Utilizar el sentido del humor es un mecanismo que suele funcionar para enfrentarnos a la angustia y la incertidumbre, ya que ayuda a mantener estable la emoción del miedo.
Lo que sí debemos diferenciar es entre el miedo sano, que en este caso es la prudencia y que nos obliga a quedarnos en casa para protegernos, y el miedo tóxico, que nos lleva a no poder conciliar el sueño por las noches, a comprar compulsivamente, a perder el sentido común y llegar a contagiar una histeria colectiva que nos puede afectar más que la propia enfermedad. El miedo es paralizante y nos hace perder la fuerza y no ver el lado positivo que, seguro, dejará esta historia.
¡Feliz día de la primavera!
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