La huella que nos está dejando el azote de la Covid-19 es arrolladora. No cabe duda de que habrá un antes y un después en cómo concebimos el mundo y cómo nos movemos en él. Esta pandemia ha puesto a puesto a prueba nuestro sistema sanitario, que, aunque es uno de los mejores que hay en el mundo, se ha visto fuertemente tambaleado.
Así mismo ha sido y seguirá siendo, durante bastante tiempo más, una prueba a superar por el sistema empresarial, que se tendrá que adaptar a los nuevos cambios que han venido para quedarse. Cambios que, especialmente en Extremadura, veíamos demasiado lejos y que han llegado de forma drástica para implantarse en nuestra manera de vivir, como las nuevas formas de entender la formación a distancia, el teletrabajo, el comercio electrónico, etc.
Estamos viendo cómo multitud de empresas se han tenido que reinventar para no desaparecer, y también estamos asistiendo a un cambio que ha sido brutal, sin dejarnos más opción que adaptarnos a las nuevas circunstancias, y que obligará a una drástica digitalización del sector empresarial.
Pero no todo hay que verlo desde un punto de vista negativo, pues precisamente en momentos de inestabilidad es cuando surgen también nuevas oportunidades de negocio. El mercado necesitará ante todo trabajadores que tengan una alta capacidad de adaptación, lo que se conoce como ‘soft skills’, y se demandarán perfiles especialistas en robótica, ciberseguridad, marketing digital, etc.