Menuda racha hemos tenido en el mundo del motor, y más concretamente en el de los rallies. Empezamos por el pasado 13 de abril, con la muerte del piloto Craig Breen, quien nos dejaba a los 33 años tras sufrir un accidente. El piloto irlandés, compañero de Dani Sordo en Hyundai, perdió la vida al salirse de la carretera cuando realizaba el test previo al Rally de Croacia. Al parecer, se salió de la carretera en la zona entre Stari Golubovac y Lobora, y la parte delantera izquierda del Hyundai chocó contra un poste, hiriéndole mortalmente.

El accidente se está investigando por el equipo y las autoridades croatas, pero aún no se han pronunciado sobre el tema. El caso es que una persona joven ha perdido la vida haciendo lo que más le gustaba, y en algo que no suele ser frecuente, pero con todo lo que ha pasado últimamente, creo que va siendo hora de que la FIA tome algunas medidas, como ya hizo en su día con la Fórmula 1 con un resultado muy positivo.

Cuando aún no nos habíamos repuesto del fatídico accidente y la muerte del piloto irlandés Craig Breen nos llega otra mala noticia, con otras dos muertes en el rallye de Villa de Tineo, donde murieron el piloto Julio César Castrillo y el copiloto Francisco Javier Álvarez.

Dicha tragedia causó una auténtica conmoción en Asturias, comunidad autónoma con gran tradición en el mundo de los rallies; igualmente, fue un ‘shock’ para uno de los pilotos más populares del mundo, Fernando Alonso, quien comentó en las redes sociales: “Qué tristeza para toda la familia del motor saber lo ocurrido en el Rally Villa de Tineo. El pésame y todo el cariño a las familias de Julio César Castrillo y Francisco Javier Álvarez. DEP”. Igualmente, Carlos Sainz, doble campeón del mundo del WRC, y uno de los mejores pilotos de rallies de la historia, dejaba este comentario: “Otro día triste para la familia de los rallies. Mi más sentido pésame a las familias de Julio César Castrillo y Francisco Javier Álvarez. Nuestro deporte a veces nos recuerda lo duro que puede llegar a ser”. También Dani Sordo, piloto del Mundial WRC y compañero en Hyundai de Breen, daba su visión en las redes sociales: “Mis condolencias para los familiares y amigos de Julio Castrillo y Francisco Javier Álvarez. Todo mi apoyo a la gran familia del automovilismo asturiano. DEP”. Por último, la propia Real Federación Española de Automovilismo daba su pésame en Twitter: “Nos sumamos al dolor de la gran familia del automovilismo asturiano tras el trágico accidente de hoy, enviando nuestras más sinceras condolencias a familia y amigos de los fallecidos”.

Como se suele decir, en este caso desgraciadamente, “no hay dos sin tres”; esta racha fatídica no parece tener fin, y sin apenas reponernos de estos dos anteriores llegó un tercero. En este caso estoy hablando del accidente que tuvieron piloto y copiloto en el I Rallysprint San Bartolome de Pinares, en el segundo tramo cronometrado en la carretera AV-503 entre la localidad de San Bartolomé de Pinares y el Puerto de El Boquerón, en Ávila.

La copiloto Natalia Ríos resultó herida y fue trasladada a un centro hospitalario; peor suerte corrió su compañero y piloto David López Tomico, quien falleció en el acto. El coche se precipito por un barranco de unos 50 metros.

Al igual que en los casos anteriores, el dolor y las condolencias se mostraron en las redes por parte de familiares y amigos. En este caso de alguien también muy conocido, amigo y ex compañero de David, como Santiago Cañizares, quien fuera guardameta de varios equipos españoles, y que una vez abandonó el fútbol estuvo unos años corriendo en rallye. Entonces fue cuando conoció a David, que de hecho fue su copiloto y mecánico a la vez. Cañizares, nada más enterarse de la mala noticia, dejó este mensaje: “Durante varios años fue mi mecánico y copiloto… y siempre buen amigo… DEP David López Tomico, fallecido hoy en el Rallysprint San Bartolomé…”.

Como epilogo, quiero transmitir mis condolencias a todas y cada una de estas víctimas, a sus familiares y amigos.

Amén de todo esto, quiero reseñar y destacar que este deporte conlleva un riesgo, y que hay que valorar a todos y cada uno de los que, por hacer lo que les gusta, nos ofrecen un espectáculo, pero se juegan la vida. Mi única pretensión es que, tanto en este deporte como en cualquier otro, siempre haya un respeto hacia el deportista, aunque en ciertos momentos no dé la talla y no obtengamos de esa persona el resultado que nos gustaría; quede como quede, siempre se la juega, y lo mínimo es que nosotros, como espectadores y aficionados, lo valoremos, aplaudamos y respetemos.

Descansen en paz todos y cada uno de estos deportistas y aquellos que igualmente perdieron la vida haciendo lo que más amaban. Mis respetos para todos y cada uno de ellos, los que ya no están y los que siguen con nosotros dándolo todo.