Nacido en 1965 en Cáceres, su vida siempre ha estado muy ligada al deporte, pero todo cambió cuando a los 20 años perdió el brazo izquierdo en un accidente. Eso le hizo redoblar su pasión por el deporte, hasta el punto de dedicarse profesionalmente al atletismo, y enseguida comenzó a destacar a nivel nacional; tanto, que participó en los Juegos Paralímpicos de Seúl en 1988, luego en Barcelona en 1992, y también en Sídney en el año 2000. Casi 25 años después de su última experiencia olímpica, y 36 años desde la primera, aspira a repetir en París este año, ahora especializado en el paratriatlón, disciplina en la que ha superado el centenar de participaciones internacionales, y después de haberse proclamado campeón de Europa y del mundo de duatlón.

¿Qué recuerdos tienes de tu infancia, de tus aficiones y de tus sueños para el futuro?
De mi infancia tengo los clásicos recuerdos: jugar con los vecinos en el barrio, hacer una portería de la nada y jugar al fútbol en cualquier sitio… Entre mis aficiones siempre ha estado jugar al baloncesto; de hecho, mi sueño era poder ganarme la vida jugando al baloncesto.

Ya vemos que siempre has estado muy ligado al deporte. ¿Llegaste a pensar que podía ser una salida profesional cuando eras adolescente?
Realmente no, quizá no lo pensaba en serio; era sensato, sabía que era muy difícil, pero sí que tenía la esperanza de poder conseguirlo.

Todo cambió con aquel fatídico accidente de tráfico cuando tenías apenas 20 años. ¿Cómo fue el proceso personal de asumirlo para reconducir tu vida?
La verdad es que el principio fue muy difícil; los dos primeros años fueron los más duros, me costaba aceptar el cambio de vida y adaptarme a seguir mi día a día con mi nueva situación tras el accidente. Pero poco a poco y, sobre todo, por sacar a mi familia hacia adelante, tocó apretar los dientes y seguir hacia adelante.

En ese proceso el deporte, de nuevo, jugó un papel fundamental. ¿Por qué te decantaste por el atletismo?
En aquellos momentos el deporte que existía para las personas con discapacidad era muy limitado; el baloncesto seguía siendo el deporte que más me gustaba, pero tenía que hacerlo en silla de ruedas, era la única modalidad. Entre los restantes deportes fue el atletismo el que más me gustó y así empecé.

Y al poco tiempo, en 1988, llegó tu primera participación en unos juegos paralímpicos, en Seúl. ¿Cómo fue aquella experiencia?
Seúl fue un antes y un después en lo que yo consideraba que era el deporte paralímpico. Llegué a un evento internacional lleno de personas con discapacidad, nunca había visto muchas de las discapacidades que allí conocí, y descubrí cómo eran capaces de hacer las mismas cosas que yo. Esto me sirvió para convencerme aún más de que si se quiere, se lucha y se trabaja, se consigue todo lo que uno se propone.

¿En qué momento decides elegir el paratriatlón para continuar tu carrera deportiva?
No es que decidiera cambiar el atletismo por el triatlón paralímpico; más bien ya había dejado el atletismo, estaba haciendo pruebas populares, maratones y medias maratones, el triatlón paralímpico no existía aún. Su creación en el año 2009 y lo emocionante que me parecía me llevó a probarlo. La primera experiencia fue horrible, pero decidí volver a intentarlo, y desde entonces hasta el día de hoy.

Por cierto, ¿hay diferencias entre el triatlón convencional y el triatlón adaptado?
Diferencias no hay, toda la competición en sí es igual; lo único que cambia es que los deportistas que participan tienen unas necesidades individuales para afrontar las pruebas, según la discapacidad de cada uno.

¿Cómo describirías la evolución del paratriatlón en España desde que lo practicas?
En una frase, el día y la noche. Fui de los pioneros en practicarlo y puedo decir que ha evolucionado mucho en los últimos años, tanto el triatlón paralímpico como el deporte paralímpico en general. Puede apreciarse la diferencia si recordamos que, en sus inicios, allá por 2009, se celebraba una competición internacional al año, y en la actualidad hay entre 10 y 12 pruebas anuales. Otra diferencia notable es que actualmente hay triatletas paralímpicos que pueden vivir de este deporte de manera profesional.

¿Cómo mantienes una mentalidad competitiva positiva, especialmente cuando llegan los habituales malos momentos para cualquier deportista?
Con mucha fuerza de voluntad. Esos momentos existen, y te entran ganas de tirar la toalla, sobre todo después de tanto tiempo en el deporte de élite. El trabajo es el único secreto para conseguirlo. Mentalmente hay que ser muy fuerte para poder superar esos momentos cuando compites en el deporte de máximo nivel.

Realmente el deporte de máximo nivel es muy exigente. ¿Cómo encuentras el equilibrio con tu vida personal?
Con ayuda; si las personas que están a tu lado no comparten tu ilusión y tu pasión, es imposible conseguirlo. En estos momentos, cuando estoy a punto de finalizar mi carrera en el deporte al máximo nivel, tener a mi lado a una persona que me apoya y motiva es fundamental.

¿Podrías elegir una sola medalla, o un solo título en tu carrera deportiva, para destacarlos especialmente?
Si me tengo que quedar con una medalla, no pienso en el deporte y elijo la Medalla de Extremadura, junto con el nombramiento de Hijo Predilecto de la Ciudad de Cáceres, mi ciudad. Estas dos condecoraciones vienen otorgadas por mi forma de ver y transmitir el deporte, de luchar, seguir y no tirar nunca la toalla, y eso es más grande que cualquier éxito deportivo.

¿Cuáles son las lecciones más importantes que has aprendido sobre la vida, después de tantos años en el deporte?
Quizá la mejor lección que haya aprendido es saber perder. Creo que, cuando consigues aprender a perder, los traspiés que te encuentras en la vida se asumen de manera distinta, y se asume que hay que seguir a pesar de todo.

Otra protagonista de esta revista por sus éxitos en el deporte adaptado, Teresa Perales, nos decía que la discapacidad no está en el cuerpo, sino en la mente. ¿Cómo se consigue incorporar esta filosofía y sortear los obstáculos de manera positiva?
En mi caso, esa parte de la discapacidad de la que se habla no la entiendo así, yo no me ‘acuerdo’ de ella. Puedo contestar con un ejemplo: hace años, en una charla en un colegio, una niña me preguntó: “¿Kini, tú cuando te levantas por la mañana piensas que tienes una discapacidad?”. Me hizo pensar y le contesté: “No, yo me levanto, voy al baño, me lavo la cara y no me acuerdo”. Y ella me contestó: “Entonces es que no tienes ninguna discapacidad”.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a las personas con discapacidad que aspiran a practicar algún deporte de manera más profesional?
Lo primero que hay que hacer es tener confianza en uno mismo, también paciencia, y además hay que ponerse en manos de una persona que sepa cómo afrontar ese paso para dedicarse profesionalmente al deporte adaptado.

¿Percibes que los deportistas con discapacidad tienen un impacto social que puede ayudar al resto del colectivo de personas con discapacidad a mejorar su inclusión?
Sin duda; creo que el mensaje que las personas con discapacidad podemos transmitir, tanto a las personas con discapacidad como a toda la sociedad, es que se puede superar cualquier ‘traspiés’ de la vida, porque lo que realmente transmitimos con nuestra dedicación al deporte es la fuerza del esfuerzo, del trabajo y de la constancia. Con estas tres capacidades se puede conseguir superar cada obstáculo.

¿Cuáles son tus aficiones cuando no estás entrenando o compitiendo?
Me gusta ver una buena película, estar en el campo y, sobre todo, el bricolaje (soy un ‘manitas’ aunque solo tenga una mano).

También conocemos tu faceta más solidaria, por ejemplo colaborando con la Fundación Juegaterapia, algo que seguro también te enriquece personalmente.
Sin duda. Siempre digo que, ya que la vida me hizo el regalo de ser conocido y tener impacto social, lo puedo aprovechar realizando eventos de este tipo; y tener la suerte de que la gente me responda de la manera en la que lo hace es muy gratificante.

¿Cómo te gustaría ser recordado, especialmente en el mundo del deporte adaptado?
De ninguna manera en especial, simplemente me gustaría ser recordado.

¿Cómo ves el futuro del deporte adaptado en Extremadura?
En mi opinión, el deporte adaptado en Extremadura está representado por deportistas que tenemos tirón, tanto a nivel nacional como internacional, y realmente se consiguen muchos éxitos, pero debemos trabajar más desde la base para conseguir la continuidad en el mismo, ya no solo para promover el deporte para personas con discapacidad, que sí se consigue, sino tener un nivel que nos permita pensar en el deporte paralímpico, que es más complicado.