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Alejandro Díaz de la Peña. Historia del ciclismo de montaña extremeño

Alejandro Díaz de la Peña. Historia del ciclismo de montaña extremeño. Grada 167. Perfil
Podio del Campeonato de España CXO de 2006. Foto: Oskar Matxin
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Redacción / Rafa Carbonero

Ahora que está de moda destacar y poner en valor la longevidad de algunas estrellas deportivas hispanas, véanse Rafa Nadal o Alejandro Valverde, sirva este reportaje para homenajear a un deportista extremeño que con 45 abriles cumplidos sigue compitiendo en la élite del ciclismo de montaña a nivel nacional.

Alejandro Marcos Díaz de la Peña López nació en Almendralejo en 1977, y comenzó en el ciclismo como casi todos los niños, con 8 o 10 años, a los que les cae alguna bicicleta por la Primera Comunión, y comienza a pedalear, calle arriba parque abajo. Así hasta que la criatura, y su familia, descubren que tiene ciertas capacidades para el ciclismo de montaña. De eso han pasado ya muchos veranos y la criatura, padre ya de otras dos, Alejandra (10) y Víctor (9), ha jubilado, entre otros, a aquel famoso conejo de las pilas.

Alejandro con sus hijos, Alejandra y Víctor. Foto: Cedida
Alejandro con sus hijos, Alejandra y Víctor. Foto: Cedida

Cuando tenía encarrilados sus estudios de Ciencias Ambientales se metió en serio en el ciclismo de montaña y en 2001 firmó su primer contrato profesional; fuera de Extremadura, claro. No habría páginas suficientes en varios números de Grada para resumir lo que Alejandro Díaz de la Peña ha logrado a lo largo de su extensa carrera deportiva, y siempre con el nombre de Extremadura por montera. Tomen nota las personas encargadas de otorgar premios y reconocimientos regionales. Este deportista extremeño se lo tiene ganado a pulso desde hace muchísimo tiempo.

¿Se imaginan a un ciclista vasco ganando un Campeonato de España en Albacete, entrando en meta con una ikurriña en la mano? Abrirían los noticiarios en las tres provincias vascas. Eso fue lo que hizo Alejandro en Bilbao, en un campeonato nacional, hace la friolera de 16 años. ¿Cuántos de ustedes vieron esa foto? Pues ya existía internet. Ahora la hemos rescatado.

Alejandro gana el campeonato de España XCO en 2006, entrando en meta con la bandera extremeña. Foto: Oskar Matxin
Alejandro gana el campeonato de España XCO en 2006, entrando en meta con la bandera extremeña. Foto: Oskar Matxin

Centenares de triunfos y podios por medio mundo avalan su trayectoria desde aquel lejano 1999, cuando logró su primera victoria en el Open de España XCO. Casi un cuarto de siglo después lograba un ‘top ten’, hace solo unos días, en la prueba del calendario mundial disputada en Jerez de los Caballeros.

Tras unos años como emigrante deportivo, en los que aprendió cómo se convive, se entrena, se compite, se estudia, se cae y se levanta, se enferma… en la estructura de aquellos primeros equipos profesionales españoles (MAAF Seguros, Maxxis, MSC) quiso poner en marcha algo similar en Extremadura, en Almendralejo, en 2008; pero las prisas de los que solo buscan medallas o fotos en despachos le hicieron desistir de un bonito proyecto que, afortunadamente, hoy está muy vivo gracias a los placentinos Pedro Romero y Rubén Martín y a algún que otro forofo del ciclismo extremeño que también aporta su granito de arena; y a sus mecenas, lógicamente: Fundación Jóvenes y Deporte, Ecopilas, Ayuntamiento de Plasencia, La Chinata y GR-100 principalmente. Alejandro Díaz de la Peña facilitó ese camino con su trayectoria.

Alejandro con los integrantes del equipo profesional MAAF Seguros Mountain Bike en 2001. Foto: Cedida
Alejandro con los integrantes del equipo profesional MAAF Seguros Mountain Bike en 2001. Foto: Cedida

Ese proyecto, del que Alejandro Díaz de la Peña se podría considerar el ‘gran jefe’, se llama hoy Extremadura-Ecopilas MTB, y es santo y seña para muchos deportistas extremeños que, algún día, podrán contarles a sus nietos que fueron campeones nacionales en alguna modalidad del ciclismo de montaña, con un equipo de su tierra, y que tuvieron como maestro a uno de los mejores deportistas que ha dado Extremadura.

La imagen de la portada, que refleja como pocas el esfuerzo de un deportista, es de 2011, cuando Alejandro Díaz de la Peña consiguió la medalla de bronce en el Campeonato de España XCM, en la localidad onubense de Paterna del Campo.

¿Cómo recuerdas tus inicios en la competición, y en qué momento decidiste probar suerte en el deporte profesional?
Comencé participando en algunas carreras, pero, aunque se iba viendo que conseguía buenos resultados, realmente tardé bastante en dar el salto al deporte profesional, porque además coincidió con la etapa en que me fui a estudiar a Madrid, y hasta que no tuve un poco encarrilada la carrera, ya con 22 años, no tuve mi primera licencia, sub23, y mi primer contrato profesional.

El último año de carrera pude organizarlo en base a ese contrato profesional que tenía y al calendario que tenía que cubrir; la matrícula de las asignaturas que me quedaban la hacía planificando la temporada, dedicando más tiempo a la universidad en invierno, cuando iba a tener menos carreras, y en primavera y verano, cuando hacíamos muchísimos viajes y la mayoría de las carreras intentaba tener menos asignaturas o prácticas que me pudieran impedir cumplir el calendario deportivo. Fue en el año 2000 cuando firmé mi primer contrato profesional y también cuando llegaron las primeras experiencias a nivel internacional.

Alejandro en una de sus convocatorias con la selección española. Foto: Cedida
Alejandro en una de sus convocatorias con la selección española. Foto: Cedida

¿Qué diferencias hay entre la modalidad de bicicleta de carretera y la de montaña? ¿A cuál le ves más posibilidades para el futuro?
El ciclismo en carretera supone un trabajo de equipo, y necesita un presupuesto más alto por sus estructuras de material y de personal, aunque es verdad que esta modalidad siempre ha tenido un buen apoyo mediático, lo que hace que la primera inclinación de los ciclistas sea formar parte de un equipo de carretera.

Sin embargo, la bicicleta de montaña es una modalidad más individual, aunque hay muchos detalles que se han ido asemejando al ciclismo de carretera, creándose estructuras de equipos, hay carreras en las que se compite por parejas, e incluso se forman plantillas pensando en las diferentes carreras para cubrir el máximo posible del calendario de la temporada. También está aumentando su repercusión mediática, sobre todo por los éxitos deportivos de los españoles, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, incluso en los juegos olímpicos.

A nivel profesional quizás el número de corredores españoles en carretera haya disminuido muchísimo en los últimos 10 años porque han desaparecido equipos ante la ausencia de medios económicos para mantenerse en el mundo profesional.

A cambio, ha ido creciendo el número de equipos que tienen ciclistas profesionales o que están al máximo nivel en montaña; prueba de ello es que en Extremadura tenemos ahora mismo a un equipo de mountain bike profesional destacando a nivel internacional. De hecho, la mayoría de los deportistas jóvenes, e incluso las escuelas tienden más al ciclismo de montaña; la carretera da mucho miedo a las familias por los accidentes, y el entorno natural del mountain bike ofrece más seguridad sin ese estrés.

Alejandro, con Pedro Romero en primer plano, en la Andalucía Bike Race de 2012 compitiendo por parejas. Foto: Sportograf
Alejandro, con Pedro Romero en primer plano, en la Andalucía Bike Race de 2012 compitiendo por parejas. Foto: Sportograf

Es recurrente hablar de los valores del deporte. ¿Cuáles destacarías del ciclismo?
Yo diría la puntualidad y el hecho de ser una persona ordenada; haber compaginado el ciclismo a nivel profesional con mis obligaciones académicas me obligó a organizarme y a dar prioridad a las cosas más importantes. Eso se puede trasladar después al mundo profesional o al hogar de cada uno. Y no me quiero olvidar del compañerismo, de aprender a convivir con los rivales e incluso tener amistad con ellos; del espíritu de superación cuando las condiciones son más adversas; o de adquirir templanza para no ponerse nervioso en situaciones en las que lo tienes todo perdido, pero sabes que todavía puedes dar la vuelta a ese resultado negativo.

Alejandro, tras ganar la crono de la prueba de la Copa del Mundo celebrada en Madrid en 2008. Foto: Cedida
Alejandro, tras ganar la crono de la prueba de la Copa del Mundo celebrada en Madrid en 2008. Foto: Cedida

¿Qué queda de aquel chaval que comenzó su carrera ciclista hace casi 30 años?
Realmente lo más importante, que es la ilusión y la afición por la bicicleta, no solo a nivel profesional y de resultados, sino también como una filosofía de vida que te enseña muchas cosas y que crea unos hábitos, un grupo de amistades e incluso una una calidad de vida bastante buena.

¿Qué futuro auguras para el ciclismo en Extremadura?
Más que pensar en el futuro estoy satisfecho con el presente, con lo que se está haciendo hoy en día Extremadura, que es el futuro o la respuesta a esta pregunta cuando nos la hacíamos nosotros hace 10 años. Entonces el ciclismo en Extremadura estaba muy flojo, muy disperso, con muchas carencias, aunque es cierto que había buenos corredores en diferentes modalidades, como carretera, BMX o triatlón. Hoy, sin embargo, somos líderes del Open de España de Maratón en ciclismo de montaña, organizamos carreras muy importantes a nivel nacional e internacional y hay muchas licencias.

Inicios del proyecto de equipo de cantera de Alejandro Díaz de la Peña. Foto: Cedida
Inicios del proyecto de equipo de cantera de Alejandro Díaz de la Peña. Foto: Cedida

¿Qué le dirías a un chaval de 15 años que se siente atraído por el mundo del ciclismo profesional?
Principalmente que tiene que estar muy tranquilo y no tener prisa por ser ciclista profesional. Los niños tienen que disfrutar y hacer cosas de niños, salir con los amigos… para que luego durante los años de profesional no se eche en falta y no haya frustración por la exigencia de la competición. Si un corredor tiene cualidades, compromiso y constancia en el trabajo, seguramente llegará a lo máximo que pueda, y en muchos casos a ser ciclista profesional.

Alejandro comanda la carrera en el reciente Maratón Templario de Jerez de los Caballeros. Foto: Juan Cintas Fotógrafos
Alejandro comanda la carrera en el reciente Maratón Templario de Jerez de los Caballeros. Foto: Juan Cintas Fotógrafos

La bicicleta, además de un deporte, es un medio de transporte de lo más sostenible y ecológico, y parece que se extiende su uso cotidiano.
Lo que realmente dificulta el uso cotidiano de la bicicleta es el miedo y el peligro que supone convivir con los otros vehículos. Además, depende de cada municipio, porque hay localidades que están mejor preparadas, pero también necesitas que te acompañe la orografía.

Es verdad que a raíz de la pandemia muchísima gente ha comenzado a desplazarse en bicicleta a su lugar de trabajo, y también a usarla más como afición o deporte. La bicicleta es un medio de transporte que hace muy cómodos los desplazamientos y los agiliza mucho, siempre que se eliminen las barreras y esos peligros que nos encontramos los ciclistas en la vía pública y, sobre todo, en carretera.

Yo creo que, para la convivencia del ciclista, y también del peatón, con los automóviles es fundamental establecer una seguridad y que los usuarios se sientan protegidos.

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