Juan Antonio Narro
En la localidad francesa de Épernay, también conocida como ‘la capital del champán’, el viajero descubre una avenida, ciertamente sin igual en el mundo, que es la sede de muchas de las grandes empresas que elaboran este apreciado vino de burbujas, como Moët & Chandon, De Castellane, Pol Roger, Mercier, de Venoge, Perrier-Jouët, Boizel… No exagero cuando escribo que también se la conoce como ‘los Campos Elíseos del champán’.
La riqueza que, desde hace siglos, aportó a estas tierras dio origen a que, tanto las marcas como las grandes familias propietarias, quisieran mostrar su esplendor y grandiosidad erigiendo impresionantes mansiones bajo las cuales, en muchas de ellas, se encuentran kilómetros de cavas subterráneas laberínticas, gracias a las características especiales de este suelo, donde reposan millones de botellas a una temperatura constante entre 10 y 12 grados. Un inmenso patrimonio, tanto subterráneo como en superficie, con inmuebles industriales, palacios, jardines y edificios oficiales de diferentes estilos. Todo un tesoro nacional.
Como curiosidad, aquí se encuentra el palacete privado de Moët & Chandon en el que reciben a invitados ilustres y clientes importantes de todo el mundo. Se trata de un trianón inspirado en el de María Antonieta de Versalles.
Esta gran arteria urbana, una de las más caras del mundo, con aproximadamente un kilómetro de largo, atrae a casi dos millones de visitantes al año, según me comentan. Un recorrido necesario para quienes quieran conocer algo más de esta bebida que se asocia rápidamente a celebraciones y festejos. Dicen que Winston Churchill, muy aficionado a la marca Pol Roger, al hacer referencia a esta bodega la calificaba como “la dirección más bebible del mundo”.
La Unesco declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad las ‘Coteaux, Maisons & Caves de Champagne’. Esto es, las ‘colinas, mansiones y bodegas de la Champaña’. Pues bien, esta famosa avenida forma parte de tan destacada catalogación.
Frente al magnífico edificio donde se sitúa la sede del Ayuntamiento, en el exterior de las oficinas de Moët & Chandon, se encuentra una escultura de Dom Perignon (1638-1715) considerado el padre espiritual del champán, que da también nombre a una famosa referencia de esta bodega. Hacerse una fotografía al lado de este célebre monje benedictino de la abadía del pequeño pueblo de Hautvillers, al que la historia le atribuye el descubrimiento de esta forma de elaboración del más glamuroso de los vinos franceses, es obligada.
Aquí se encuentra también la oficina de turismo. El lugar perfecto para informarnos de todo cuanto necesitemos, como visitas guiadas, catas, historia, libros, tours enológicos, videos, regalos, etc.
Recorriendo hace pocas semanas esta región del norte de Francia pude disfrutar de ese impresionante paisaje de laderas repletas de hectáreas de viñedos, bebí magníficos vinos, vi los campos en plena vendimia, conocí los procesos de elaboración y descubrí esta avenida que es, posiblemente, el mayor exponente, en superficie y bajo tierra, del esplendor de un vino del que el emperador Napoleón dijo: “¡Champagne!, en la victoria lo mereces, en la derrota lo necesitas”.
Datos útiles
www.ot-epernay.fr
¿Cómo llegar? Hay vuelo directo desde Madrid con Iberia al cercano aeropuerto de París-Vatry