Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y nacida en Badajoz, Ángeles Blanco lleva vinculada a los servicios informativos de Mediaset desde 1993, y en la actualidad presenta y coedita, junto a Pepe Ribagorda, Informativos Telecinco Fin de Semana, líder en sus respectivas franjas horarias. Defensora de su profesión como apasionante y muy vocacional, otra de sus pasiones es la literatura, en la que se inició con el libro de viajes ‘Sahara’ junto a Josto Maffeo, y recientemente ha publicado la novela histórica ‘Los dos viajes de Evita’, sobre la vida y la muerte de Eva Perón.
¿Cuándo se inició tu interés por el periodismo? ¿Viene de familia?
Desde muy pequeña. Yo diría que desde que tengo uso de razón. Recuerdo que utilizaba la comba que usábamos para saltar como micrófono. Y siendo una niña, y mi hermano prácticamente un bebé, le hacía entrevistas que grababa en un radiocasete de los de antes. Nunca me he visto haciendo otra cosa. Y no tenía antecedentes en la familia. Mi padre me ha contado alguna vez que colaboró esporádicamente en una emisora, pero nada profesional.
¿Qué recuerdos tienes de tu infancia en Extremadura, concretamente en Badajoz?
Muchos y muy buenos. Hace poco me reencontré con algunos amigos de la infancia con los que jugaba y salía por Badajoz y fue muy emocionante. Fue una época maravillosa. Cuando piso mi tierra me gusta volver a los lugares en los que fui tan feliz y recordar aquellos tiempos.
Cuando estabas estudiando en la Complutense, ¿sentías que podrías desarrollar tu carrera profesional en tu tierra, o que deberías quedarte ya en Madrid?
Realmente no tenía ni idea de lo que podía pasar. Es cierto que cuando comencé la carrera yo ya vivía en Madrid y pensaba en buscar una salida profesional en la capital. Pero, nada más empezar a estudiar periodismo, la primera oportunidad que tuve de hacer prácticas fue en una emisora de Badajoz. Allí aprendí mucho y lo pasé muy bien. Llegué a pensar que quizá mi futuro laboral estaba allí. Pero la vida decide por ti y pronto surgió la oportunidad de incorporarme a Telecinco.
Empezaste en la radio, pero toda tu carrera se ha desarrollado en la televisión. ¿Son dos medios tan diferentes?
Son dos medios apasionantes, cada uno con sus peculiaridades. Quizá la radio sea más íntima. Solo importa la voz, en la que se concentra toda la atención. La televisión tiene además el componente de la imagen, lo que le aporta más fuerza. Disfruto mucho tanto con una cámara como con un micrófono delante. Además, las nuevas tecnologías han permitido que la televisión se dote también de la inmediatez que siempre ha tenido la radio.
Habitual de los servicios informativos, ¿te apetecería probar otros formatos televisivos?
Siendo periodista y amando tanto mi profesión disfruto enormemente del trabajo que hago. Editar un informativo y poder contar lo que consideras que la gente debe conocer es fantástico. Me veo dedicada a la información, lo que no quiere decir que cierre herméticamente la puerta a otros formatos.
¿Pesa la responsabilidad de estar al frente de un informativo con tanta audiencia como el vuestro?
Cuando preparas el informativo y cuando te pones delante de la cámara no piensas en la cantidad de gente que hay al otro lado. De hecho, ¡es mejor no pensarlo! El objetivo es contar todo lo importante y tratar de hacerlo de una manera amena y comprensible. Que la audiencia responda y nos siga es la mejor recompensa a nuestro trabajo.
¿Qué futuro tiene la profesión periodística, con la irrupción de las redes sociales y la importancia cada vez mayor del marketing incluso en la redacción de las noticias?
Conviene separar lo que son las redes sociales de las fuentes fiables de información. Hace unos días una chica de unos 20 años me decía que ella no ve los informativos para saber lo que pasa en el mundo, que con Twitter ya le va bien. Eso supone un peligro. En las redes puedes encontrar información veraz y contrastada mezclada con ‘fake news’ y falsos rumores. Todo se mezcla y eso es muy peligroso. Conviene saber quién es una fuente fiable. Y la labor del periodista precisamente está en contrastar la información y contar la verdad.
¿Más allá de informar, cuál debería ser el papel de los grandes medios de comunicación en temas tan importantes como la violencia de género, el cambio climático o los colectivos en riesgo de exclusión social?
Los medios de comunicación tienen una responsabilidad muy grande porque llegan a mucha gente. Son capaces de poner en la agenda cuestiones de máximo interés y tienen el poder de llamar la atención sobre determinados aspectos. Sin ir más lejos, la repercusión que ha tenido la Cumbre del Clima celebrada en Madrid tiene mucho que ver con el impulso que se le ha dado desde los medios. Actualmente hay una sensibilidad especial con determinados colectivos, y los medios ayudan a que eso sea así. Pero también aquí nos toca explicar bien las cosas para tratar de neutralizar las ‘fake news’ que inundan las redes.
Otra de tus pasiones es la literatura. ¿Cómo surgió la oportunidad de escribir una novela histórica como ‘Los dos viajes de Evita’?
Fue durante un viaje a Argentina allá por el año 2009. Unos amigos periodistas que ejercieron como anfitriones nos enseñaron algunos de los lugares más emblemáticos de Buenos Aires. Entre esos lugares se encontraba el edificio en el que permaneció durante mucho tiempo el cadáver de Evita, y donde le hicieron auténticas barbaridades. Aquello que me contaron me impactó y comencé a leer todo lo que caía en mis manos sobre la vida y la muerte de Eva Perón. Es un personaje apasionante que, además, está muy relacionado con España. Su visita a nuestro país en 1947 y su relación con Franco y Carmen Polo da para escribir muchas líneas. Por eso años después me he animado a contar una historia increíble, que casi nadie conoce, y que merece la pena saber.
Y anteriormente publicaste ‘Sahara’ junto a Josto Maffeo, un registro completamente diferente.
Sí. No tiene nada que ver un libro con el otro. El primero supuso todo un reto, pero este segundo ha sido especialmente trabajoso y muy satisfactorio. La novela histórica es un género que me encanta pero que me da mucho respeto.
¿Qué queda de aquella Ángeles Blanco enamorada de la gimnasia rítmica?
¡Uf! No sabría decirte. Creo que en algunos aspectos queda mucho y en otros soy otra persona. Sigo disfrutando de las pequeñas cosas, de sacarle el máximo partido a todo lo que ofrece la vida y de soñar como lo hacía cuando me imaginaba compitiendo en tapices de todo el mundo.
¿Cómo es tu tiempo de ocio, compartiendo tu vida con otro periodista como Vicente Vallés?
Intentamos aprovechar el poco tiempo que tenemos en familia. Nuestros horarios son muy complicados y apenas coincidimos. Eso hace que le demos mucho más valor a las vacaciones porque son el único momento del año en el que podemos dedicar tiempo conjunto al ocio. ¡Exprimimos hasta el último segundo!
Acaba de implantarse Periodismo en la Universidad de Extremadura. ¿Qué les dirías a los que estén planteándose dedicarse a la información?
Les diría que es una profesión apasionante y muy vocacional. Que intenten conseguir unas prácticas cuanto antes, aunque sea en una pequeña revista de barrio. De todo se aprende y todo es útil. Seguro que mucha gente les dirá que las cosas están difíciles y que hay mucha precariedad. Pero eso pasa en otras muchas profesiones. Si me dieran la oportunidad de volver a elegir una carrera volvería a optar por periodismo sin duda alguna.
¿Sigues manteniendo el contacto con Extremadura?
Sí. Buena parte de mi familia vive en Extremadura y tenemos una relación muy especial. Me encanta visitar mi tierra cuando puedo. La pena es no tener más tiempo para hacerlo. Pero, cada vez que surge la ocasión, cojo el coche y me quito el mono. ¡Tenemos tantos lugares maravillosos!
¿Todavía es Extremadura una gran desconocida?
Cada vez más gente conoce Extremadura y todo el que la visita se enamora. No solo de las ciudades, de los pueblos, de la naturaleza… También de la gente. Quien la visita repite. Y si aún hay mucha gente que no la ha pisado también tiene que ver con la incomunicación que sufrimos. No resulta fácil llegar y eso nos penaliza.
Recientemente presentaste la ceremonia de entrega de las Medallas de Extremadura. ¿Qué impresión sacaste de la región y que opinión tienes sobre su futuro?
Fue un momento muy emocionante. Pisar ese escenario es pura magia. No hay teatro romano en el mundo como el de Mérida. Es impactante. Y hacerlo además en compañía de mi ‘hermana-prima’ Leticia fue lo más grande. La entrega de las Medallas de Extremadura es una ocasión muy especial y la viví con toda intensidad. En esa gala lo dije y siempre lo repito; uno de los problemas que tenemos los extremeños es que no le damos valor suficiente a lo que tenemos. Y tenemos mucho. Ya va siendo hora de que presumamos de lo nuestro. Yo en mi pequeña parcelita trato de hacerlo.
