La terrible pandemia que estamos sufriendo no respeta condición, estatus ni gremios. Sin embargo, no todo el mundo tiene el mismo ‘colchón’ económico para aguantar la terrible zozobra que nos depara el futuro a corto y medio plazo. La pequeña empresa es uno de los motores económicos de nuestra región y muchas de ellas se sustentan por técnicos formados en algún ciclo de Formación Profesional, que se convierten en uno de los eslabones más importantes de la economía. Llegará un momento en que la rueda industrial y empresarial vuelva a coger velocidad de crucero, algo que será imposible sin estos profesionales.
Por ello quiero poner en valor, ahora más que nunca, la labor y el compromiso de profesores y alumnos entregados y con ganas de demostrar su valía. No son tiempos fáciles para la Formación Profesional, pues el confinamiento entorpece sobremanera una enseñanza totalmente práctica, pero si algo nos ha caracterizado siempre es que tenemos aptitudes y habilidades suficientes para buscar estrategias que suplan estas dificultades añadidas, como la motivación y las ganas de superación, y así lo harán nuestros técnicos de Formación Profesional. Hoy mi aplauso es para ellos.