Javier Meléndez
Resulta difícil poner título a una crónica de una noche especial. Las galas de los premios Grada tienen un enfoque y una marca propia y distintiva. Son galardones de la sociedad para la sociedad.
Suena a tópico de todas las entregas de premios, pero en este caso es verdad. Todos los premiados lo merecen, aunque hay reconocimientos más que oportunos, como el que recibió el taller de radio de Aspace Badajoz, esa maravillosa ventana de libertad que han abierto los chicos y chicas de la asociación para decir “Ey, aquí estamos. Somos muchos y con mucho que decir”. Hay que escucharlos y aprender de ellos. No puedo dejar de recordar con un beso enorme a mi querida Asún Zabala, que seguro disfrutó viendo a sus compañeros recoger el galardón. Gracias por vuestro trabajo y ánimo a los que queréis emprender carrera como comunicadores.
De Gamero Gil me gusta que ‘ama’ Extremadura y a su gente, con orgullo y sin disimulo. Y Lary León, una mujer que sonríe con todo el cuerpo, y cuando habla ‘carga las pilas’ de quien escucha.
A las componentes del IREX-Puebla les digo gracias por abrir camino al deporte femenino que tanto necesitamos. Y, a todos los galardonados, mil reconocimientos por mejorar esta tierra con vuestro trabajo. Ya sabemos que “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.
Los representantes de los ciudadanos supieron estar cuando y donde debían. Esta noche no hubo más ‘colores’ que los de una sociedad que mejora cuanto más plural e inclusiva es. Del plantel artístico solo puedo decir ¡Olé! Estuvieron todos magníficos. Y todos es todos, desde la Iberian Big Band hasta los chicos que dieron vida a la enorme canción ‘Gracias a la vida’. Uli, Gene, Bambikina… todos. Pero quien escribe se emocionó especialmente con los chicos del proyecto ‘MUSE’ dirigidos por Pedro Cruz. ¡Qué manera de llegar al público, qué entrega y perfección! Un momento que quedará por derecho propio en la historia de estas galas. Gracias, chicos, por lo que nos hicisteis vivir.
Confieso mi ‘devoción’ por Irene Villa, un ejemplo de la victoria de la sociedad sobre el odio y la sinrazón, una persona que trabaja a diario por mejorar la vida de los demás y por una sociedad de todos y para todos. A Javi Mendoza, que cada día lo hace mejor, mi más rendida admiración; llegarás a donde te propongas, porque te lo mereces; y, si necesitas referentes, ahí tienes a dos grandes de la comunicación que dieron otra vez buena muestra de su maestría: José Antonio Lagar y Primitivo Rojas.
En la convivencia posterior disfrutamos de ricos ejemplos de gastronomía de nuestra tierra, otra muestra de buen hacer. Y no puede faltar una observación para mejorar: se debe optimizar la iluminación, sobre todo en los agradecimientos. Nada que no se pueda solucionar.
No puedo despedirme sin mencionar a todos cuantos hicieron posible este pequeño milagro; gente como Mar, Enrique, María Jesús, Lola, Nuria, Felipe… a todos ellos, mil veces gracias por crear esta noche mágica.