El código binario es el lenguaje por cual una máquina con procesador (CPU) se comunica a nivel interno con todos sus circuitos. Al nivel más bajo de información, este código trabaja con bits, con dos posibles valores, 0 y 1, y su combinación para formar ‘palabras’.
Los ordenadores actuales trabajan con este lenguaje, como el último procesador de Intel que está a punto de salir (Core 9 14900K), que integra 24 núcleos (ocho de alto rendimiento y 16 de alta eficiencia), y que será capaz de procesar simultáneamente 32 hilos de ejecución con una frecuencia de reloj de 6 GHz, lo que lo convierte en el procesador más potente del mercado.
Pero ¿Y si hubiese más posibles valores que el 0 y el 1 en una misma unidad de información? Precisamente eso es lo que nos ofrecerá la computación cuántica, unidades de información con bits cuánticos (cúbits); al contrario que en la computación tradicional, en la que un bit binario solo puede representar un único valor binario, 0 o 1, un cúbit puede representar un 0, un 1, o cualquier proporción de 0 y 1 en la superposición de ambos estados, con una probabilidad determinada de ser un 0 y una probabilidad determinada de ser un 1.
Esto quiere decir que un ordenador cuántico será capaz de procesar la información en una fracción ínfima del tiempo que tardaría el sistema binario más rápido de la actualidad, pues la cantidad de información que un sistema de cúbits puede representar aumenta de manera exponencial; por ejemplo, la información que 500 cúbits pueden representar no sería posible ni con más de 2^500 bits binarios (3,2733906078961418700131896968276e+150).
La computación cuántica está abriendo las puertas a un nuevo nivel de procesamiento inimaginable hasta la fecha; por ejemplo, para simular patrones meteorológicos que permitirán entender fenómenos a los que no se tiene acceso físico; o para acelerar campos de investigación en Medicina, Química, Física y Farmacéutica, ya que la computación cuántica puede acelerar la investigación y el diseño de fármacos.
El pasado mes de julio Google desarrolló un ordenador cuántico capaz de hacer cálculos al instante que de otra manera tardarían años, e incluso décadas, en realizarse, aunque se utilicen los superordenadores más avanzados para ello. Esta versión mejorada del ordenador cuántico Sycamore ha sido capaz de calcular en pocos segundos lo mismo que el ordenador más potente tardaría 50 años.
¿Por qué no se implementa, entonces, este tipo de ordenadores en lugar de los que usan código binario? Los ordenadores cuánticos están en fase experimental, ya que son muy difíciles de programar, entre otros motivos por la dificultad de preservar el estado de un sistema cuántico, debido a que la superposición se rompe con facilidad a causa de la denominada ‘decoherencia cuántica’, que por ahora es difícil de resolver. Además, los estados cuánticos se mantienen durante un periodo de tiempo limitado, y estos ordenadores precisan trabajar a temperaturas extremadamente bajas, a -273 grados centígrados, lo que nos permite intuir la complejidad del sistema de refrigeración necesario para alcanzar y mantener una temperatura tan extremadamente baja.