Estamos encerrados viendo la vida pasar y la muerte llamando en cada abrazo, en cada caricia… Pero no aprendemos, seguimos siendo como hienas en busca del daño, de ajusticiar por nuestra cuenta, de ejercer nuestro derecho a destrozar lo que no entendemos. Además creemos tener la autoridad y el derecho a insultar, increpar, amenazar…
Somos tan hipócritas que aplaudimos a las ocho e insultamos a las nueve.
En estos momentos las personas con familiares con trastornos de conducta, autismo o discapacidad psíquica están pasando los momentos más duros de sus vidas.
Desde que nacen están luchando por la comprensión y el apoyo, por la integración y la oportunidad.
Imagina la de horas de terapias, desesperación, la de noches sin dormir, la incertidumbre de enviar a tu hijo o a tu hija a la escuela y no saber si estará bien o mal.
Las personas con discapacidad son blanco de los más despiadados, de burlas, de rechazo, de discriminación. ¿Te has puesto en su lugar? ¿Te imaginas al menos cómo es un día de su vida?
Ahora su salud está descontrolada pero nosotros, los justicieros de balcón creemos que tienen un ‘chollo’ porque salen a pasear un rato. Y, por supuesto, nos creemos en el derecho de humillar e increpar a todo aquel que vemos.
Te voy a decir algo, ojalá ellos pudieran quedarse en casa como tú y como yo, ojalá tuvieran las mismas oportunidades de educación, de ocio, de vida que tienes tú, pero no las tienen. ¿Y sabes por qué no las tienen? Porque existen justicieros de balcón como tú.
Si ves a alguien paseando acompañado no juzgues, no provoques más sufrimiento; lo que tú haces es delito, lo que ellos hacen es necesidad.
Las personas con espectro autista necesitan pasear por prescripción médica, necesitan regular sus rutinas y comportamientos para no entrar en crisis.
Aprende de este encierro, su vida ya es bastante dura y ahora es momento de ser solidario, de apoyar y comprender.
Si ves algo que no comprendes o que crees que está mal contacta con la Policía o con los profesionales necesarios, y no te tomes la justicia por tu mano.