Es ya una constante donde quiera que vamos con nuestras charlas y talleres. Da igual la comarca, el colegio o el instituto; cuando preguntamos al público qué deberíamos hacer para proteger las lenguas de Extremadura, la conclusión es clara: las lenguas deberían tener su espacio en la escuela.
Este pasado mes hemos estado en Miranda do Douro (Portugal) invitados por el proyecto europeo OWL+ (Ownership and Leadership: Pathway for endangered languages’ use in school), dirigido por el Centro CIDLeS y la asociación ACLM, ambos de Portugal, y que tiene como objetivo la integración de lenguas amenazadas de toda Europa en el sistema educativo. En concreto, en este proyecto están presentes de forma activa el sami, el latgalés, el frisio y el mirandés. Además, el extremeño y el asturiano hemos estado presentes como lenguas invitadas.
Durante la jornada, los organizadores Gema Zamora y Alfredo Cameirão y representantes de todas estas lenguas, como Femke, Cor, Heiko, Laila, Priit, Paz, Humberto o Alcides, hemos intercambiado experiencias en el aprendizaje de lenguas minorizadas y, de esta forma, hemos podido imaginar el futuro de nuestras lenguas en Extremadura.
Y nos queremos quedar con una maravillosa experiencia que han puesto en marcha en Miranda. El trabajo conjunto de las AMPA, los centros educativos y las instituciones ha permitido poner en marcha una hora semanal de mirandés como asignatura optativa extraescolar. ¿Lo mejor de todo? El 80% del alumnado se matricula en esta asignatura, pese a que podría tener una hora más libre. Toda una inspiración.