El escritor trujillano Daniel Casado, autor de una amplia y reconocida obra poética, presenta un nuevo poemario, ‘Extravíos’, editado por Mahalta Ediciones, tras la edición de ‘La lista Robinson’ en 2023.
En ‘Extravíos’ los poemas se expresan de una manera radicalmente distinta, mirando necesariamente hacia el pasado. La modernidad líquida ha dado paso a una posmodernidad gaseosa, insustancial, tiznada por un halo de escepticismo que solo busca lo utilitario, lo inmediato, lo pragmático, lo rentable.
El autor acaba de presentarlo en la Casa de la Memoria, en Sevilla, acompañado del poeta y periodista Miguel Veyrat y de la escritora Rosana de Aza. A partir de ahora recorrerá las principales ferias del libro extremeñas para presentarlo.
Hemos hablado con él para que nos desgrane este última publicación.
¿Cómo seleccionó los poemas que debían aparecer en ‘Extravíos’?
‘Extravíos’ debe su título a dos ideas principales. Por un lado, a la noción de extravío y desorientación, de desarraigo vital que muchos sentimos en este tiempo raro que vivimos, donde apenas quedan verdades sólidas en las que creer, pues todo se ha vuelto relativo y confuso. Y, por otro, se trata de poemas que fueron quedando al margen de otros libros durante el proceso de escritura. Un día me di cuenta de que muchos de ellos compartían la tensión del extravío, de ser experiencias vividas y escritas en tierra de nadie.
¿Hubo alguna experiencia personal que le llevó a reflexionar sobre los temas que plasma en su poemario?
Siempre la hay. El poeta no puede ser ajeno al tiempo histórico en el que vive y desarrolla su creación. La poesía es, ante todo, consciencia; es decir, el resultado de una experiencia no necesariamente vivida sino también, a veces, revelada, de un entendimiento íntimo de las cosas. Con los años uno aprende a despersonalizarse, a dejar al sujeto del poema a su libre albedrío, revelándole cosas que uno mismo ignoraba. Por eso intento escribir desde mí, no sobre mí.
¿Cómo influyeron las ideas de ‘modernidad líquida’ y ‘posmodernidad gaseosa’ en la construcción de los poemas de ‘Extravíos’?
Creo que el concepto de ‘modernidad líquida’, acuñado por Bauman a finales del siglo XX, habiéndose materializado plenamente en este primer cuarto de siglo, es tan solo la antesala del nuevo paradigma civilizatorio en el que nos encontramos, con la llegada de la inteligencia artificial y el desarrollo de la información personalizada.
El ser humano de la ‘modernidad líquida’ buscaba respuestas, evidenciaba un desconcierto y una angustia; pero el nuevo ser humano de esta ‘posmodernidad gaseosa’ que aventuro ya no busca respuestas: se ha enclaustrado en su pequeño nicho de opinión, en su corrupta democracia, en los populismos que le ofrecen. Sabe que, en lo político y en lo económico, le dirigen verdaderos criminales, pero solo se preocupa de salvar los muebles, de ir tirando, elige ver solo lo que le interesa. La posverdad es solo el inicio de esa ‘posmodernidad gaseosa’, un estado de ignorancia autoinducida.
Su poemario también refleja el concepto ‘Angelus novus’ de Paul Klee y la idea de ‘progreso’ de Walter Benjamin.
Benjamin reflexionó profundamente sobre ese ángel algo infantil y asustado que pintó Paul Klee. Ciertamente, parece estar contemplando el pasado de la Humanidad, es el ángel de la Historia, y su expresión es una mezcla de incredulidad y pavor. Con las alas desplegadas pero quieto, suspendido, no se atreve a moverse; solo ve ruina en todo lo que el ser humano ha llevado a cabo; ruina y destrucción. Una fuerte tempestad lo empuja irremediablemente hacia adelante. Benjamin señala que “lo que llamamos progreso es justamente esta tempestad”; esta alegoría es un retrato de nuestra era.
¿Cómo ha logrado equilibrar la crítica social con un enfoque íntimo y emocional en sus poemas?
Refugiándome en la tradición literaria. En 2023 venía de publicar un poemario como ‘La lista Robinson’, que dialoga con el mundo cibernético, la inteligencia artificial y el transhumanismo, entre otros asuntos, y necesitaba dar respuestas a esa perplejidad. Por suerte, tenemos la literatura, la filosofía, la pintura, la música y la naturaleza, fuente del conocimiento supremo. En el libro hay 11 sonetos, 10 décimas y un largo puñado de haikus, además de otras formas estróficas y, por supuesto, poemas en verso libre.
La serie de palimpsestos dedicada a interiorizar 11 obras pictóricas, de Goya a Hopper, ha sido en realidad una huida, mi forma de equilibrar tensión y belleza y sentir que nuestra época, después de todo, no es tan excepcional; que el mal y la condición humana siempre han estado ahí y que también se puede hacer algo bello de todo eso.
¿Qué significado tiene la brújula de la portada?
Al editor y a mí nos gustó la portada. Para mí representa la inutilidad de todos los atajos. La irreversible precisión del extravío. Todos estamos perdidos, pero pocos lo saben. Nos aferramos a cualquier cosa con tal de sentir que pertenecemos a algo, a algún sitio, a alguna creencia. Solo el extravío nos define como especie. A la vista de los acontecimientos, parece claro que somos seres extraviados, que hemos perdido la conciencia de un origen común. Pero somos uno.
¿Hay una continuidad entre ‘La lista Robinson’ y ‘Extravíos’?
Están escritos al unísono, y algún poema ha bailado de un libro a otro. Más que hermanos son hermanastros: del mismo padre pero con distinta mirada. Afrontan una misma realidad desde ángulos distintos, pero son complementarios.
¿Cuáles serán sus próximas presentaciones en Extremadura?
Después de Sevilla estaré en Badajoz, Mérida, Cáceres, Trujillo, Zafra y Plasencia, no sé si alguna más. En otoño haremos Madrid y Barcelona.
¿Qué papel tuvo la editorial Mahalta Ediciones en la forma final del libro?
En Mahalta, y más concretamente, en la figura del poeta Francisco Caro, he encontrado algo que ya casi daba por perdido: la figura de un editor de verdad, como los de antes. Alguien que contempla el libro como un objeto artístico y espiritual y no como un producto; alguien que se interna junto al autor en el barro de la corrección estilística y ortográfica, haciendo sugerencias de mejora que yo he agradecido enormemente.
¿Tiene nuevos proyectos literarios en mente?
En lo estrictamente literario, estoy trabajando desde el año pasado en un libro de ensayo que me tiene absorto y para el que me faltan horas, días y años. Espero acabarlo en 2027.
Además, estos meses estoy presentando una muestra de mi producción poética acompañado por tres músicos de Badajoz que forman el trío de jazz ‘Baker Blue’; el espectáculo se llama ‘Secretos que contar. Poesía+Jazz’, y la experiencia me está encantando. Además de mi faceta como cantante y letrista de la banda de rock ‘Mr. Gog’; estoy inmerso estos días en la grabación de canciones en solitario, en una línea alejada del rock.