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‘Dolor y gloria’, perfección al milímetro. María López

'Dolor y gloria', perfección al milímetro
Léeme en 4 minutos

La última película de Pedro Almodóvar, de 2019, ha recibido recientemente siete premios Goya, en opinión de algunos, más que merecidos, otros no están tan de acuerdo.

Mejor montaje, mejor música original, mejor guion original, mejor actriz de reparto, mejor actor protagonista, mejor dirección y mejor película. Además de ser elegida por la revista Time como la mejor película del año, dos nominaciones en los Globos de Oro y las 16 nominaciones con las que contaba en los Premios Goya.

La película, aunque no explícitamente, habla sobre el arte de crear, del impulso que sienten los artistas a explorar algo desconocido, y donde el protagonista, aunque se muestra con un perfil depresivo durante todo el largometraje, no pierde ese pequeño impulso.

Es el tipo de cine intimista y delicado que aspira a la perfección en todos sus aspectos, carencia de acción, escenas contundentes e intensas casi sin levantar el tono de voz, movimientos de cámara muy suaves, y un guion estudiado al milímetro, que además de lo que concierne al dialogo, mantiene presente la voz en off que narra la historia, y algunos discursos más con la voz del propio protagonista.

También en este guion destaca sobre el resto de líneas el monologo teatral de ocho minutos de duración de Asier Etxeandía, donde la iluminación, blanca siempre, cambia de cine a teatro, y donde en ocasiones, aunque no es la única parte donde ocurre, la cuarta pared se rompe.

Monólogo con iluminación teatral
Monólogo con iluminación teatral

Es su delicadeza y nivel de detalle las que recuerdan a las tramas del cine de Aronofsky, donde de manera muy sutil, no deja indiferente a nadie por la fuerza de las escenas, y en su mayor parte, no necesita efectos especiales para marcar la diferencia.

También en relación con el director nombrado, Almodóvar mezcla con fluidez una compleja estructura temporal, sorprendentemente sencilla de entender, pero donde todo queda bien resuelto, no es una trama circular ni simétrica como podría ser la de una película de Cristopher Nolan, pero tiene final cerrado y claro, es inesperado, pero con total sentido. Y no por eso es de esas películas que solo puedes ver una vez, al contrario, el final no te hace ver de distinta forma el nudo, sino comprenderlo.

Es ese final precisamente el que juega con el principal tema: el cine. Como hablar sobre las palabras, la película gira en torno al mundo de las películas, pero de manera subjetiva, con la visión propia del director.

Por otro lado, aborda cuestiones distintas, pero se agradece que no sature por la cantidad de temas que abarca: la vejez, la droga, el amor, la homosexualidad, la infancia, la maternidad, la muerte… todo esto retratado con un sabor muy amargo que se consigue atribuyendo sentimientos de culpa, resentimiento, dolor y adicciones… al fin y al cabo, la gloria forma parte del pasado y futuro, pero el presente siempre es dolor.

Sobre esas mismas adicciones, resaltan el propio cine como motor principal de todo, y paralelo a ello, la heroína, que pasa de ser algo secundario al principio de la película, a cobrar gran importancia en ella.

En cuanto a aspectos más técnicos, los colores son los propios del cine almodovariano, pero quizás más apagados que en el resto de sus trabajos: el rojo siempre como protagonista, verde y azul oscuros, negro y amarillo. Con este juego de colores dota a la película de un diseño lujoso y a la vez triste.

Colores: rojo, azul, verde, negro y amarillo. Fotograma
Colores: rojo, azul, verde, negro y amarillo. Fotograma

Otro detalle que llama la atención por originalidad, y sobretodo calidad, es la animación en 2D y 3D del inicio, donde se ilustran las múltiples enfermedades del protagonista, acompañadas de la recurrente voz en off que narra cada una de las ilustraciones.

Animaciones 2D
Animaciones 2D

De los personajes podemos decir que los principales están bien construidos, todo hacen papeles brillantes, ninguno se queda a medias. Antonio Banderas, en un registro completamente nuevo, con unos movimientos y gestos muy ensayados, pero que carecen de expresividad, se mire por donde se mire. Destacar también la escena que abre la película, donde aparece ni más ni menos que la famosa cantante Rosalía, interpretando ‘A tu vera’.

Por su parte, en otros personajes secundarios apreciamos clichés demasiado obvios, la venezolana que trabaja en la casa como limpiadora, o los negros que venden droga en un barrio a las afueras.

Al final ‘Dolor y gloria’ es una obra maestra del cine sobre el cine, y uno de los mejores trabajos del reconocido director, que ha sido cuidadoso en cada detalle que ha formado el largometraje. Sin duda, una de las mejores películas del pasado año.

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