La Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura, Adenex, ha vuelto a participar en la campaña de salvamento y conservación del aguilucho cenizo en Extremadura, una iniciativa capitaneada por la Junta de Extremadura, en colaboración con el Grupo Extremeño de Aguiluchos.
Adenex participa en este proyecto por segundo año, en concreto trabajando en el territorio comprendido entre Mérida y Montijo y entre Fuente de Cantos y Calzadilla de los Barros.
En los últimos meses 12 voluntarios de Adenex han localizado 15 nidos, con unos 25 pollos volados, es decir, que han conseguido llegar a volar, de aguilucho cenizo y aguilucho lagunero. El trabajo ha estado sometido a condiciones muy duras ya que hay que inspeccionar grandes extensiones de cultivo de cereal a plena luz y con temperaturas muy elevadas.
Los trabajos consisten en localizar y marcar el máximo número posible de nidos y realizar un seguimiento de la productividad o pollos de cada nido. Los nidos se encuentran escondidos en el suelo, entre el cereal, y el objetivo es que las cosechadoras no los arrasen en plena época de cría.
Adenex ha agradecido a los agricultores y cosechadores participantes en el proyecto su compromiso con la conservación de esta especie, ya que su colaboración es imprescindible para el éxito de la campaña.
Cualquier agricultor que localice algún nido de aguilucho en sus terrenos puede ponerse en contacto con Adenex para que la organización marque el nido y haga el seguimiento de los pollos.
El aguilucho cenizo (Circus pygargus) es una especie migratoria adaptada a recorrer grandes distancias volando desde el contingente europeo, donde se reproduce, y el África Subsahariana, donde inverna. Esta ave se encuentra incluido en el Catálogo regional de especies amenazadas de Extremadura, con la figura de ‘Sensible a la alteración de su hábitat’, lo cual avala su protección en el territorio regional.
La población extremeña de aguilucho cenizo es todavía bastante importante dentro de la península Ibérica. El censo pionero que coordinó Adenex en 1993 estimaba una población en torno a las 1.100 parejas. En 2001 se realizó otro censo, esta vez coordinado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura, que arrojó una cifra que rondaba las 650 parejas, lo que suponía una drástica reducción de parejas en Extremadura en apenas 10 años. Otro censo, esta vez nacional, realizado en 2006, arrojó un resultado de unas 740 parejas en la región.
