Ya hemos hablado de la incorporación de las mujeres al motor; sin ir más lejos, el último artículo trataba del grupo de coches clásicos ‘Old cars’ recién creado y de todas sus dirigentes, precisamente mujeres.
Quien lea mis artículos también recordará al piloto de rallies y buen amigo Claudio Sánchez; pues bien, ahora hablo de Marina Sánchez, copiloto e hija de Claudio, más conocido en el mundo de los rallies extremeños como ‘Clau’.
Ambos residen en Almendralejo, la cuna del motor en esta nuestra bendita tierra. Como cosa muy lógica, Marina prácticamente lo ha mamado desde que era bien pequeñita, siguiendo a su papi e incluso a su madre, quien desde el punto de asistencia ayudaba a ‘Clau’, formando una familia y un equipo envidiable para aquellos que amamos este deporte.
A Marina le pasa como a otras muchas personas que, desde que tenemos uso de razón, estamos en el mundo del motor, y además lo traemos en las venas. Ya comenté en una entrevista en Canal Extremadura que más que sangre tenemos gasolina en las venas; para algunos es difícil de entender, solo lo sabemos quienes hemos crecido entre motores y lo amamos, ya que para nosotros es mucho más que un deporte, es nuestra forma de vida.
Continuando con Marina, a pesar de contar solo con 18 años, ya tiene mucho vivido dentro de ese casco y ese mono que se enfunda cuando se monta en el coche, a la derecha de su padre, con el cual forma el equipo CSR Competición. Si hay algo que Marina ha tenido claro desde bien pequeña es que cuando tuviera la edad permitida se iba a montar de copiloto con su padre; y así ha sido, cumpliendo uno de sus sueños.
Su primera prueba fue nada menos que una subida a Tentudía, en la categoría ‘Regularidad Sport Medias Altas’, y lo hizo pisando fuerte, porque dicha prueba le supuso ganar su primer premio como copiloto. “Como bien he dicho desde muy pequeña, tenía claro que cuando pudiera me iba a montar a la derecha de mi padre, porque ya tenía planteado que, si no me montaba con él, no iba a hacerlo con nadie, y lo sigo manteniendo”, nos cuenta. De momento ser piloto no entra en sus pensamientos, y además prefiere ser “los ojos” de su padre.
Le pedí que nos contara algunas anécdotas; empezando por una mala, en su primer Vendimia, en 2021, además de no terminar la prueba después de intentarlo por todos los medios, se puso muy mala y acabó vomitando, a buen seguro de los nervios y de la propia tensión.
Para quedarnos con un buen sabor de boca, nos cuenta una de las mejores anécdotas que ha vivido; volvemos a hablar del rallye extremeño por excelencia, el Vendimia, en esta ocasión el de 2023, donde tuvieron una salida, pero lo más importante fue que lo pudieron terminar, a pesar de lo duro que fue tras ese incidente. Reproduzco directamente su relato, porque me emocionó cuando me lo contó, y es que se le nota lo que lleva dentro, y es digna de ser escuchada con sus propias palabras: “Cuando llegamos al punto de asistencia y vimos a todo nuestro equipo, que estaba lleno de alegría, de vernos terminar y con lágrimas en los ojos, nos fundimos en un abrazo. Y la llegada al parque cerrado fue una pasada, cuando llegó ‘el Clau’ con su BMW parecía que habíamos ganado el rally nosotros, toda la gente aplaudiendo y gritando, fue increíble. Pero lo mejor de acabar el rally es ver a tu familia respirar tranquila, que por fin habéis llegado a meta. Tengo tatuado en la mente el abrazo que me dio mi novio, llorando, cuando llegamos, y ya se pudo quedar tranquilo después de haber estado en tensión por la salida que tuvimos. En fin, esto solo lo entiende quien lo vive, y si no te gusta no lo puedes entender”.
“Quiero decir también que es un orgullo ver cada vez más mujeres copiloto. Animaros, porque también formamos parte de este deporte”, añadía.
¿Qué más puedo añadir? Simplemente seguid ahí, y en lo que pueda ayudar aquí estaré. Gracias Marina hija, gracias ‘Clau’, y gracias Marina madre, por vuestro trato siempre que os veo, y porque me hacéis sentir como una más de vosotros. Seguiremos viéndonos por la pista y, sobre todo, ¡Mucho gas!
