Nacida en Plasencia y profesional de la Publicidad y las Relaciones Públicas, Sandra Majada aplicó sus conocimientos y su amplia experiencia en el Marketing a un proyecto personal sobre Moda y tendencias en 2015, que en este escaso tiempo se ha convertido en una exitosa marca personal que, solo en Instagram, tiene más de 400.000 seguidores.

Amante de las bodas y de todo el mundo que rodea al estilismo, también es una entusiasta de los viajes, y su receta para el éxito es trabajar mucho, ser muy constante y encontrar una idea original o un nicho que te diferencie del resto.

¿Cómo te recuerdas de niña, y cuándo surgió tu interés por la Publicidad y la Moda? ¿Tenías referentes familiares o cercanos?
Me recuerdo como una niña feliz, y además bastante mimada por toda la familia por ser la primera sobrina, nieta, etc. Era muy juguetona y bastante independiente o autónoma.

De hecho, creo que esto último hizo que mi interés por la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas fuera mayor, ya que implicaba irse a estudiar fuera y era una idea que me atraía mucho. El tema de la comunicación me gustaba bastante y la Publicidad no deja de ser eso, contar de forma atractiva y creativa cómo es un producto o servicio. Y me encantaba la idea.

Sin embargo, la Moda es algo mucho más innato. Desde pequeña he visto arreglarse a mi madre, mi abuela y mi tía siempre, es algo que ha convivido conmigo desde que recuerdo. Era fan de las princesas y todos sus vestidos, el cine, las novias y un largo etcétera que han hecho que ame este territorio desde niña.

Como decías, te marchaste de Extremadura para formarte. ¿Lo veías como una etapa para volver a tu tierra o te imaginabas desarrollando tu carrera lejos de Plasencia?
Creo que por el tipo de carrera que elegí sabía que era difícil volver a Plasencia. Siempre fui consciente de eso y no me importaba. Tampoco he querido alejarme mucho de mi tierra porque toda mi familia está en Extremadura y para mí es importante poder visitarlos con frecuencia. Por eso en un primer momento opté por Salamanca y luego Madrid. Desde luego que echo de menos muchas cosas, pero también he aprendido a vivir fuera, con las ventajas y desventajas de la capital.

Tu trayectoria profesional comenzó en el Marketing y ahora estás considerada una ‘influencer’ en el mundo de la Moda. ¿Eran dos caminos paralelos o terminó uno para comenzar el otro?
Para mí es algo muy similar. Cambia el escenario, pero la fórmula es la misma. Antes trabajaba en Marketing para un gran grupo de comunicación con diversos soportes como canales de televisión, radio o web. Ahora es prácticamente similar, lo único es que el ‘mini medio’ soy yo y mi contenido. Pero la filosofía y el objetivo se basan en el Marketing.

Háblanos del nacimiento de ‘Invitada perfecta’.
Reconozco que fue muy casual; realmente abrí un perfil en Instagram para uso personal, como directorio de marcas de fiesta con fotos de vestidos que me gustaban. Recuerdo que lo llamé ‘Invitada perfecta’ porque ‘Mi armario’ o algo así ya estaba cogido en ese momento, por lo que el tema ‘naming’, como veréis, también fue cero meditado.

Realmente la idea surge porque en las últimas bodas a las que había asistido no fui totalmente convencida de mis estilismos. Me pasaba aquello de que cuando tenía bodas o celebraciones no encontraba nada apropiado, pero cuando no había eventos a la vista me encantaba todo.

A los dos meses ya contaba con más de 10.000 seguidores y me llamó el primer diseñador. Me decía que sus clientas iban al atelier con imágenes de modelos que veían en mi Instagram y que él quería estar allí. No tenía imágenes propias así que me propuso prestarme vestidos para que realizara las fotos y luego pudiera subirlas. Y así comenzó prácticamente todo.

¿Cómo ha influido tu formación universitaria en el desarrollo de tu trayectoria como experta en Moda?
Más que la formación universitaria diría que ha sido más importante mi experiencia en Atresmedia. La universidad te da una visión muy genérica de muchas parcelas, pero creo que cuando te especializas es una vez que terminas y trabajas fuera. Y después de casi una década trabajando en una empresa que toca tantos departamentos y funciones se aprende mucho. Además, es imposible no continuar aprendiendo a diario, ya que la publicidad y los nuevos soportes te obligan a mantener un aprendizaje constante.

Con tantas redes sociales y multitud de personas creando contenidos, ¿cuál es el camino para destacar entre el ‘ruido’ y hacer rentable una afición?
Trabajar mucho, ser muy constante y encontrar una idea original o un nicho que te diferencie del resto. Hacer rentable una afición es prácticamente imposible, porque en el momento que comienza a serlo se convierte en trabajo.

Ya no vale eso de me pongo a hacerlo cuando tengo tiempo o cuando me apetece, sino que hay que invertir tiempo y dinero, formarse mucho y, sobre todo en este caso, trabajar mucho a diario. E incluso, con estos ingredientes puede pasar tiempo, en mi caso años, para que se convierta realmente en un sustento. Lo bueno es que trabajar en lo que te gusta se disfruta el doble.

De una ‘influencer’ nos quedamos con el vídeo o el artículo que cuelga en sus redes, pero seguramente no pensamos en el proceso. ¿Cómo es un día de trabajo habitual para ti?
Bastante intenso. Normalmente me levanto y puedo pasarme cuatro o cinco horas contestando correos electrónicos o mensajes privados, actualizando las redes, planificando el día y con labores más administrativas, como facturas o modelos. Y por la tarde, casi a diario, otras tres o cuatro horas de edición de fotos. Pero es que además de esto hay que seguir generando contenido con sesiones de fotos, vídeos o mostrando productos; enviar y recibir paquetes; gestionar una sesión con todos sus accesorios y prendas, plancharlas; coordinar al equipo, que como mínimo requiere fotógrafo, estilista y localización. Y aunque hago prácticamente todo esto sola, lo bueno es que cuento con mi mano derecha y parte del brazo, que es mi marido, Martín. Además de ser mi fotógrafo me ayuda muchísimo en todo lo que puede.

¿Ser elegante depende del dinero? ¿Todos llevamos un estilista dentro?
Ser elegante es cuestión de actitud. Ni siquiera la ‘elegancia’ es un concepto cerrado como tal, porque lo elegante para mí puede ser lo exagerado para otro, o viceversa. Incluso un mismo ‘look’, dependiendo cómo lo lleve una persona u otra, tiene matices distintos.

En cuanto a la cuestión económica creo que todos conocemos casos de personas que visten de grandes firmas y que podemos catalogar como no elegantes, y viceversa. Habremos visto docenas de veces invitadas ‘lowcost’ que poco tienen que envidiar a otras. Evidentemente unas personas tienen más acceso a ciertas cosas que otras, pero quien tiene ese toque de elegancia lo demostrará en cualquier circunstancia.

Y en cuanto a si la estilista se hace o se nace creo que, como todo, hay gente con habilidades innatas que tienen una mayor facilidad y otras que aprenden durante el camino.

¿Consigues dar descanso a la ‘Invitada perfecta’ para que Sandra Majada pueda desconectar?
Muy poco, porque es como si le dijeras a una televisión que algún día dejase de emitir. Aunque es algo que tengo que aprender a hacer, porque cualquier cosa en exceso, por mucho que te guste, acaba saturando.

Además, cada vez más este trabajo es psicológicamente muy duro en algunos aspectos. Las redes sociales, por desgracia, se están convirtiendo en un campo de minas lleno de ciertos juicios o comentarios que se normalizan, muchas veces sin pensar que detrás simplemente hay una persona que ha decidido hacer algo sin ninguna intención de herir a nadie.

Muchas veces no vemos que la libertad de expresión acaba cuando limitas la libertad de la otra persona. Y es una pena que tengamos que medir cada coma que escribimos o limitar ciertas imágenes por si se abren polémicas.

¿Crees que podría haber sido posible desarrollar un proyecto como ‘Invitada perfecta’ viviendo en Plasencia?
Una gran parte sí, porque al final la mayoría de las marcas con las que colaboro tienen acceso a nivel nacional a través de venta online. El 95% de mis estilismos los escojo por foto, así que eso podría desarrollarse en cualquier lugar.

Sin embargo, otra parte de mi trabajo es asistir a eventos, hacer labores de relaciones públicas, tener reuniones con marcas y más actividades, que suelen darse con más facilidad en Madrid. Además de que para mi sección de viajes tener un aeropuerto al lado facilita mucho la maniobra y la variedad de destinos a los que poder dirigirme. Así que, aunque se podría, también sería más limitado, y con largas horas de viaje en coche entre un lugar y otro, probablemente.

Los eventos sociales prácticamente han desaparecido en la situación actual. ¿De qué manera afecta a tu planificación y a tu trabajo diario?
Realmente lo facilita por un lado, porque normalmente este tipo de eventos suelen anunciarse con pocos días de antelación y te rompen la agenda de la semana a menudo. Pero también echo mucho de menos el contacto con la gente, arreglarme para ellos y subir contenido de los eventos, que también suele gustar a mis seguidores. Así que en cuanto a la organización del trabajo está todo más controlado, pero echo de menos crear looks más de diario y ese tipo de acciones del día a día, que también son necesarias.

Cada vez comenzamos a interactuar con las redes sociales siendo más jóvenes. ¿Te ves como un referente, o un espejo, para las nuevas generaciones?
No, para nada. Mi público al final es el de mi generación, me dirijo a gente como yo y bajo mi experiencia. Al final este es el público de los eventos, y estos suelen llegar a partir de los 24 o 25 años, que es cuando nuestro entorno comienza a casarse, llegan bautizos o comuniones. Seguro que alguien más joven llega a mi perfil y podrá coger alguna idea, pero entiendo que encuentre perfiles con mayor afinidad que los míos.

¿Qué relación mantienes con Extremadura?
Mantengo un contacto muy estrecho. Cada mes y medio o dos meses, si el trabajo me lo permite, suelo visitar a mi familia, y me encanta. Pero además es que, estando fuera, aprecio mucho más lo que tenemos y disfruto el doble cada visita. Así que es una relación muy estable y para toda la vida, espero [risas].

Además siempre he sido una embajadora de mi tierra allá donde he estado. Tradicionalmente ha sido bastante desconocida y para mí ha sido un placer descubrirle a mi entorno lo bonita que es. Ahora hago lo mismo, solo que mi entorno ha pasado a estar formado por más de 400.000 personas.

¿Cómo ves el sector de la Moda en Extremadura desde la distancia?
La verdad es que creo que la Moda extremeña tiene un largo recorrido. Pocas firmas son reconocidas como tal fuera del sector. Yo misma me he sorprendido al saber que diseñadores que sigo desde hace mucho son extremeños, así que creo que debemos trabajar más en ese sentido y cuidarlo.

Precisamente en ‘Sandra Travels’, uno de los apartados de tu blog, sueles hablar de la región. ¿Extremadura, y los extremeños, tenemos que trabajar mejor nuestro marketing?
Creo que la Junta de Extremadura está haciendo una labor bastante intensa en estos momentos. Muestra de ello es la preciosa campaña que lanzó hace poco sobre el turismo en Extremadura y que además estuvo presente en uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, en Callao. Así que, aunque creo que la promoción de Extremadura ha sido durante años la asignatura pendiente, también pienso que se están comenzando a hacer cosas muy interesantes. Y hay que reconocer y alabar esta labor, que seguro que es el comienzo de mucho más.