Lanzarte
Rezan las bases del III Premio Internacional de Fotografía Santiago Castelo la intención de “fomentar una colección que relacione la creación artística con la defensa del patrimonio y la sostenibilidad”, aludiendo igualmente a conceptos como “diversidad cultural” o “paisajes naturales”; elementos todos que conforman la identidad de un lugar. Lo interesante aquí es que los más de 80 autores participantes en la convocatoria y en especial los 26 que completan la exposición, han entendido este patrimonio de forma diferente, llevándolo más allá de nuestras fronteras administrativas, e incluso de los límites de lo material, encontrando lugares comunes a ambos lados de la Raya. Circunstancia que, lejos de ser fruto del azar, evidencia la vocación transfronteriza de la tercera edición de este certamen.
La exposición de seleccionados, que se presentó en octubre en la cacereña Sala Pintores y viaja ahora a Valencia de Alcántara, se conforma a partir de espacios, paisajes y construcciones, los cuales, independientemente de su lugar de origen, sentimos próximos a una forma de entender la vida, de convivir, que nos resulta familiar en el Oeste ibérico. Tanto es así que, junto a las nieblas propias de los puentes del Guadiana, nuestros cielos, pantanos y marcados rayos de luz, o las piedras que erigen patrimonios, aparecen también valores inmateriales, tradiciones y emociones compartidos e intangibles.
Huelga decir que la factura y finalización de cada obra es un valor compartido por todas las obras de la exposición. No obstante, una vez salvado estos mínimos, el jurado parece haber querido acompañar la voluntad evolutiva de la organización, buscando destacar nuevas fórmulas de representación, acorde con perspectivas más contemporáneas, que enriquezcan la colección de fotografías del Centro Unesco Extremadura, a través de su ganador y tres menciones de honor.
Así, lo que vendría siendo el resultado de un concurso de fotografía que pudiera vencerse fácilmente ante la heterogeneidad, se acaba convirtiendo en el relato unificador de una diversidad cultural construida entre dos partes, reflejo de una identidad colectiva y testimonio para una incipiente colección de fotografía contemporánea.