Hoy me asomo a esta ventana con la ilusión de traer al recuerdo de todos a una de las artistas españolas de mayor carisma, de mayor personalidad y de mayor talento.
En esta evocación hay además un motivo muy especial; el día 21 de enero hubiera cumplido 101 años. Creo sin avanzar mucho más en mis palabras, que sabréis ya de quién hablo, de doña Lola Flores, una mujer libre, auténtica e irrepetible, que se convirtió en uno de los mayores iconos artísticos de la España del siglo XX.
Nace en Jerez de la Frontera (Cádiz) un 21 de enero de 1923; nos deja en 1995 víctima de un cáncer; la vida fue cruel con ella, no tuvo piedad y no la hizo justicia. Fue una artista polifacética, cantante, bailaora de flamenco, hizo 40 películas y actuó en infinidad de países a lo largo de toda su trayectoria durante seis décadas de trabajo.
La pasión por el flamenco y la inspiración son rasgos que se transmiten en cada generación de la familia Flores. Ella se nos fue, pero nos dejó sus ‘genes artísticos’, en su hermana Carmen y en sus hijos Lolita, Rosario y Antonio (q.e.p.d.); y, por supuesto, hubo una ‘simbiosis’ de duende y talento al lado de su marido Antonio González ‘el Pescailla’, guitarrista, cantante y uno de los padres de la rumba catalana, también fallecido.
Adelantada a su tiempo, fue una de las primeras mujeres en la España de posguerra en hablar libremente de temas como la prostitución, la violencia contra las mujeres o las relaciones extramatrimoniales; de algún modo fue una ‘defensora de la mujer’ en un tiempo en que la libertad en la palabra no existía.
Extremadura la homenajeó a través de su Filmoteca en 2023, con motivo del centenario de su nacimiento, con la obra ‘Embrujo’, dirigida por Serrano de Osma y con guion de Pedro Lazaga.
Quiero acabar diciendo que mi admiración por ‘La Faraona’, así se la conocía en el mundo artístico, me ha llevado a hacer este poema, como homenaje en su honor; espero que os llegue ‘dentro’, donde nacen las emociones.
Vayan por delante mis mejores deseos para todos en el año que comienza, 2025.
Mi homenaje a Lola Flores
Lola, fuiste grande y bailaora
fuiste flamenca de España
además fuiste ¡señora!
cuando de aquí te marchabas.
¡¡Ay pena, penita, pena!!
cómo te amaba Antoñito
que nada más irte tú
se unió a tu condena
y se encadenó a ‘tu nicho’.
De la copla, ‘Faraona’
moviste tu bata de cola
con la fuerza de las olas
y el sentir de tu persona.
Naces en Jerez de la Frontera
un veintiuno de enero
ya pasaste los cien años
y este humilde ‘pregonero’
hoy, saca de su chistera
en este dos mil veinticinco
estas letras, y mi ‘voz’
dedicadas con ahínco
de mi corazón, a ‘vos’.
Fuiste ‘Morena Clara’
cantaste con Caracol
¡tú, reina de la ‘Zambra’!
¡Manolo, tu emperador!
Quintero, León y Quiroga
compusieron para ti,
te hicieron ‘La salvaora’
como grandes de postín.
Al flamenco de primera
le cantaste con ‘quejío’
ya en ‘Lerele’ o ‘A tu vera’
nos quitabas el sentío
y además a cualquier hora
en ‘la radio’ y con tronío
sonaba ‘la Zarzamora’.
Casaste con un ‘buen mozo’
que te quiso, en la penumbra
porque tu brillabas tanto
que la luz, solo te alumbra,
buena gente, gran artista
Antonio con la guitarra
y sentado en una silla
para el cante ‘el Pescailla’
y para todos con tu garra
la octava maravilla.
La vida, a la que ‘bailabas’
fue muy cruel contigo
tenías setenta y dos
dejaste a tu gente y amigos
y te marchaste con Dios.
Tu arte te lo llevaste
al cielo, donde los ‘buenos’
¡pero grandes gotas dejaste
y en la tierra las ‘bebemos’!
Ya Carmen o Lolita
de tu sangre ‘abecedario’
son tus ‘estrellas’ bonitas
como también lo es Rosario,
Antonio se fue contigo
pero yo, ‘No dudaría’
al decir a sus amigos:
¡que vive con nosotros!
en las letras que escribía.
¡Va por usted, Doña Lola!
que también llevaba ‘Flores’
siempre lo quise hacer:
¡escribirla un homenaje!
de los que tienen que ser
el mejor de los honores
que merece su bagaje,
con redoble de tambores
de la cabeza a los pies.