Tarde o temprano necesitamos llevar a cabo un proceso de crecimiento personal en nuestras vidas; esto sucede cuando somos capaces de ver que algo no se ajusta a nuestros valores y no nos encontramos satisfechos con nuestra forma de vida, bien sea en la manera de relacionarnos con nosotros mismos o con los demás.
Hay diferencias entre el cambio y la transformación consciente. El cambio sucede cuando aparece una situación externa que no esperábamos y a la cual nos tenemos que adaptar de la mejor forma posible; es una reacción a algo que viene impuesto desde fuera. La transformación incluye el cambio y ocurre desde dentro; es una motivación más profunda que se hace con un sentido y conlleva resistencia, ya que cualquier cambio requiere esfuerzo, tiempo, determinación y dedicación.
El Modelo Transteórico de Cambio de James O. Prochaska y Carlo DiClemente mide la disposición de las personas para cambiar y para continuar con el proceso, hasta terminar con una etapa de mantenimiento, donde ya está implementada la nueva conducta. El proceso del cambio tiene seis etapas:
- Precontemplación. La persona se encuentra alejada de la realidad, niega que tenga un problema o que sea necesario un cambio.
- Contemplación. Comienzan las dudas, la persona empieza a cuestionarse si en realidad existe el problema y los beneficios que obtendría.
- Preparación. La persona toma consciencia de los aspectos que debe cambiar y lo que quiere llegar a ser. Se siente decidida y confiada a entrar en acción.
- Acción. Comienza la rutina y el esfuerzo. La persona se vuelve más responsable y toma las riendas de su vida. A pesar de los obstáculos se mantiene constante en su objetivo.
- Mantenimiento. Sucede cuando la persona ha logrado que el proceso dure un mínimo de seis meses.
- Terminación. La persona tiene adquirido su nuevo hábito y la posibilidad de volver a costumbres del pasado ha desaparecido.
La transformación es parte de nuestro aprendizaje; si logramos dejar atrás los miedos y la incertidumbre y, de forma honesta con nosotros mismos, tomamos consciencia de los aspectos que debemos cambiar, sabremos en qué etapa de transformación nos encontramos. Abrazar con ganas el proceso y reconocer los logros ayudará a que este tránsito resulte más ameno y agradable.
Los cambios que realizamos desde el autocuidado y la mejora personal son caminos que abrimos hacia un mayor crecimiento y bienestar personal. La metamorfosis es vida, pero debemos tener ganas de cambiar, comprensión con nosotros mismos y constancia.