Al subir a la Torre he mirado al poniente, hacia Galisteo. Aunque siempre estuvo cerca de Plasencia su acceso era insufrible, por una carretera con escaso asfalto y sinuoso trazado. Hablo de 1974, cuando llegué por primera vez a tomar posesión de mi plaza de maestro en la Agrupación Escolar Nuestra Señora de Fátima, y 18 años antes de ser nombrado su cronista oficial en 1992.
Ahora toca hablar de su tradición por antonomasia, el Auto Sacramental que representa la centenaria Cofradía del Niño Dios en la tarde del Día de Navidad.
En las I Jornadas de Cultura Popular Extremeña, que se celebraron en Cáceres en 1987, presenté la comunicación ‘La Cofradía del Niño Dios de Galisteo’, que se incluyó en las actas del congreso que coordinaron Javier Marcos Arévalo y Salvador Rodríguez Becerra, editadas por la Asamblea de Extremadura y la Editora Regional de Extremadura en 1989 con el título ‘Antropología Cultural en Extremadura’.
Integran la Hermandad 33 cofrades en recuerdo de la edad de Cristo. El Libro de Actas y Ordenanzas data de 1763 y en su primera página se lee que para su redacción habían “reconocido papeles modernos y antiguos que tienen desde 1667…” En total consta de 16 ordenanzas.
En la primera se marca como objetivo “que todos los hermanos sean muy devotos del Maravilloso Misterio del Nacimiento del Niño Dios”.
En la segunda, “que los hermanos sean personas de buena vida, fama y costumbres (…) y que el pretendiente no pase de la edad de cuarenta años”.
Los cargos son ‘Decano’, el cofrade más antiguo; ‘Mayordomo’, cargo rotativo anualmente y a cuya costa se hace la cena y comida de Navidad, además de escoger el Auto Sacramental que se representará en la tarde de Navidad; ‘Alcalde’, el mayordomo saliente; ‘Muñidor’, el que toca la ‘caja’ o tambor para convocar a los actos; ‘Regla’, quien ensaya el Auto y levanta las actas de los cabildos; y ‘Carantoña’ o ‘Carantolla’, máscara burlesca que mete miedo a los chiquillos y danza delante de la procesión de los cofrades.
Las actividades se inician el primer domingo de noviembre, comenzando los ensayos del Auto, en el que únicamente pueden actuar cofrades o familiares directos. (Ordenanza 11).
Llegada la Nochebuena, al caer la tarde el Muñidor tocando la ‘caja’ convoca a cabildo en casa del Mayordomo, donde se ha colocado en lugar preferente una imagen del Niño Dios. Al cabildo solo pueden entrar los cofrades (4ª Ordenanza). Entonces se eligen nuevos cofrades si los hubiera con votación secreta, siendo un garbanzo el sí y un altramuz el no. Terminado el cabildo salen los cofrades ataviados con sus capas de paño a recorrer las calles de la Villa cantando villancicos. A esta ronda se le da el nombre de ‘hacer las Rajas’.
A la mañana siguiente, día de Navidad, asisten a misa en procesión, llevando ‘la mayordoma’ a la cabeza la cuna del Niño Dios y los hermanos sus capas y “un blandón de cera” en la mano.
La comida de Navidad se realiza en casa del Mayordomo, cuyo menú queda fijado en la Ordenanza 12. Terminada la comida se trasladan a la Plaza de la Villa, donde sobre un tablado se representará el Auto Sacramental. La Cofradía tiene una rica colección de obras, tanto por su antigüedad como por su número, según recoge la Ordenanza 13.
Fuera de estas fechas los cofrades tienen obligación de asistir a los funerales de sus hermanos, así como mandar decir a su costa una misa rezada (Ordenanza 7).
A lo largo de su centenaria historia tan solo se tiene constancia de la interrupción de sus actividades por la ocupación francesa entre 1808 a 1811, tal y como se transcribe en el libro de Actas. Y, por desgracia, en este fatídico 2020.
Paco Valverde
Cronista oficial de la villa de Galisteo
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