejor premio es que un lector te diga que ha disfrutado, aprendido, que se ha emocionado con alguno de tus libros.

¿Qué misión tiene la creación literaria, y en concreto la poesía, en la sociedad actual?
Es vital: estamos olvidando el ‘cultivo’ real del espíritu. La poesía trabaja para ayudarnos a volver a lo que importa, aunque eso que importa pueda parecer ‘inútil’. Lo inútil nos salva de lo útil. Lo útil puede acabar con nosotros.

¿Goza la poesía de buena salud en Extremadura?
Por supuesto. Hay grandísimos poetas, mujeres y hombres, extremeños, en las baldas de la biblioteca de la mejor poesía que se está escribiendo hoy en día en español.

Ada Salas
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¿Qué sintió al recibir la noticia de la concesión de la Medalla de Extremadura?
Voy a decir algo que hemos escuchado muchas veces: no podía creérmelo. Me sentí más que honrada, agradecida. Por supuesto pensé que otras muchas personas la merecían más que yo.

Recibir aquella medalla en el teatro romano de Mérida es algo que no había podido soñar jamás. Y me hizo feliz que se pensara en una escritora, una poeta en particular, para un honor como ese.

Ha sido profesora en la universidad francesa de Angers, y ahora trabaja con alumnos de Secundaria en Madrid. ¿Ha cambiado en estos años la relación de los estudiantes con la Literatura?
Bueno, ha cambiado la relación de la sociedad con la Literatura, con las humanidades en general, y eso, por supuesto, se refleja en las clases. Podríamos hablar largo y tendido sobre esto.

Creo que la clave está en la presencia cada vez menor que la Literatura tiene en la Educación Secundaria y en Bachillerato. No existe una asignatura que sea ‘Literatura’. Con eso lo digo todo. En los exámenes de Ebau (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) de la asignatura de Lengua y Literatura solo le corresponden tres puntos de diez a la Literatura, y siete a la Lengua, que es más bien una lingüística pseudocientífica. Un alumno puede sacar un notable para entrar en la universidad sin contestar a nada que tenga que ver con la Literatura. Esto es solo un síntoma de una enfermedad muy grave.

Ada Salas
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¿Qué se puede hacer para que los jóvenes recuperen el interés por leer?
Leer nosotros, para empezar. Si los adultos no transmitimos pasión por los libros, si la sociedad considera que leer es de ‘frikis’, o de ‘cursis’, o de… si la ignorancia campa por sus respetos en este país (muchos de nuestros políticos, por ejemplo)…

A menudo el mensaje (implícito, o directamente explícito) es: cuanto más inculto seas, cuantas más banalidades o disparates digas, y peor los expreses, mayores serán tus posibilidades de éxito… poca fortuna tendrán los libros, donde está el saber, la sensibilidad, la educación del alma y de la inteligencia.

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