A veces las señales son tan grandes que somos incapaces de percibirlas. Pasó tiempo hasta que se comprendió la magnitud, y la abundancia, de las señales de Nazca. Fue necesario elevarse, ascender medianamente, para disfrutarlas en plenitud. Hace ya muchos años que eso de ascender a los cielos para contemplar cualquier rincón de nuestro planeta se convirtió en una hermosa costumbre que cualquiera puede practicar desde la comodidad de un sillón en su hogar; basta con conectarse a Google Earth o a cualquier otro servicio de mapas. Si bien es algo que la mayoría empleamos para curiosear sin mayor trascendencia, hay gente decente que aprovecha esa potencia, inimaginable hace tan solo 30 años, para realizar tareas encomiables.
Los anglosajones lo llaman ‘armchair archeology’, tan descriptivos ellos. En los últimos años han proliferado los arqueólogos aficionados que utilizan la herramienta de la empresa de Mountain View para localizar cráteres de meteoritos, asentamientos romanos, naufragios y otros muchos vestigios de la antigüedad. Especialmente cercano resulta el caso del fortín terrero del siglo XVII localizado por Carlos Sánchez Rubio, de ‘4Gatos’, junto a Badajoz. Él mismo lo narra magistralmente.
En una vuelta de tuerca deliciosa, otra tecnología ha venido a mejorar el arsenal de herramientas para la arqueología remota, de guante blanco. El ‘Lidar’ es un láser famoso porque permite a los coches autónomos reconocer el terreno por el que andan, evitando que choquen con cualquier obstáculo. Puede calibrarse para ignorar determinadas capas como, por ejemplo, la de la vegetación, por frondosa que sea. Por eso lo empleó un equipo de National Geographic para descubrir en 2019 una ciudad inca más antigua que Machu Picchu, y también más elevada, a 4.000 metros de altura.
Durante el periodo de confinamiento en el Reino Unido han combinado estas dos herramientas; han proporcionado imágenes topográficas construidas con ‘Lidar’ a arqueólogos aficionados para que las comparen con mapas históricos. Esto ha permitido localizar túmulos prehistóricos hasta ahora inexplorados, calzadas romanas y granjas medievales. Sencillamente, maravilloso.
Enlaces
Mh: El fortín terrero
El meteorito que encontró Google Earth
Científicos descubrieron un asentamiento en Perú más antiguo que Machu Picchu
Armchair archaeologists are discovering ancient historic sites during the lockdown
Tales of an Armchair Archaeologist, by Mel Taylor