Logo revista Grada
Buscar

Julián Quirós Monago. La sangre extremeña del diario ‘ABC’

Julián Quirós Monago. La sangre extremeña del diario ‘ABC’
Foto: Matías Nieto
Léeme en 7 minutos

Los más estudiosos consideran al periodismo como ‘el cuarto poder’ porque es capaz de cambiar el desarrollo de una sociedad. Así lo demostraron los periodistas de ‘The Washington Post’ Carl Bernstein y Bob Woodward cuando destaparon el caso ‘Watergate’, que echó a Richard Nixon de la Casa Blanca. Películas como ‘Spotlight’ o ‘Los archivos del Pentágono’ muestran cómo la libertad de prensa ganó a la mentira publicando información ocultada durante mucho tiempo. Gabriel García Márquez va más allá al considerar que el periodismo “es el oficio más bonito del mundo”.

En estos terrenos se mueve Julián Quirós, nacido en la localidad pacense de Guareña. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y con un máster en Periodismo Económico por la Universidad Nebrija, ha desarrollado casi toda su carrera en los diarios del grupo Vocento. Empezó como becario del diario ‘ABC’, ejerciendo, al mismo tiempo, como periodista ‘freelance’ (autónomo que trabaja para varias empresas). Desde 1994 hasta 2007 ocupó diferentes responsabilidades en el periódico malagueño ‘Sur’. También dirigió el diario ‘Hoy’ y ha dirigido el periódico valenciano ‘Las Provincias’ durante más de 10 años. Desde septiembre de 2020 dirige el ‘ABC’.

¿Qué recuerdos tiene de su vida en Guareña?
No son recuerdos, es mi vida, la primera parte de mi vida; por tanto, no llego a sentirlo como algo recordable, sino como algo tuyo, que te ha pasado y te ha formado y sigue ahí, dentro. Para mí fueron fundamentales las experiencias escolares, los compañeros de clase que, en realidad, eran los mismos amigos que tenías fuera del aula; tanto el colegio San Gregorio como más intensamente el instituto. Aquellos fueron los años de formación, de búsqueda, de confusión y también, la verdad, de superación, de caminar hacia una nueva etapa, de echarse a los caminos y ampliar horizontes.

¿Echa de menos a Extremadura?
Mucho más ahora que cuando salí de allí, hace cerca de 40 años. Voy poco, porque el periodista tiene que permanecer el mayor tiempo posible allí donde está su trabajo, allí donde se publica el periódico, para conocer de verdad las cosas que afectan a tus lectores; antes no salía de Valencia y ahora casi no me muevo de Madrid. Pero tuve la gran satisfacción de dirigir el ‘Hoy’ durante dos años muy felices; vivimos en Badajoz con hijos muy pequeños, y conocimos muy a fondo toda la región.

Me ha gustado ser embajador de Extremadura para animar a que sea visitada. Tengo bastante de todos los sitios en los que he vivido, empezando claro está por mi ‘pronto’ extremeño, que me ha sido muy útil en periodismo para aplacar los intereses ajenos. También mi punto de vista vamos a llamarlo ‘existencial’ es básicamente extremeño, castúo; conforme me hago mayor, más me afectan los condicionantes de aquello que Chamizo llamó ‘la nacencia’ y que durante años fue algo inconsciente: la dignidad de la escasez, el valor del trabajo, la contención de las emociones, el despojamiento de la superchería y la cháchara, el buen metal de la condición humana; en fin, el clima ambiental dominante en la Extremadura de los años 70 y 80.

Usted se ha definido como ‘periodista de provincia’. Por desgracia, los extremeños siguen siendo objeto de crítica y de burla por quienes proceden de tierras que, históricamente, han sido más desarrolladas que otras en nuestro país. ¿Es el periodismo una herramienta para ayudar a construir la igualdad entre territorios?
El periodismo es y puede ser muchas cosas, también esa, pero básicamente es algo distinto y me incomoda cuando desde fuera, aunque sea con buena intención, intentan que seamos diferentes a nuestra verdadera naturaleza. El periodismo es contarle a la gente las cosas que pasan, los conflictos latentes que anidan en la sociedad, los intereses ocultos o contrapuestos, las pasiones humanas. Por supuesto, defender los sistemas democráticos, los derechos humanos y ser plataformas del debate público, donde se puede llevar una reflexión cargada de razón como la que planteas respecto a la igualdad entre las personas primero y los territorios después, pero las depositarias de derechos son las personas, no los territorios, eso es algo en lo que también nos ha contaminado el nacionalismo.

Ha desarrollado su carrera en periódicos regionales y nacionales. ¿Hay diferencias?
Se dice que los periódicos locales están más pegados al terreno y es verdad, pero eso no los hace mejores ni peores, simplemente entroncan con otras funcionalidades. Soy un periodista de provincias y lo defiendo, en primer lugar como aceptación de una realidad biográfica, y después porque es un periodismo que se ha hecho en su mayor parte con honestidad y con menos medios. Siempre digo que hace falta ser mucho más valiente e independiente en provincias que en Madrid, porque las fuentes están más cercanas y también las presiones a los periodistas y la capacidad de coacción del poder local o regional. Madrid es un inmenso sistema de poder en sí mismo, que tiene poco que ver con cómo funcionan los demás sistemas informativos; el posicionamiento ideológico pesa más y todo tiene mayor visibilidad, tus aciertos y tus errores.

Usted llegó a la dirección del ‘ABC’ en un momento en el que las ‘fake news’ (noticias falsas) se difundían sin control, provocando el aumento de muertes en la pandemia. ¿La profesión está formada y preparada para vencer a este cáncer?
No. La verdad, no. Haremos lo que podamos y, desde luego, en nuestra mano está combatirlas y sobre todo no incurrir en ellas o no propagarlas. Pero no nos engañemos, el periodismo ahora mismo es un contrapoder muy pequeño en comparación con la capacidad exterior de producir bulos y mentiras, a ver si los medios se las creen y las divulgan. Hay mucho dinero de gobiernos, corporaciones, organizaciones políticas y demás para construir historias, presuntas noticias, que contrarresten la fuerza de la información que sale de los medios de comunicación tradicionales. Además, como se ve, esto está siendo una excusa del poder para arrinconar a la prensa; el poder primero fabrica bulos y después afea a la prensa que existan bulos; estamos en una deriva muy peligrosa donde el poder político aprovecha las circunstancias para ganar discrecionalidad.

¿Las redes sociales son un aliado o un enemigo para el periodismo?
Han sido de todo, pero lo fundamental es que eso no es periodismo, no es mi negocio, ya está. Todavía seguimos distribuyendo contenidos por las redes, pero afortunadamente ya suponen un porcentaje pequeño de nuestro tráfico global. Las redes sociales abarataron el valor del periodismo y banalizaron sus contenidos. Ahora están muy denostadas y conviene que la prensa mantenga cierta distancia respecto a ellas. Las redes sociales sirven para otras cosas, buenas y malas, pero no son una plataforma idónea para la prensa.

Ahora que hemos hablado de la evolución de la profesión, ¿Los periódicos tradicionales se están muriendo?
¿Por tradicionales entendemos los periódicos de papel? Porque ‘ABC’ u ‘Hoy’ ya no son un periódico de papel, son periódicos rabiosamente actuales que tienen también una edición impresa, que va a menos, pero que sigue teniendo un enorme valor. Todavía hay una diferencia abismal de ‘prestigio’ en una noticia, y sobre todo un artículo de fondo, una tribuna o un reportaje, si se publica o no en la edición impresa. Eso indica que siguen teniendo un valor cualitativo más allá de sus cifras de venta. Ningún gran periódico mundial ha eliminado su edición impresa, aunque sea costosa de mantener.

Además de periodista, usted también es escritor. ¿Hay un estrecho vínculo entre periodismo y literatura?
Lo hay; una buena parte de los escritores españoles desde el siglo XIX han escrito en la prensa y han vivido realmente de sus colaboraciones en la prensa. Y una parte no pequeña de los escritores en todo el mundo fueron antes o simultáneamente periodistas. El periodismo, entre otras cosas, también es un género literario.

En un país con un número bajo de lectores como España, ¿Cree que la literatura puede ayudar a crear sentido crítico, fundamental para distinguir la mentira de la verdad?
Para crear sentido crítico seguro, sin duda; pero para distinguir la verdad de la mentira, no necesariamente. Hay grandes obras literarias que nos han hecho libres, inmensamente libres, y otras igualmente grandes se sostienen en una mentira o en la verdad del poder dominante. El sentido de la verdad, de la búsqueda de la verdad, donde debería estar es en cada lector. La literatura tiene que ser talentosa y libre, eso es lo que nos llevará a la verdad, a las verdades; lo preocupante es cuánta literatura decide no ser libre, sino someterse a los mandatos dominantes.

Grada hace un especial hincapié en la inclusión de los colectivos más vulnerables. ¿Es el periodismo una herramienta para potenciar una sociedad inclusiva?
Claro que el periodismo sirve para esto, al menos en las democracias liberales y representativas, donde se pone el valor de los derechos humanos, de los individuales, como cúspide del sistema de valores. Cada individuo cuenta por sí mismo, de manera específica, tanto en los sistemas democráticos como en las funciones del periodismo.

Para terminar, ¿Quiere mandar un mensaje a nuestros lectores?
Quiero dar la enhorabuena a la revista Grada, y a sus lectores por un proyecto intelectual de tanto mérito, al que deseo el mayor de los éxitos. En periodismo, el principal factor de éxito es la tenacidad, la motivación; repito mi enhorabuena.

ENTRADAS RELACIONADAS

En un lugar de Castilla-La Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme, San Pablo de los Montes, nació una joven...
Si de algo puede presumir la localidad de Puebla de la Calzada es de dar un gran apoyo a la...

LO MÁS LEÍDO