Una forma de sentir que ya no puedo hacer lo mismo que antes es con la lectura de los periódicos de papel. Hace años leía las noticias porque podía distinguir su texto. Con el tiempo empecé a no ver bien las letras, aún llevando gafas sólo conseguía llegar a leer los subtítulos porque el tamaño era más grande y estaban en negrita. Pasado más años me sucedió lo mismo con los subtítulos, dejé de percibirlos y sólo alcanzaba a leer los grandes titulares. Hoy por hoy no llego a leer ni los titulares si no es con ayuda de una lupa de mano.
El déficit visual es un impacto significativo en la vida de una persona y dejar de leer es una causa, entre otras. El incremento de la pérdida de visión puede llegar a requerir de apoyo adicional para realizar tareas cotidianas, participar en actividades sociales y trabajar.
Así es la baja visión; es un déficit visual permanente que no se puede corregir con gafas, lentes de contacto, medicamentos o cirugía. Puede ser causado por una variedad de patologías, como la degeneración macular relacionada con la edad, el glaucoma y la retinopatía diabética, o incluso por enfermedades hereditarias, lesiones cerebrales y envejecimiento. Y puede variar ampliamente, desde una disminución ligera de la capacidad visual hasta la pérdida casi total de la visión.
Es importante tener en cuenta que la baja visión es diferente de la ceguera, ya que las personas con baja visión aún tienen algo de visión utilizable. Poseemos un resto de visión suficiente para reconocer objetos u orientarse con la vista, pero insuficiente como para realizar con dificultad actividades de la vida diaria como leer, cocinar y reconocer rostros.
Existe una variedad de tecnologías y técnicas de asistencia que pueden ayudar a las personas con baja visión a ver y realizar mejor sus actividades diarias. Estos incluyen lupas, pantallas de alto contraste y software de texto a voz. Algunas personas también pueden beneficiarse de los programas especiales de rehabilitación de la baja visión que les enseñan cómo usar la visión que les queda de manera más efectiva.
La sociedad juega un papel importante en apoyar a las personas con baja visión. La inclusión y la accesibilidad son claves para asegurar que todos tengan las mismas oportunidades de participar y contribuir en la sociedad. Esto incluye la accesibilidad en el lugar de trabajo, en los medios de transporte y en la construcción de edificios y espacios públicos.
Es importante señalar que la detección temprana, el manejo y la rehabilitación pueden ayudar a las personas con baja visión a ver y realizar mejor las actividades diarias, mejorando su calidad de vida.