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En recuerdo a las víctimas de la dana un año después

En recuerdo a las víctimas de la dana un año después

Como todos tristemente sabéis, el 29 de octubre se cumplió un año de la dramática catástrofe producida por una dana en Levante (básicamente en Valencia) y también en provincias de Castilla-La Mancha y Andalucía.

Ello produjo la dolorosa cifra de 229 víctimas, oficialmente, y miles de afectados que perdieron su patrimonio y, lo más grave, a familiares y amigos y, con ello, el horizonte y las razones de su vida.

Un año después, desde mi humilde opinión, desde mi humilde persona, desde la perspectiva de un ciudadano de a pie no comprometido con ideología alguna sino con mi filosofía de vida, que no es otra que la justicia, el sentido común y la razón, que debe imperar si se aplican con honestidad las otras dos variables, quiero hacer un análisis de cómo vi lo que pasó, de cómo veo el presente y de lo que a mi juicio (que no es otro que el de millones de ciudadanos de a pie como yo) debiera haberse hecho y debería de hacerse en el futuro.

Sé que fueron momentos difíciles para todos, para los líderes de la sociedad también; fueron instantes en los que tomar decisiones era cuestión de segundos y no hacerlo comprometía la solución de los trágicos problemas.

Pero, como espectador de lo que pasaba y lo que transmitían los medios, y de lo que pasa en el día a día en la calle, no ya por la dana y su trágico resultado, sino además por los problemas cotidianos que tiene la sociedad, que somos básicamente los ciudadanos, se me antoja que no podemos vivir un minuto más sin decirles a los que dirigen la sociedad que hay que servir al ciudadano antes que a sus ideologías.

Por eso, a mi juicio, pasaron muchas cosas no deseadas con triste resultado final. Una vez más, fueron las gentes que no viven de gestionar, y los servidores del orden público, quienes con su comportamiento mostraron el camino, confraternizando, dándose la mano y los abrazos, sin esgrimir jamás el color de su camiseta ni la bandera de su procedencia, allí en donde surgió la tragedia, todos unidos, ya los que juegan de ‘7’ ya los que juegan de ‘9’ o los que lo hacen de ’11’ dieron una lección a todos sus entrenadores, remangándose y trabajando, sin decir palabra ni tirarse los trastos en ningún momento del partido.

Tomen nota los entrenadores que son pagados por los socios del club: menos disputas y más unión para sacar los problemas del club adelante. Perdonadme el símil futbolístico, pero quiero llegar al fondo con formas razonablemente meditadas.

Otro análisis que como observador no comprometido veo es que, cuando se falla un gol, hay que estudiar por qué se falló el gol, quién lo falló y qué hay que hacer para que la próxima vez no lo falle.

Y este ejemplo tan simple me lleva a pensar que se pudo fallar porque el balón no estaba bien cosido, quien lo falló pudo hacerlo por inexperto, y para el futuro habrá que, primero, verificar el balón y arreglar sus descosidos; después, dar más entrenamiento a quien lo fallo; y, por último, pedirle al entrenador que si ve que el jugador, por inexperto, puede fallar, lo quite y tome las riendas del partido.

Ya acabando, decir que, siempre desde mi opinión, las ideologías ven desde su óptica, solo un hemisferio, el suyo, y arreglan su hemisferio; pocas veces el otro hemisferio, que es el de la otra ideología. Esa es la realidad que conocen bien los ciudadanos; por ello, le pido a los gestores que si quieren arreglar los dos hemisferios hagan una ideología común para ambos, renunciando a lo que destruye el entendimiento, así haremos una sociedad más justa y unida; lo otro ya lo conocemos.

Como final diré que en su día, poco después de la tragedia, hice un artículo y un poema, recogido en mi blog en Grada, donde hice un homenaje desde el corazón de Extremadura a todos los afectados por la dana, en especial a Valencia, por ser quien más daño sufrió; desde aquí mi agradecimiento, con el deseo de que jamás deba de hacer un artículo por causa de una catástrofe, sino todo lo contrario.

Un abrazo enorme a todos los afectados y un beso grande para el cielo desde mi corazón en recuerdo a todas las víctimas.

Muchas gracias a todos y especialmente a la revista Grada y todo su equipo.

Acabo con esta pequeña estrofa, para no desvirtuar el nombre de mi blog:

Triste se torna el alma
cuando el río baja sangriento
pidámosle a los ‘dioses’
que tengan entendimiento
que no se arrojen ‘las voces’
y las aguas no harán tormento.

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