Adrián Rolo Cuevas, nacido en Badajoz en 1997, es un pintor reconocido por sus vibrantes obras abstractas. Sus trabajos como artista exploran la interacción entre la simbología, la forma y la textura.

Comenzó a exhibir su trabajo en galerías locales, ganando reconocimiento por su estilo único y expresivo. Ha participado en numerosas exposiciones tanto en España como en el extranjero, por lo que sus obras han llegado ya a todo el mundo.

Con una técnica desenfadada y su forma de emplear el color busca divertir al espectador con infinidad de detalles ocultos en sus cuadros, para que puedan crear su propia historia.

Estos días protagoniza una exposición en el Museo de la Ciudad ‘Luis de Morales’ de Badajoz, bajo el título ‘Tierras raras’, en la que juega con la ambigüedad, mostrando paisajes de otro mundo y los elementos denominados bajo el mismo nombre en la tabla periódica y que suelen emplearse en la industria verde.

¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el arte?
Nací y viví en Badajoz durante mi infancia, hasta los 6 años. Recuerdo que me encantaba dibujar en servilletas de papel, principalmente mapas, mapas del tesoro. También visitaba con mi familia el campo de unos amigos de mi madre, con los que a día de hoy seguimos teniendo relación. Recuerdo que había enormes montículos de arena amarilla que manchaba mucho, y me encantaba meterme en ella para construir castillos, hacer construcciones con tubos, emplear agua… Ambas cosas me apasionaban, era mi micromundo.

Ya en Madrid, estando en el colegio Blas de Otero, me gustaba coger plantas. Eran esquejes, pero yo no lo sabía. Las metía en tarritos con agua, mi madre me permitía poner esas plantitas sobre el mueble del salón. Era como una selva, como un bosque. Usaba coches de juguete, Hot Wheels y Playmobil. Volvía a crear micromundos, escenarios.

Recuerdo todo esto con mucho cariño. Es curioso, porque creo que, a día de hoy, es algo que sigo intentando simular. Lo que más me gusta hacer es crear mi propio mundo en miniatura.

¿Cuándo decidiste que querías dedicarte al arte?
En mi etapa estudiando el Bachillerato de Arte en el Reino Aftasí de Badajoz. Comencé haciendo camisetas, fundas de teléfono… todo ello me permitía generar un poco de beneficio para poder seguir comprando mis cosas, y me permitieron ganar confianza en lo que hacía. Durante esta época me empecé a presentar a concursos de pintura, y reconozco que sentí un gran apoyo por parte de la gente del Reino; valoraban lo que hacía, lo respetaban. Fue un punto de inflexión, me di cuenta de que tenía que seguir por ese camino.

¿Qué papel juegan tus experiencias personales en la creación de tus obras?
Yo diría que lo juegan prácticamente todo, porque aunque yo no cuente en sí una experiencia personal en un determinado cuadro, pueden verse plasmadas en ellos; al menos en mi línea personal. Reconozco que me incapacita mucho en mis obras no sentirme bien, no me gusta transmitir y expresar esos sentimientos con mis creaciones.

¿Cómo ha evolucionado tu estilo artístico desde tus inicios?
Al principio todo era mucho más ilustrativo, dibujos e ilustraciones. A medida que fue pasando el tiempo empecé con los cuadros en blanco y negro, en los que hacía muchos detalles y muchas cosas, y no acababa de entender cómo esos cuadros negros podían pasar al siguiente paso. Durante la pandemia empecé con el color, estando en Barcelona. Fue cuando hice la Dama de Elche usando otro estilo, otro tipo de pincelada. Dejé un poco de lado el blanco y negro y me empecé a centrar más en el color.

Seguí aplicando el color por bloque, sin mezclarlo demasiado, que fuera un color puro. Y me gustaba hacer contraste, pero contraste de contraposiciones en el propio cuadro. Fui cambiando poco a poco, y ahora siento que entiendo mucho mejor el color.

Ahora mismo estoy en una época súper colorista; además acabo de empezar con el óleo, descubriéndolo. El secado es lento y esto me permite dar muchos matices, cambiar muchas más tonalidades.

Si pudieras colaborar con otro artista ¿Quién sería?
Me encanta un grupo de música que se llama ‘Jungle’; hace videoclips en los que me llama mucho la atención la escenografía, me gustaría mucho pintar en ellos. También destaco ‘Conjunto Júlio’, un grupo portugués; les ofrecí hacer portadas para sus discos. En este momento estoy trabajando con ‘ByLuka’, escultor; él realiza la escultura y yo la pinto. Estaría abierto a cualquier tipo de colaboración.

¿Qué impacto crees que tiene tu arte en la percepción del mundo por parte de quienes lo ven?
Soy una persona a la que le encanta la soledad. Mi arte me permite entrelazar experiencias con el espectador, crear una comunicación, un vínculo.

¿Hay algún mensaje oculto o significado detrás de tus obras que la gente no suele captar a primera vista?
Sí, intento hablar mucho de experiencias generales humanas, de la unión, de la amistad, del amor, del proceso de cambio. Muchas de las obras esconden ciertas críticas, ya que me declaro amante de la naturaleza y los animales; hay críticas sociales ocultas. La contaminación, la superproducción… son temas que intento trabajar en mis cuadros.

¿Cómo te gustaría que la gente se sintiera al ver tus obras?
Me gusta que la gente pueda disfrutar. Todo se resume en eso.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío creativo?
Buscar expresar con la pintura mis propios escenarios. No me gusta acomodarme y estancarme, me gusta seguir progresando y probando distintos tipos de pintura. Siempre estoy intentando innovar.

¿Hay algún elemento o tema recurrente en tus trabajos?
Siento que me llama mucho la atención formar escenas. Mi obra más personal busca crear esos micromundos de los que he hablado con anterioridad. Quiero que el espectador pueda acceder a esos micromundos, ese es mi tema recurrente.

¿Qué podemos esperar de tu vigente exposición en el Museo de la Ciudad, ‘Tierras raras’?
Mucho color y muchas texturas. La exposición estará dividida en zonas que, en conjunto, cuentan una historia completa. Se trata de algo muy diferente, salgo de mis habituales tonos cálidos y me vuelco en tonalidades que evocan la noche.

¿Hay algún mensaje o narrativa subyacente que esperas transmitir con esta exposición?
Definitivamente, la ambigüedad. Muestro paisajes de otro mundo y juego con los elementos que se llaman así, ‘tierras raras’, en la tabla periódica. Las tierras raras suelen emplearse en la industria verde. Así que hay cierta crítica hacia el consumismo y la contaminación escondida en las obras. También quiero reflejar la naturaleza y esas noches de verano perfectas y tranquilas en el pueblo.

Marta Criado