Mamen Vázquez
Todavía quedan algunas competiciones por finalizar antes de dar por terminada esta temporada 2019 del motor. Una de ellas es la última carrera de Fórmula 1 donde prácticamente lo más importante ya está decidido. Lewis Hamilton y el equipo Mercedes ya son campeones si discusión alguna.
Aun así, no deja de tener emoción, sobre todo en la parte media de la tabla, donde hay mucha igualdad y se juegan subir o bajar un solo puesto y lo que ello conlleva en cuestiones económicas, subida de caché, popularidad y ego a título personal de cada piloto. Entre ellos tenemos a nuestro Carlos Sainz, quien, en esta última carrera, en Abu Dhabi, se jugaba y conseguía el sexto puesto de la general; y nada menos que con Pierre Gasly y Alex Albon, dos pilotos que han estado media temporada en el equipo de Toro Rosso y Red Bull respectivamente. Esta lucha tiene aún más mérito para Carlos, ya que compite con un McLaren que todavía es inferior al Red Bull.
De todas formas, la temporada tan grande que ha hecho el madrileño ya no hay quien se la quite. Está conduciendo como un verdadero campeón, sacando petróleo de un coche que, si bien ha progresado este año de forma asombrosa, aún no está a la altura de los grandes, ni mucho menos donde lo ha llevado Carlos.
Suele clasificar bastante bien y en puestos de arriba, aunque en algunas ocasiones su compañero le ha superado. Pero después viene la carrera y Carlos se crece, haciendo unas salidas de verdadero campeón, donde suele adelantar bastantes puestos. Una de las mejores fue en el Gran Premio de Mónaco; si hay un circuito difícil para salir, y más para adelantar, ese no es otro que Mónaco, pero ahí estaba Carlos para demostrar de la pasta que está hecho con una salida de vértigo. Lo volvió a hacer, terminando por encima de lo que cantan las telemetrías; volvió a quedar séptimo, que traducido en términos de la F1 es el primero de los mortales, pues el resto son coches muy superiores y sería imposible llegar más arriba, salvo error de aquellos que están por delante.
Por si esto no fuera suficiente, eso que parecía un milagro llegó, y Carlos tuvo su recompensa, nada menos que en el Gran Premio de Brasil, donde se subió tarde, pero por fin tuvo su trofeo de ganador, quedando tercero en la carrera.
Lo bueno es lo que hemos disfrutado este año con Carlos. Lo mejor es lo que está por venir. En su día aposté por ti Carlos y aquí sigo diciendo que tarde o temprano serás campeón. Suerte y al toro, ‘Matador’. ¡Felicidades campeón!