¡Lo que hay que ver!
“No me gusta mi nariz, ni mis labios, ni mi pelo, ni mis orejas…”. En Estados Unidos el 55% de las personas piden una operación estética para parecerse al modelo ideal aplicando el programa con el ‘filtro’ de su foto ‘retocada’, que han visto en la pantalla. En España ya estamos con una progresión de subida alarmante.
Este asunto de adquirir belleza no es nuevo, se ha dado siempre en la Historia, pero ahora ha aumentado debido a la gran utilización de las pantallas para verse las arrugas o los defectos de la piel que no dan ‘buena imagen’; la lupa ve que el ‘retoque de cirugía estética’ se ha convertido en una evasión y en un negocio.
Perfiles y síntomas
El perfil de estas personas tiene como característica que el objetivo no está en la belleza por el sentido del agrado, sino en el ‘retoque’ para conseguir una imagen idealizada que sea admirada en las redes sociales, mostrando el cambio estético conseguido entre el antes y el después del mágico ‘retoque’.
Todo empezó como un juego digital y divertido que, con unas máscaras digitales, deformaban las apariencias del rostro. Ahora los síntomas se detectan cuando esas personas buscan el embellecimiento rápido, instantáneo, superficial, con el objetivo de dar buena imagen en la pantalla o ante los grupos de trabajo, videoconferencias, etc.
Mi diagnóstico
El problema está en que la persona pierde la percepción de la belleza real cambiándola por la apariencia virtual, alimentada por el influjo de las redes sociales y el negocio de las clínicas especializadas.
Esta moda de conseguir éxito físico con unos ‘retoques’ de belleza conseguidos con los filtros de la realidad virtual agudizan psicológicamente el problema del rechazo hacia su propia persona. Es un estándar de belleza imaginaria que compite con la realidad de la persona, que esconde lo que no agrada, tapándolo con un parche.
Alarmas
Las alarmas saltan cuando la persona se encierra en una obsesión por tener una belleza que no se puede conseguir, o por mantener la idealización de la belleza solo con la fantasía.
Hay que tener claro que los nuevos estándares de belleza son imposibles de alcanzar, ni con el quirófano, ni con la cirugía, ni con el bisturí. La sociedad, en general, debe hacer sonar las alarmas buscando remedios para apelar a conceptos de belleza que tengan más fundamentación en la ética que en ganar dinero con los ‘retoques’ del bisturí.
Solución pedagógica
Filosóficamente hablando, la belleza es la proyección exterior de la armonía del ser; hay que buscarla en la interioridad de la existencia, que incluye un cuidado equilibrado de la estética y una dedicación armonizada para conseguir un agrado ante uno mismo y ante los demás.
Cuando esto no es así hay que buscar soluciones apoyando a los canales sociales que fomentan conceptos de belleza en la amplitud integralidad del ser; en el entorno familiar, educativo, en el ocio creativo, en la autogestión para el desarrollo cultural, en generar modelos de vida humanizadores, en ofrecer oportunidades, en la interioridad, en el pensamiento crítico… invirtiendo en la juventud con capacidad pedagógica y creativa.
Reflexiona y habla con tus colegas a ver si esto es un perfil virtual o real. Como ciudadano de la calle ¿Qué otras soluciones puedes dar para equilibrar la belleza estética exterior con la belleza interior que necesita otros ‘retoques’?
