Los retos medioambientales, las consecuencias del conflicto en Ucrania y el encarecimiento general del coste de la vida son factores que plantean un escenario de múltiples crisis e incertidumbres que amplían las brechas sociales ya existentes. Por ello se hace más necesario que nunca poner el foco en el cuidado de las personas y en su bienestar. De ahí que la Plataforma del Tercer Sector apueste decididamente por establecer un vínculo más fuerte con las empresas con sede en España, con el objetivo de dar un paso más en la reconstrucción social y lograr los objetivos de la ONU para estos diez años.
En 2018, y con el impulso de la Plataforma, se creó en la Ley de Presupuestos Generales del Estado la casilla ‘Empresa solidaria’, una oportunidad sin coste que tienen las empresas de destinar el 0,7% del Impuesto de Sociedades que pagan a financiar proyectos sociales dirigidos a garantizar los derechos de la ciudadanía y a la lucha contra la pobreza, la exclusión social y la desigualdad.
En los cuatro años que lleva vigente la recaudación ha superado los 142 millones de euros. En el último ejercicio con datos disponibles la casilla ‘Empresa solidaria’ ha permitido impulsar 6.586 proyectos sociales a nivel autonómico, beneficiando a 2.148 entidades del tercer sector; y otros 887 proyectos a nivel estatal, desarrollados por 262 entidades, centrados en fortalecer el tercer sector y el voluntariado, fomentar la inclusión social, poner en marcha proyectos en instituciones penitenciarias, y proteger y reforzar los derechos de las personas con discapacidad y la lucha contra la violencia de género. Según las previsiones del Ministerio de Hacienda, si todas las empresas marcasen la casilla ‘Empresa solidaria’ este año la recaudación ascendería a 225 millones de euros.
Para fomentar el conocimiento de esta iniciativa se ha elaborado el estudio ‘El impacto de las empresas para regenerar el bienestar social’, que subraya la oportunidad del entorno empresarial para tomar la iniciativa en la construcción de un nuevo modelo de sociedad sostenible tanto en el ámbito económico como en el social y ambiental.
Hasta ahora, solo el 14% de las empresas consultadas conoce y marca la casilla; un 26% la conoce, pero no la marca; y el resto, la mayoría de las empresas participantes en el estudio, la desconocía. También las gestorías y asesorías legales conocen la iniciativa y son conscientes de su papel a la hora de informar a las empresas para que marquen la casilla.
La mayoría de las empresas que aún no marcan la casilla declaran ser conscientes del valor reputacional que conlleva, y consideran que hacerlo influiría positivamente en su labor comercial; sin olvidar que es la vía más efectiva para que las empresas apoyen al Tercer Sector.
Otro factor que favorece la iniciativa de marcar esta casilla es la reputación social que otorga el ‘Sello empresa solidaria’, una certificación de la Plataforma del Tercer Sector que reconoce a las empresas que promueven un impacto positivo en la sociedad a través de esta herramienta. Además, las empresas que participan se posicionan con los proyectos sociales que más se alinean con sus valores. La involucración de las grandes compañías provoca un efecto de arrastre hacia las pymes, tanto por el hecho de marcarlas como por la difusión de esta posibilidad a través de sus canales de comunicación.
Las empresas reconocen que se animan a marcar la casilla por la posibilidad de decisión y de dirigir los impuestos, así como por la mayor trazabilidad del destino de los fondos recaudados y su impacto real en proyectos concretos. Para las empresas más comprometidas se trata de un acto de coherencia y orgullo, dado que, a la hora de marcar la casilla ‘Empresa solidaria’, el compromiso de la propia empresa es anterior al impacto social que se generará con su decisión.
