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‘Medianoche’, de Auguste Herbin

‘Medianoche’, de Auguste Herbin
Foto: Blog ‘Forma es vacío, vacío es forma’
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Artista ligado al cubismo, el pintor francés Auguste Herbin apostó firmemente por el arte no figurativo desde 1917, lo que le convirtió en una influyente figura para los artistas franceses de la segunda mitad del siglo XX.

Hijo de una familia de obreros textiles, nace en Quiévy en 1882. Gracias a grandes esfuerzos económicos familiares pudo ingresar en 1899 en la Academia de Bellas Artes de Lille, pero su temprano y despierto interés por la estela de la pintura impresionista le hizo entrar en conflicto con profesores y compañeros.

En 1901 se establece en París. Comenzó como fauvista, exponiendo con Matisse y Derain en el ‘Salon des Indépendants’ de 1906. La influencia inicial del impresionismo y el postimpresionismo dará paso a su implicación en el cubismo.

En 1909 se traslada a los talleres de Bateau-Lavoir, donde conoce a Picasso, a Gris y a Braque, y participa en el nacimiento y primer desarrollo del movimiento cubista.

Tres años más tarde participa en la importante exposición de la ‘Sección de Oro’, pero decide abandonar el cubismo, movimiento que considera obsoleto. Sus pinturas sobre tablas geométricas están muy mal acogidas por la crítica.

Durante la Gran Guerra es requerido para la decoración de una capilla militar, y más tarde para trabajos de camuflaje en una base de aviación.

Dudando de su arte, vuelve al estilo figurativo entre 1922 y 1925, período del que renegará más tarde. En 1927 por fin descubre la abstracción geométrica ‘pura’ de tendencia monumental que hará suya en el futuro. En 1929 es el cofundador del ‘Salón de los Sobreindependientes’.

En 1960, a los 78 años, muere brutalmente en París, dejando sin terminar uno de sus lienzos, que lleva por título ‘Fin’.

A pesar de que recibió presiones del Partido Comunista, al que estaba afiliado, para que su arte se pusiese al servicio de la causa política que defendía, continuó hasta el fin de sus días apostando firmemente por el arte no figurativo.

Su legado fue un alfabeto plástico, un sistema de correspondencias entre formas geométricas, colores, letras y notas musicales. Este lenguaje universal anima los vibrantes óleos y gouaches de su período de madurez (1945-1960), en los que triángulos, rectángulos y círculos de bordes duros de color puro y no modulado se distribuyen en registros que organizan el campo visual en donde la estructura pictórica y el color vivo se vuelven inseparables.

Auguste Herbin influyó en una amplia gama de artistas y escultores que trabajaron en lenguajes geométricos abstractos entre 1940 y 1970.

Crédito de la imagen

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