Anuncia Maján
La historia nos demuestra sobradamente la capacidad del ser humano de autodestruirse, de crear una guerra donde no la hay, ni se necesita, ni beneficia a nadie. Desgraciadamente todas las guerras, malditas guerras, se ceban con los más débiles, y sus consecuencias van siempre mucho más allá en el tiempo del día de finalización del conflicto.
La paz, ese instrumento tan valioso para la convivencia y el progreso, es muchas veces el más difícil de lograr y mantener. Por ello aplaudimos y animamos cualquier iniciativa para fomentar y difundir los trabajos que se hagan en tal sentido.
Joaquín Martín es un pacense gestor de proyectos europeos. Ha estado involucrado en entidades que él ha ayudado a fundar, básicamente juveniles, buscando dar oportunidades de mejor formación a la gente de Extremadura, y situar en el mapa a nuestra región, a nivel nacional como internacional: “ahora mismo soy técnico de proyectos en Fundecyt, pero tengo mi asociación ‘Extremundo’ que lidera el proyecto ‘Peaceful’. La asociación nació en 2020 y ya hemos puesto en marcha varios proyectos en la región, en zonas como Yuste, Zafra, Mérida, Badajoz. Queremos invertir en los extremeños”.
El proyecto ‘Peaceful’ dura dos años; “esta semana nos reunimos en Badajoz, en una reunión de coordinación, para que todos tengamos bien claras las responsabilidades y que en este tiempo todo salga bien. Es un proyecto que trata de ‘invertir’ en paz, en metodología de la paz, para beneficio tanto de entidades juveniles como para sus trabajadores y jóvenes con necesidades muy especiales por sufrir situaciones de guerra, que les generan traumas únicos. La idea surge en marzo de 2024, de una conexión de nuestra entidad con una de Rumanía, cuyo líder tiene orígenes israelíes. Está muy acostumbrado a trabajar por la paz en su país, y quería hacer algo con fondos europeos para mejorar la situación de su gente. Nos pareció muy interesante y le dimos apoyo logístico, asumiendo la coordinación del proyecto, siendo los que recibimos los fondos europeos y teniendo la mayor de las responsabilidades. Sumamos también entidades de Israel y de Palestina. Nosotros no movemos un encuentro de entendimiento entre israelíes y palestinos, sino un proyecto que pretende poner en valor capacidades en cuanto a metodologías de paz para que ciertos trabajadores juveniles adquieran nuevos conocimientos, herramientas y metodologías y puedan ayudar mejor a los jóvenes que lo necesitan”, nos cuenta.
Joaquín es consciente de lo delicado del planteamiento: “Tratamos con un tema complicado por la actual situación de guerra. Desde nuestra posición como españoles vemos la cuestión de una manera, pero estos socios quieren hacer mucho bien a sus comunidades, pero sin ponerse en riesgo. Somos conscientes que en la zona hay personas más o menos extremistas, por lo que proyectos como este se pueden ver como ‘colaboracionistas con el enemigo’. Por ello, debemos ser cuidadosos y no vender el proyecto sino como un trabajo en equipo de varias entidades, entre las que están la palestina, la israelí y la rumana, además de la española. En estos dos años haremos formaciones. En primavera tendremos un primer curso que queremos traer a Extremadura, no sabemos aún a qué zona”.
“El curso de formación contará con la presencia de cinco representantes por país, y tendrá la temática ‘metodologías de paz vinculadas a entornos naturales’, es decir cómo podemos utilizar la naturaleza para empatizar con personas traumatizadas. En el último trimestre del año tendremos algo similar en Rumanía, pero tratará más el apoyo emocional, el tratamiento concreto de los traumas de los jóvenes. Después de estos dos cursos de formación, de cinco días cada uno, haremos un seminario en Palestina, en el primer trimestre de 2026, para hacer otra formación. Con todo lo aprendido en todas estas experiencias tendremos después un intercambio juvenil, un proyecto piloto para que los trabajadores que han aprendido con nosotros vuelvan a juntarse y pongan en práctica lo aprendido trabajando con los jóvenes que lo necesitan”.
La iniciativa podría extenderse a otros países en guerra: “Nosotros queremos que tenga continuidad y no dure solo 24 meses. La Unión Europea lo requiere. Nuestra idea es obtener resultados transferibles a proyectos similares, beneficiar a otras entidades de territorios como podrían ser Ucrania o Rusia; ¿Para qué? Pongamos, por ejemplo, una entidad de Kiev o de Moscú, tanto da, que pueda utilizar nuestra experiencia para hacer mejoras en la vida de los jóvenes de esos países. Si podemos mejorar su vida lo haremos. Queremos seguir trabajando por los jóvenes y beneficiando a la sociedad de la mejor manera posible”.
En cuanto a financiación, solo cuentan con los fondos europeos. El nombre oficial de la iniciativa es ‘Proyecto Erasmus plus para la creación de capacidades para entidades juveniles’. Estos fondos solo se abren una vez al año. La competencia es muy alta a nivel continental. Solo el 10% de las propuestas aspirantes a los fondos obtienen las ayudas. “Animamos a otras entidades que puedan lanzarse a esta aventura, e intentaremos ayudarles sobre todo si son de nuestra región”, concluye Joaquín.
Cualquier oportunidad para hacer la paz ha de aprovecharse, y desde Grada les deseamos el mayor de los éxitos.
‘Peaceful’ aborda las carencias de apoyo físico, profesional, educativo y operativo que necesitan las organizaciones de educación no formal y para la paz que trabajan con jóvenes vulnerables en tiempos de conflicto y posconflicto. Desarrollará, probará y pondrá a prueba un nuevo programa educativo que combina herramientas innovadoras de curación del trauma emocional, prácticas basadas en la naturaleza y acciones prácticas de conservación. Este programa se pondrá a disposición de forma gratuita para organizaciones juveniles, trabajadores juveniles y formadores en los países socios, en la región del Mediterráneo Sur y en toda Europa.
A partir de un análisis exhaustivo de las necesidades, ‘Peaceful’ planea dos cursos de formación en España y Rumanía, en los que se presentará la metodología del proyecto, un seminario de creación de capacidades en Palestina y un intercambio piloto de jóvenes en Rumanía, para probar, evaluar y medir el impacto de las herramientas desarrolladas en los jóvenes con menos oportunidades.
Se creará un manual del programa, un sitio web específico, materiales de audio y vídeo para la difusión de los resultados, así como eventos multiplicadores en los países socios y una campaña en las redes sociales con un alcance planificado de 100 personas físicamente y 10.000 personas en línea.