El palacio de Mayoralgo se presenta con una hermosa fachada, robusta y sobria a la vez, que presenta elementos góticos, en donde la gracia del conjunto se carga en las dos ventanas gemelas, de arco bilobulado, con mainel de mármol, escudo central con las armas de la estirpe, y la sabia disposición del alfiz, que divide el enorme lienzo granítico en varias secciones. Su construcción se data entre los años 1534 y 1538.
En su patio interior, más antiguo, conserva restos de arcos mudéjares; y en sus paredes se advierten empotrados capiteles visigóticos, así como una serie de escudos de las distintas familias que entroncaron con este linaje. En él se admira, sobre un podio granítico, una bellísima estatua marmórea de dama romana, a la que le falta la cabeza, muestra única junto con la del genio tutelar de la colonia (vulgarmente la ‘Diosa Ceres’) de la escultura romana en la ciudad. Esta talla, blasones, capiteles, arcos y los verdes densos de las palmeras de sus macetones producen en el espíritu una proverbial sensación de placidez y serenidad, ante tanta historia y tanta nobleza acumulada. En la actualidad es sede de Caja Extremadura.
El edificio fue destruido durante la Guerra Civil española, debido al bombardeo que los aviones republicanos llevaron a efecto en Cáceres el 23 de julio de 1937. Especialmente dramáticas fueron las circunstancias ocurridas en la Plaza de Santa María. La incursión aérea contra la ciudad de Cáceres fue organizada durante la batalla de Brunete, que se venía desarrollando en las inmediaciones de Madrid durante el mes de julio de 1937. En la mañana del 23 de julio cinco de los aviones de bombardeo soviéticos llamados ‘Katiuskas’ sobrevolaron la ciudad sobre las nueve y media de la mañana, descargando sobre su núcleo urbano 18 bombas que afectaron a lugares como el Mercado de Abastos, el Instituto de Enseñanza Media, el Gobierno Civil, la Plaza de Santa María, las calles Santi Espíritu y Nidos y las traseras del cuartel de la Guardia Civil. De poco habían servido las medidas preventivas que se habían tomado días antes por parte del Gobernador Militar y del Alcalde; así, en la Plaza Mayor, la noche del 22 de julio se trabajaba activamente en la colocación de sacos terreros.
Dos de estas bombas cayeron frente a una de las puertas de Santa María y su metralla cruzada penetró en la Iglesia, dejando sin vida o malheridos a todos los que estaban al fondo, por debajo de las pilas del agua bendita; otros murieron en la plazuela; el Palacio de Mayoralgo se vino abajo, como varios edificios de la Plaza y las traseras del Ayuntamiento.
Existió una capilla en esta casa solariega de los Mayoralgo en Cáceres. El cronista de la Ciudad y Académico don Miguel Ángel Ortí refiere lo siguiente: “don Pablo José de Mayoralgo Enríquez, 11ª Señor de la Torre de Mayoralgo y Caballero de la Orden de Alcántara, que vive en la mitad del siglo XVII y muere la mañana del 25 julio 1719 en la casa solariega de los Mayoralgo, en Cáceres, nos da el inventario de sus bienes con todo detalle, tal conforme estaba amueblado el palacio, habitación por habitación, pudiendo reconstruir con ella el interior de una morada señorial cacereña de tal ilustre abolengo. En primer lugar, la capilla, en donde estaba la imagen de San Benito, formado el altar por un bufete de pino con frontal pintado, puesto en un bastidor y en medio las armas de los Mayoralgo, había también una imagen de San Juan Bautista. De pinturas: un San Marcos, una Anunciación, un rostro de Jesús, un San Miguel, una Santa María egipciaca, un San Juan de la Cruz, un San Jerónimo, San Isidro, Nuestra Señora de Guadalupe, un San José, un San Francisco, un San Blas, un Descendimiento. En madera, el Señor atado a la columna, un San Gregorio y un San Agustín, un Niño Jesús y un retrato de la madre María de la Parra. Tenían también 10 láminas de papel con vidrio. De ornamentos sagrados, un cáliz con su patena, de plata dorado y un crucifijo grande dorado”.1
1 Ortí Belmonte, M. A.: ‘La vida en Cáceres en los siglos XIII y XVI al XVIII’. Cáceres, 1948, p. 54
