Educadora social de formación e investigadora, Olga Tostado tiene una larga trayectoria como activista feminista y ha formado parte del Consejo de la Juventud de Extremadura durante cuatro años como vocal del área de Igualdad y Derechos Humanos.
Lideraba la candidatura conjunta ‘De tú a tú: jóvenes por Extremadura’, que resultó ganadora en las elecciones recientemente celebradas, y presidirá el Consejo de la Juventud de Extremadura los próximos dos años.
¿Por qué decidió presentar su candidatura para dirigir el Consejo?
Me animé a presentar mi candidatura a la presidencia convencida de que quería que fuese conjunta. Quería presentarme junto a un equipo de personas que, perteneciendo a entidades muy plurales, pudiesen trabajar codo con codo para reivindicar los derechos de la juventud extremeña y para que, teniendo en cuenta la diversidad de opiniones y valores, pudiésemos alcanzar el consenso a través del diálogo, teniendo presente que en este caso el interés colectivo de las personas jóvenes de Extremadura supera al interés individual de cada asociación.
El proceso de decidir finalmente presentarme ha tenido detrás un discernimiento y reflexión para conmigo misma y para con mi asociación, Achikitú.
¿Cómo se fraguó la candidatura conjunta que lideraba?
Con conversaciones previas con muchas entidades juveniles del Consejo y, posteriormente, con diálogos serenos mantenidos con todas y cada una de las personas que conformamos el equipo de comisión ejecutiva.
No decidí presentarme yo sola, ya estábamos unas cuantas entidades que creíamos en un proyecto común y que teníamos la idea de un Consejo cercano a las asociaciones y a las personas jóvenes no asociadas; de un Consejo transparente con sus proyectos, sus problemáticas y sus cuentas; de un Consejo reivindicativo que necesita de una estrategia de incidencia política potente y del protagonismo de la investigación en materia de juventud.
El Consejo está conformado por jóvenes y asociaciones muy diferentes. ¿Cuál es el denominador común?
El denominador común es la vulnerabilidad que como personas jóvenes nos acecha. Las barreras a las que tenemos que hacer frente son en muchos casos semejantes, votemos al partido político que votemos, tengamos la orientación sexual que tengamos, vivamos en pueblo o ciudad, sea cual sea nuestro género o nuestro color de piel y tengamos la formación y el nivel educativo que tengamos.
Nos unen las necesidades descubiertas que, como jóvenes, estamos sufriendo, y problemáticas comunes que se deben a nuestra falta de experiencia laboral, a nuestra sobrecualificación y a un paternalismo generalizado que la sociedad tiene para con las personas jóvenes, y que se traduce en que a la hora de decidir y elaborar las políticas que nos afectan, no cuentan con nosotras.
También nos unen las ganas de poder hacer de Extremadura un lugar un poco mejor para vivir, y la ilusión por hacer de nuestra comunidad autónoma un espacio en el que nos podamos quedar y en el que podamos proyectar nuestro futuro.
Por primera vez la presidencia del Consejo recae en la representante de una asociación de ámbito rural. ¿Supondrá un enfoque diferente en la línea de actuación de su junta directiva?
No y sí. Es cierto que los intereses comunes seguirán siendo los mismos; el ámbito rural abarca prácticamente toda nuestra región y, por tanto, estaba ya muy presente antes. La campaña ‘Soy de pueblo’, que ya comenzó en la legislatura anterior y en la que Laura Toro como vocal y todo su grupo de trabajo pusieron todo su empeño, continuará en esta etapa más potente aún.
Pero es cierto que el hecho de que cinco de las 10 personas que componemos la Comisión Ejecutiva vengamos de entidades rurales hace que el conjunto del equipo sea más consciente de la necesidad de cercanía que tienen estas asociaciones, y también que sepa de primera mano cuál es la realidad de las personas jóvenes de pueblo que se tienen que marchar porque en sus localidades ven imposible un futuro laboral.
Nuestro equipo pretende actuar con mucha transparencia y cercanía, y es verdad que influye que seamos de entidades rurales y el hecho de que vengamos de pueblitos repartidos por todo el territorio extremeño.
Ya formó parte de la junta directiva del Consejo en una etapa previa, y ahora sustituye a otra mujer, Elena Ruiz, en la presidencia. ¿Va aumentando la implicación de las mujeres extremeñas en los asuntos sociales y políticos?
Yo creo que las mujeres siempre han estado implicadas tanto en el ámbito social como en el político, lo que pasa que no se nos ha dado la posibilidad de estar tan presentes ni mucho menos visibles.
Si miramos asociaciones, muchas están copadas de mujeres. Claro que si ya analizamos quienes las presiden, quizá nos encontremos con que estos puestos representativos ya no son paritarios.
Estamos viviendo una época bastante bonita, aunque no por ello fácil; gracias a quienes nos han precedido podemos liderar espacios, estar en el ámbito político/partidista y luchar unidas para reclamar nuestros derechos que, como ciudadanas, nos corresponden. Ahora podemos hablar de sororidad y de su puesta en práctica, y también podemos generar espacios no mixtos sin vernos cuestionadas a cada rato y sin sentirnos culpables.
Sin embargo, el ámbito de la participación juvenil todavía nos enfrentamos a un machismo que cuanto más sutil es, más complicado de combatir resulta. Me explico: creo que prácticamente todas las asociaciones juveniles podrían autodeterminarse como feminista. En cambio, todavía los hombres ocupan el espacio y toman la palabra en mayor medida que nosotras.
Por poner un ejemplo, en la última asamblea del Consejo de la Juventud de España, al que pertenecemos y en el que ocupo la vocalía de Feminismos, a pesar de que estábamos prácticamente el 50% de chicas y el 50% chicos, ellos hablaron durante más tiempo y cogieron el micrófono casi el doble de veces.
Esto significa que todavía tenemos que pelear en este ámbito y que tenemos que hacer lo posible para que a las chicas que vienen detrás se les eduque en igualdad de condiciones que a los chicos; es decir, que les enseñen a liderar igual que a ellos, que se les fomente en igual medida intervenir en reuniones, que se les reconozca por igual la valía de su palabra…
¿También aumenta la implicación de la juventud?
Pienso como en el tema anterior. La juventud extremeña ha estado desde hace muchos años haciendo política en los espacios en los que ha podido estar: asociaciones juveniles, gobiernos locales… y, en algunos casos, también en los gobiernos autonómicos.
El Consejo de la Juventud de Extremadura ha cumplido 35 años en enero, y esto quiere decir que ya hace 35 años muchas personas jóvenes de toda Extremadura y de asociaciones diferentes se reunieron para generar una estructura que posibilitara reivindicaciones conjuntas en torno al bienestar de la juventud extremeña.
Durante todo este tiempo, por el Consejo han pasado miles de personas jóvenes implicadas con la sociedad y comprometidas para aportar su granito de arena con la finalidad de que quienes tenemos menos de 30 años podamos ver garantizados nuestros derechos.
¿Es importante ser joven para estar al frente de las políticas que afectan al colectivo?
Es importantísimo, y de hecho es una de las cuestiones que más criticamos. Si echamos un vistazo a nuestro parlamento autonómico, formado por 65 diputadas y diputados, quienes tienen menos de 30 años no son más de seis o siete.
Esto significa que quienes deciden sobre las políticas que nos afectan no son jóvenes y, a menos que cuenten con asesoría del colectivo juvenil, algo que en la mayoría de los casos no nos consta, elaboran normas, leyes y programas sin consultarnos y sin conocer realmente nuestras necesidades.
Necesitamos que nos tengan en cuenta, que no nos infantilicen, que reconozcan nuestra autonomía y capacidad de decisión y que pongan en valor nuestra vida y nuestro bienestar.
A pesar de que no nos han educado para tener actitud crítica y para asociarnos y valorar la participación juvenil, hemos aprendido en los espacios de educación no formal, y estamos aquí. La juventud no somos solo el futuro, como acostumbramos a escuchar; somos también, y sobre todo, el presente, luchamos por nuestra situación y queremos formar parte de los espacios donde se toman las decisiones que nos incumben.
¿Cuál es el papel del Consejo en la realidad diaria de los jóvenes en Extremadura?
A nivel teórico podría decir que el Consejo de la Juventud de Extremadura está para dar cumplimiento al artículo 48 de la Constitución Española: “Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”. Es decir, la Administración tiene que posibilitar la creación y el mantenimiento de los consejos de la juventud.
Pero de manera directa, y para que nos entendamos, el Consejo es el organismo que debe velar por que todas las políticas que se elaboran y que puedan afectarnos tengan perspectiva juvenil. Es la entidad que ha de reivindicar que podamos pasar nuestra juventud sin factores que nos impidan desarrollarnos y participar de la vida social, y que tiene que luchar por que las injusticias para con las personas jóvenes de Extremadura sean prevenidas y enfrentadas por el gobierno autonómico.
Dividimos nuestras actuaciones en las siguientes áreas:
- Incidencia política
- Investigación en juventud
- Formación
- Concienciación y sensibilización
- Creación de redes y sinergias entre entidades juveniles y personas jóvenes no asociadas
¿En qué consisten las líneas maestras del programa de actuación de la directiva que encabeza?
En primer lugar, queremos acompañar a las entidades que ya forman parte del organismo en todas las cuestiones en las que les podamos aportar, y queremos ser referentes y apoyo para las que están en momentos de poca participación, así como para las que están creándose. Hay muchas asociaciones juveniles, sobre todo en las zonas rurales, que no saben de nuestra existencia, y creemos que podemos serles de mucha ayuda.
También presentamos la candidatura con el convencimiento de que queremos tener un modelo de coordinación horizontal, donde no solamente decida la presidenta, sino que todas y todos podamos participar de la toma de decisiones.
Por otro lado, y viendo la carencia de incidencia política del Consejo de la Juventud de Extremadura en el último período, vamos a generar una estrategia para que en los próximos dos años nuestra voz sea escuchada por quienes nos gobiernan; y para llevarlo a cabo hemos creado la vocalía de Incidencia política.
Además, somos firmes defensoras de la investigación en materia de juventud como base de todas nuestras reivindicaciones, propuestas y peticiones, por lo que aumentaremos su importancia en todos los ámbitos.
Por último, y citando alguno de los aspectos más importantes, otra de nuestras prioridades es la juventud no asociada, y por eso buscaremos la mejor forma para que su participación aumente y para que puedan acceder a la totalidad de los espacios. Conseguir que dentro del espacio educativo formal se hable de cultura de la participación y de la participación juvenil es un reto, pero haremos lo posible para conseguirlo.
Para acabar, queremos hacer conscientes a todas las entidades de la responsabilidad que tienen para con el Consejo. Que sientan que todas formamos parte y que a todas nos permite fortalecernos como colectivo.
Pasados estos 35 años desde su creación, ¿qué futuro le augura al Consejo y cuál debe ser su papel en la sociedad extremeña?
Si nos comparamos con consejos de la juventud de otras comunidades, e incluso con el Consejo de la Juventud de España, tenemos una situación privilegiada, porque nuestro Consejo mantiene año tras año un presupuesto estable y, hasta el momento, no hemos tenido que hacer frente a su cierre.
Esto se lo debemos a quienes pelearon para que la ley fuese posible y a quienes han dedicado su tiempo voluntariamente a reivindicar su existencia a lo largo de los años.
En los últimos años ha habido gobiernos autonómicos que han quitado todo el presupuesto a sus consejos de la juventud, obligándoles a cerrar y, en otras regiones y también a nivel estatal los presupuestos y las formas jurídicas son inestables e inciertas.
Podemos sentirnos afortunadas, porque sabemos que al menos en el corto y medio plazo al Consejo de la Juventud de Extremadura le augura estabilidad económica, que es la que nos va a permitir tener un espacio de crecimiento juvenil colectivo y de reivindicaciones comunes.
El papel del Consejo en la sociedad extremeña es claro, que seamos referente para las personas jóvenes que viven en Extremadura o que, siendo de aquí, se han tenido que marchar. Por otro lado, queremos que nos reconozcan como referentes y representantes de la juventud y como organismo con capacidad de reflexión, de análisis y de decisión en los ámbitos políticos y sociales que incumban a las personas jóvenes; es decir, en todos.