Logo revista Grada
Buscar

Ana Cuenda. Excelencia científica con raíz extremeña. Grada 154. Perfil

Ana Cuenda. Excelencia científica con raíz extremeña. Grada 154. Perfil
Léeme en 9 minutos
Foto: Cedida

Extremeña de nacimiento y de corazón, Ana Cuenda es una prestigiosa investigadora nacida en Badajoz que, tras estudiar Biología y doctorarse en Bioquímica en la Universidad de Extremadura, estuvo trabajando 13 años en Escocia, y actualmente desarrolla su actividad en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, en Madrid, donde lidera un equipo de investigación que hace frente al cáncer.

Forma parte de la Comisión de Igualdad de este organismo, uno de cuyos objetivos es fomentar medidas para alcanzar la igualdad real de géneros en la Ciencia, dando visibilidad al trabajo realizado por mujeres científicas y reivindicando su mayor presencia en puestos de responsabilidad.

Foto: Lourdes Balduque
Foto: Lourdes Balduque

Nacida en Badajoz, cuéntenos cómo fue su infancia y qué recuerdos tiene.
Tengo un recuerdo muy feliz de mi infancia, que por el trabajo de mi padre transcurrió entre Almendralejo, Mérida y Badajoz, pero también en Navalmoral de la Mata, Jarandilla de la Vera y Salvaleón, que era donde vivían mis abuelos y pasábamos mucho tiempo. Una infancia llena de juegos y risas con mis tres hermanos, y de viajes y buenos momentos con mis padres. Me recuerdo como una niña soñadora a la que le gustaba la arqueología, y me imaginaba encontrando grandes tesoros, supongo que por haber vivido muchos años en Mérida, rodeada de ruinas romanas por todas partes. Para mí la infancia también es Extremadura y momentos pasados con mi familia en ‘Los Buenos’, el cortijo que mis abuelos tenían cerca del Valle de Santa Ana.

¿Qué le llevó a estudiar una carrera científica, y en concreto Biología?
Además de la arqueología me gustaba muchísimo la naturaleza, las plantas y los animales. Quería saber el porqué de todo y cómo funcionaba la vida de lo que me rodeaba; la curiosidad fue lo que me hizo estudiar Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura. Una vez estando allí descubrí lo que era la fisiología y la bioquímica, y me fascinó; cuando acabé la licenciatura decidí hacer un doctorado en el departamento de Bioquímica en la Universidad de Extremadura.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

Continuó su formación en Escocia. ¿Lo veía como una posibilidad laboral de futuro o tenía claro que quería regresar a España?
Cuando terminé el doctorado tuve que decidir qué iba a hacer con mi vida; las opciones eran preparar unas oposiciones para dar clase en un instituto o salir del país y seguir formándome como investigadora, y yo elegí la segunda alternativa. Busqué un laboratorio bueno, de reconocido prestigio a nivel mundial y que investigara sobre algo que me apasionara, y decidí ir al laboratorio de Sir Philip Cohen, que afortunadamente me aceptó como parte de su equipo. Mi idea siempre fue volver a España a los dos o tres años de estar en Dundee, pero la falta de buenas oportunidades y la vida hicieron que me quedará allí, y formar mi propio grupo en el Medical Research Council, algo así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, del Reino Unido. Al final estuve viviendo en Dundee más de 13 años y todavía mantengo un vínculo muy estrecho con Escocia, donde vuelvo con mucha frecuencia.

¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en el Centro Nacional de Biotecnología?
Cuando llevaba más de 10 años en Escocia creí que era el mejor momento para volver a España: pensé “si no vuelvo ahora, a lo mejor ya no lo hago nunca”. La situación económica en nuestro país era buena y la inversión en Ciencia estaba mejorando. En un primer momento volví a Extremadura, a la Facultad de Veterinaria en Cáceres, pero la dificultad para lograr allí una estabilidad de mi grupo hizo que me presentara a una oposición de una plaza en el CSIC, y la aprobé. Así fue como me incorporé al Centro Nacional de Biotecnología en Madrid.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

¿Cuál es su especialidad dentro de la Biotecnología?
Mi laboratorio investiga cuáles son las moléculas que están implicadas en la respuesta inflamatoria. La inflamación es el primer mecanismo de defensa que tenemos, pero tiene que estar controlada. Estudiamos cómo esa inflamación se descontrola, qué provoca que deje de funcionar correctamente, por ejemplo en la colitis ulcerosa y en el cáncer de colon que se produce después de estos procesos inflamatorios crónicos. En mi laboratorio hemos descubierto que unas proteínas, las quinasas del estrés, controlan la inflamación, y que si quitamos o inhibimos estas proteínas podemos bajar la inflamación con efectos curativos. Estos hallazgos, de momento en modelos animales, abren la puerta a un fármaco futuro para tratar este tipo de cáncer de colon asociado a inflamación en pacientes humanos.

¿En qué consiste su trabajo, cómo es un día normal en el laboratorio?
Cuando llego al laboratorio normalmente me reúno con los miembros de mi grupo para ver y analizar los resultados de los días anteriores. Discutimos los datos y llegamos a conclusiones, que son la base para diseñar y plantear los siguientes experimentos que vamos a hacer para dar respuesta a nuestras preguntas científicas e hipótesis. También resuelvo problemas, del grupo o del departamento, gestionando la burocracia que va implícita en cualquier actividad relacionada con la Ciencia en España, pero también estudiando y leyendo los últimos avances para interpretar correctamente los resultados del laboratorio y para plantear nuevas hipótesis. Además, preparo proyectos para solicitar financiación y poder llevar a cabo nuestra investigación; escribo nuestros hallazgos para presentarlos en artículos científicos que se trasmitirán a la comunidad científica y finalmente a toda la sociedad; y hago mis labores de editora jefe para una revista científica internacional. También dedico parte de mi tiempo a labores de divulgación y gestión para las sociedades y comisiones en las que estoy involucrada, así que me mantengo ocupada.

¿Cómo se origina el cáncer, y por qué es una enfermedad cada vez más extendida?
El cáncer se origina cuando algunas células de nuestros órganos empiezan a dividirse, a crecer, de forma descontrolada. Esto se produce principalmente por dos causas; una es hereditaria, y la otra es nuestro estilo de vida. La segunda causa es la que produce más cáncer: algunos hábitos alimenticios, el sedentarismo, la obesidad o el tabaquismo son factores muy importantes que favorecen el desarrollo del cáncer. El envejecimiento es otro factor; cada vez vivimos más años, lo cual es bueno, pero tiene un coste asociado.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

Ahora parece que solo hay Covid-19. ¿La labor investigadora para superarla será a costa de otras patologías?
Se está invirtiendo mucho esfuerzo en la investigación de la Covid-19 y se está dejando de lado la investigación en otras enfermedades que no son menos importantes, y por las que mueren muchos miles o millones de personas en el mundo. Por ejemplo, en España, solo de cáncer, mueren unas 130.000 personas al año, es decir más de 350 personas al día; se estima que este último año el diagnóstico del cáncer ha caído entre un 20% y un 40% y lo mismo ha pasado con la investigación en esta enfermedad. Casi todo el foco de la inversión en investigación ahora está en la Covid-19 y se está abandonando la inversión en el estudio de otras patologías muy relevantes en nuestra sociedad, no solo el cáncer sino también las enfermedades cardiovasculares o las neurodegenerativas.

¿Servirá la pandemia para concienciar a la población sobre la importancia de la investigación médica y para que cuente con fondos suficientes?
Si esta situación tiene algo bueno es que la sociedad realmente se ha dado cuenta y, quiero pensar que también se ha convencido, de que los científicos y las científicas somos realmente importantes. La sociedad ahora sabe más de Ciencia que hace un año. Desde luego sin una fuerte investigación médica detrás no se habrían conseguido en un tiempo récord las vacunas, que van a acabar con la pandemia; yo creo que la población se ha dado cuenta de esto. Ahora lo que se necesita es que la sociedad no se olvide y siga creyendo en la Ciencia; solo así va a exigir a nuestros gestores que se aumente la inversión en investigación y en el desarrollo tecnológico en España. Pero también es importante un pacto por la Ciencia que no esté vacío de contenido y que sirva para solucionar los problemas estructurales que actualmente tenemos.

Forma parte de la Comisión de Igualdad del Centro Nacional de Biotecnología. ¿Cómo surgió esta posibilidad y qué funciones tiene?
La creación de la Comisión de Igualdad en el Centro Nacional de Biotecnología es muy reciente, apenas llevamos unos meses trabajando, y nació por una necesidad real en el CSIC, en particular en nuestro centro, de fomentar la igualdad entre géneros. El principal objetivo de esta comisión que coordino es que se respete el principio de igualdad de oportunidades sin que haya discriminación de género, raza, nacimiento, opinión u orientación sexual. También queremos fomentar medidas para alcanzar la igualdad real de géneros en la Ciencia, dando visibilidad al trabajo realizado por mujeres científicas y reivindicando su mayor presencia en puestos de responsabilidad.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

¿Va aumentando el protagonismo de las mujeres en la investigación científica?
En los últimos años se han hecho muchas acciones para que haya igualdad, pero a la hora de la verdad eso no se ha traducido todavía en una mejora sustancial de la mujer en nuestra profesión, sobre todo en las etapas más avanzadas de la carrera investigadora y en los puestos de responsabilidad. Lamentablemente todavía siguen siendo necesarias muchas más acciones para que la carrera investigadora se iguale entre hombres y mujeres y que desaparezca el ‘techo de cristal’. A las mujeres todavía nos falta mucho camino por recorrer, aunque afortunadamente esto va cambiando poco a poco.

Un hándicap para las investigadoras es la conciliación con la vida familiar. ¿Cuál es su opinión y hacia dónde debe ir la sociedad?
Definitivamente uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos las mujeres es la conciliación familiar. Por tradición, las mujeres somos las que llevamos más el peso de la casa y el cuidado de los hijos y de personas dependientes. El mundo de la Ciencia es muy competitivo y para la mayoría de las investigadoras la maternidad supone un parón en su carrera que es difícil de superar. Solo conseguiremos la igualdad en una sociedad que entienda que la conciliación es una necesidad, y solo llegaremos a eso desde la educación en los colegios, los institutos y las universidades.

¿Qué relación mantiene con Extremadura? ¿Cómo se ve desde la distancia?
Aparte del vínculo sentimental que siempre voy a tener por haber nacido y haberme criado en Extremadura también tengo un vínculo emocional directo, porque toda mi familia, a excepción de mi marido y mi hijo, están ahí. También tengo ahí a muchos amigos de la infancia y de la profesión. Extremadura es mi tierra, es el lugar al que me gusta volver cada vez que puedo, y al que veo con mucha esperanza desde la distancia.

Foto: Cedida
Foto: Cedida

¿Qué consejo daría a los jóvenes universitarios interesados en la investigación?
Les diría que se dediquen a la investigación si realmente es lo que les gusta. Que no se pongan límites, que sean valientes y busquen buenos sitios donde formarse y aprender de los mejores en algo que les apasione. Que la carrera investigadora es una carrera de fondo, donde tienes que ser emocionalmente fuerte porque se van a encontrar con obstáculos. Que no se desanimen, ya que se enfrentarán a muchos fracasos y a que les digan que no; pero, si se trabaja duro y se aguanta, la investigación es muy enriquecedora y da muchas satisfacciones.

¿Qué se puede hacer en las aulas para que las niñas se animen a estudiar carreras relacionadas con la Ciencia y las tecnologías?
Creo que una iniciativa buena es visibilizar a mujeres profesionales que ya son científicas y tecnólogas. A las niñas, también a los niños, les faltan referentes femeninos para que vean que es posible, que hay veces que somos nosotras mismas quienes nos cortamos las alas pensando que no valemos o que ese tipo de carreras son solo cosa de chicos. Hay que eliminar los estereotipos.

ENTRADAS RELACIONADAS

Desde la Campiña Sur hasta los pasillos del poder en Madrid, la vida de Enrique Sánchez de León Pérez ha...
No podíamos permitirnos una sola entrevista en el ‘Perfil’ este mes. Acercarnos, aunque sea mínimamente, a la mujer extremeña requiere...
Nacido en 1965 en Cáceres, su vida siempre ha estado muy ligada al deporte, pero todo cambió cuando a los...
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Begoña Pérez tiene una amplia trayectoria como corresponsal para diversos medios...
Diciembre de 2023 es una fecha muy especial para Fundación CB, dado que se cumple el décimo aniversario de su...
Irene Villa recibió el Premio de la Fundación Primera Fila, que una vez más volvió a organizar esta gala solidaria...

LO MÁS LEÍDO