La trigésimo sexta edición del Festival de Teatro Clásico de Alcántara repite su apuesta por la inclusión. El pasado 7 de julio el director del festival, Francisco Palomino, y el director de promoción cultural de ONCE, Ángel Luis Gómez, renovaron el convenio de colaboración entre ambas entidades para acercar la cultura a todos los ciudadanos y, en concreto, a las personas con discapacidad visual.
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El 6 de agosto actuará en las tablas de Alcántara la compañía teatral La Porciúncula. El grupo pacense, componente de una de las asociaciones culturales apoyadas por ONCE, representará la comedia ‘Así es la vida’. “Supone un paso más hacia la normalidad. Nuestros actores y actrices mostrarán al público que las personas con discapacidad tienen muchas capacidades”, comentó en la presentación del acuerdo Ángel Luis Gómez.
Aunque no todos los componentes de La Porciúncula tienen discapacidad. Carmelo Sayago es uno de los actores que protagoniza la obra. Sayago no tiene ningún problema en la visión pero conoce de primera mano lo que es convivir con ello. “Que en Alcántara se cuente con La Porciúncula me parece magnífico porque es necesario concienciar a la gente de que no todo el mundo está en las mismas condiciones. Aquí contamos con gente que no dispone de la totalidad de sus sentidos y son iguales o más válidos que cualquiera. Un actor que no ve y que se mueve sobre las tablas como uno que sí lo hace es algo digno de ser visto”, explica orgulloso Sayago.
Eva Iglesias también forma parte de la compañía. Ella sí tiene discapacidad visual, pero ni mucho menos le supone un problema a la hora de estudiar y actuar. Eva lee su guion en braille. “Lo hago todas las veces que puedo, aunque ya me lo sepa”, explica. Aunque dispone de la opción de memorizar su texto a través de audio, la actriz estudia mejor en braille porque se ha “acostumbrado a hacerlo así”. En su infancia se habituó al sistema de lectura táctil y continúa usándolo actualmente. “Los que no vemos también podemos hacer teatro, así la gente se dará cuenta de cómo nos movemos en el escenario” argumenta.
Josefa Carbajo, a la que todos conocen como Fita, también tiene discapacidad visual. En su caso, aumenta el tamaño de las letras del guion para poder leerlo de forma más cómoda, aunque también usa su teléfono móvil para escuchar las frases que más le cuestan. “Leo lento y a veces me equivoco, aunque el audio lo uso solo en momentos puntuales. Me resulta más difícil escuchar el texto que leerlo”, confiesa.
Fita cuenta que le da vergüenza decir que nunca ha ido al teatro como espectadora. “Cuando sufrí mi problema de visión me encontraba mal anímicamente. Entré en la compañía para usarlo como terapia. Me gustó y llevo ya 12 años. Ahora no me pierdo ni una sola actuación”, cuenta mientras se coloca sus gafas de sol.
Tanto Eva como Fita resaltan la importancia de los colaboradores y compañeros que las ayudan a ellas y a los demás actores a memorizar el escenario antes de actuar. Este hecho le da más valor si cabe al trabajo que desempeñan. Un actor sin discapacidad visual solo tiene que preocuparse por aprenderse su parte del texto. Ellos, además del guion, tienen que aprenderse la situación del escenario para recrear en su cabeza la imagen que posteriormente acompañará a las líneas del texto.
Los tres actores, con problemas en la visión o no, actúan al son de María José Mangas. Ella es la directora de La Porciúncula y la encargada de seleccionar las obras que se van a representar. Mangas asegura que las personas con discapacidad visual “compensan la pérdida de la mirada con el tacto para transmitir el sentimiento” porque “al sentirnos, el tacto cobra más sentido que cuando todos ven”.
En lo que a la obra se refiere, la directora de La Porciúncula la describe como una comedia realista, “en la que hay pícaros que quieren llevarse dinero que no es suyo, como en la vida misma”. Está compuesta de cuatro piezas cortas de López de Rueda, Miguel de Cervantes y Félix de Málaga y podrá verse el 6 de agosto en la Plaza de la Corredera de Alcántara a la 1.00.