Nacida en Badajoz, Susana Infante González es una destacada ingeniera que trabaja en Thales Alenia Space, con sede en Madrid, cuyo proyecto más reciente y ambicioso es la misión Euclid, que tiene como objetivo cartografiar una porción del cielo más de cien veces mayor que el área que cubrirá el telescopio espacial Hubble, y ayudarnos a comprender la materia oscura y la energía oscura.
Los sistemas de comunicaciones que desarrolla su empresa serán fundamentales en misiones científicas que estudiarán el universo oscuro, buscarán planetas más allá de nuestro sistema solar, o defenderán la Tierra ante la amenaza de los asteroides.
Además, parte de su tiempo libre lo dedica a colaborar como voluntaria con el proyecto Afrikable, que tiene como objetivo ayudar a las mujeres como motor de cambio y desarrollo en África oriental; y como miembro de la asociación ‘Women in Aerospace Europe’, que pretende despertar las vocaciones científicas en las niñas.
¿Qué recuerda de sus aficiones cuando era niña?
Recuerdo una infancia feliz y rodeada de afecto. Recuerdo que disfrutaba cuando íbamos a San Isidro, o jugaba en la calle con otros niños, o bien haciendo deporte al aire libre, disfrutando de la familia o construyendo una casa en miniatura de bricolaje.
¿Hay antecedentes científicos en su familia?
Mis padres estudiaron carreras de ciencias, ingeniería y medicina… seguro que por ahí vienen parte de mis inquietudes, ya que son un referente importante en mi vida.
¿Qué le llevó a estudiar una Ingeniería, y qué le llamó la atención, en concreto, de la Ingeniería industrial?
Cuando eres tan joven, tener claro lo que quieres estudiar sabiendo el impacto que tendrá en tu futuro es toda una aventura. Si a ello se une que la elección la realizas en un momento en el que, mentalmente, todavía no has adquirido la madurez adecuada, te conduce a decidir en base a la información que tienes, a las asignaturas que te apasionan en el colegio o a los referentes que tienes alrededor y que son fuente de inspiración. También pensé en las posibilidades de salida profesional que pudiese ofrecer esa carrera.
Respecto a las asignaturas, siempre he tenido una predilección por aquellas de ciencia, como Biología, Física, Matemáticas o el dibujo técnico. Una carrera en ingeniería fue el camino elegido.
¿Tenía claro cómo iba a enfocar sus estudios cuando llegó a la Universidad?
Sí, sabía que quería estudiar en la facultad de Ingeniería en Badajoz, en concreto Organización Industrial, empezando por Ingeniería Técnica Industrial con especialidad en Mecánica. Lo que no sabía es que en el futuro me dedicaría a un mundo tan apasionante como el del sector espacial.
¿Cómo surgió la oportunidad de proseguir su formación en Italia?
Gracias al programa Erasmus en la universidad y a su coordinadora, Pilar. El objetivo de este programa es fomentar la movilidad académica entre universidades europeas. La facultad de Ingeniería de Badajoz comenzó ese año un programa de colaboración con la Universidad de Tor Vergata de Roma, y yo fui una de las agraciadas con la beca.
Concluidos sus estudios empezó a trabajar en Italia. ¿Pensó que volvería a España a continuar su carrera profesional?
Sí, a España o a otros países de Europa. El sector espacial se desarrolla en un contexto de intensa cooperación internacional, lo cual facilita una alta movilidad entre países.
En mi caso, el regreso a España fue por motivos de conciliación familiar. Al regresar a casa te das cuenta de que la maleta de esa chica joven que se fue a Italia vuelve llena de vivencias, enriquecida por una cultura diversa y con una mentalidad más abierta. Es algo que recomendaría a todos los jóvenes.
¿A qué se dedica su empresa, Thales Alenia Space?
Llevamos 35 años de actividad en España en el sector espacial, desde nuestra planta en Tres Cantos, en el norte de Madrid. Durante más de tres décadas hemos participado en más de 640 satélites para clientes en todo el mundo, desde la Agencia Espacial Europea (ESA) hasta la NASA, pasando por las agencias espaciales de Corea del Sur, Japón, Canadá, Argentina o Brasil, por citar algunos ejemplos. Empezamos nuestra actividad como fabricantes de equipos de comunicaciones para satélites, y llevamos ya más de 4.500 equipos y sistemas espaciales entregados a nuestros clientes.
Paso a paso hemos ido ampliando el alcance de nuestras actividades como integradores de sistemas espaciales cada vez más complejos. Por ejemplo, hemos desarrollado los sistemas de transmisión de imágenes para todos los satélites Sentinel del programa europeo de observación de la Tierra, Copernicus, clave en la monitorización del medio ambiente y la vigilancia de catástrofes naturales. También hemos desarrollado los sistemas de comunicación y la electrónica de los instrumentos de observación de los satélites Meteosat de tercera generación, que revolucionarán las predicciones meteorológicas en las próximas décadas.
Fruto de nuestra experiencia, la ESA ha confiado en nosotros para los sistemas de comunicaciones de sus misiones científicas de exploración del universo, como Euclid, que estudiará el universo oscuro; Plato, que buscará planetas más allá de nuestro sistema solar; y Hera, misión de defensa planetaria ante la amenaza de los asteroides.
El siguiente paso en esta progresión ha sido liderar el desarrollo de cargas útiles de grandes satélites de telecomunicaciones. Actualmente lideramos el desarrollo de las cargas útiles en las bandas UHF y Ka para los futuros satélites de comunicaciones gubernamentales españoles, SpainSat NG I y II, cuya integración se lleva a cabo en nuestra sala blanca de integración de satélites en Tres Cantos. Se trata de unas instalaciones únicas en España, inauguradas en 2021, que nos permiten realizar en España actividades al alcance de muy pocas compañías en Europa.
¿Cuál ha sido su evolución en la empresa?
Llevo más de 20 años de experiencia en el sector espacial, empezando la carrera profesional en Italia durante ocho años para continuar luego en España. En 2001 comencé mi carrera profesional en Thales Alenia Space en Roma, en el Departamento de antenas; primero, como responsable de logística y análisis de procesos industriales y, posteriormente, como responsable de planificación de proyectos en numerosos programas. En 2009 me incorporé a Thales Alenia Space en Tres Cantos, como responsable de procesos para los sistemas de transmisión de datos de las misiones Sentinel 1, 2 y 3. Desde 2017 lidero proyectos internacionales como los sistemas de comunicación para las misiones Euclid, Hera y dos nuevas misiones del programa Copernicus, Chime y Rose-L.
¿Qué nos puede contar del proyecto Euclid?
Euclid es una misión científica cuyo lanzamiento se realizó con éxito el pasado 1 de julio. En este momento la nave espacial se encuentra orbitando alrededor del punto L2 de Lagrange del sistema Sol-Tierra, a 1.500.000 km de la Tierra. Su objetivo principal es cartografiar la estructura del universo a gran escala y ayudarnos a comprender dos componentes misteriosos: la materia oscura y la energía oscura. Mediante su telescopio espacial, Euclid realizará un mapa tridimensional de la distribución de miles de millones de galaxias en más de un tercio del cielo, revelando su expansión y crecimiento durante las últimas tres cuartas partes de la historia cósmica. La misión está concebida para abordar dos de las preguntas más importantes de la cosmología moderna: cómo se originó el universo y por qué se está expandiendo a un ritmo acelerado, en lugar de ralentizarse por la atracción gravitatoria de toda la materia que contiene.
Desde España hemos trabajado en el proyecto como responsables del sistema de Comunicación de la nave espacial, dentro de un entorno industrial internacional. A título personal han sido más de seis años trabajando en el proyecto, viendo cómo crecía de un concepto de ingeniería hasta convertirse en una realidad, creando entre más de 3.000 personas una verdadera joya tecnológica. Tuve el honor de asistir al lanzamiento en Cabo Cañaveral, y puedo decir que fue una gran emoción ver el momento del despegue.
Desde que se ha involucrado más en la dirección de proyectos ¿siente que ha ‘abandonado’ su lado más creativo como ingeniera?
La verdad es que desde que empecé a estudiar Ingeniería industrial siempre quise dedicarme a la dirección de proyectos. Y hacerlo en una empresa altamente tecnológica del sector espacial hace que sea interesante y muy motivador.
¿La sociedad en general conoce los resultados de su trabajo?
Creo que el interés del espacio está en auge, aunque queda mucho camino por delante para que forme parte del día a día de nuestra sociedad.
¿Cómo es Susana Infante en su tiempo libre, cuáles son sus aficiones?
Pasar el tiempo con familia y amigos es la forma en la que me gusta emplear mi tiempo libre. Disfruto del contacto con la naturaleza con grandes paseos, me gusta jugar al pádel, disfruto también de lo que Madrid ofrece cultural y gastronómicamente. Por último, participo como voluntaria una vez al mes en Afrikable, cuya misión principal es ayudar a la mujer como motor de cambio y desarrollo en la región del Lamu, en África oriental.
¿Le gustan las películas de ciencia ficción, o no puede evitar ‘desmontar’ las licencias cinematográficas sobre el espacio?
El espacio es algo muy atractivo para el ser humano, y al ser tan desconocido no tiene límites para el pensamiento creativo y la ficción en la pantalla. Hay películas sobre el espacio que me han gustado mucho, por ejemplo ‘Figuras ocultas’, ‘El primer hombre’, ‘Gravity’ o ‘Interstellar’.
¿Veremos a Pablo Álvarez o a Sara García próximamente en el espacio, como antes a Miguel López-Alegría o a Pedro Duque?
¡Ojalá! Sería un orgullo tener a esta pareja de españoles representando a nuestro país. Ellos, de momento, están entre los 17 astronautas seleccionados en la clase de 2022, Pablo como astronauta de carrera y Sara como astronauta de reserva. De hecho, ya es un enorme éxito que hayan completado de forma satisfactoria el duro proceso de selección entre más de 22.000 candidatos de toda Europa.
En los últimos años ha crecido el interés por los vuelos tripulados tras el éxito del lanzamiento de la misión Artemis I a la Luna y los viajes a la estación espacial. Confío en que Sara y Pablo puedan cumplir su sueño de ir al espacio.
¿Qué opinión le merece el trabajo en torno a la investigación aeroespacial llevado a cabo por Elon Musk a través de SpaceX?
Se ha convertido en una gran influencia para inspirar a la próxima generación de jóvenes interesados en el sector espacial. Su secreto ha sido pensar en proyectos ambiciosos, el uso de tecnología puntera y su misión de hacer que la exploración espacial sea accesible para todos. SpaceX ha logrado una serie de éxitos notables, como el lanzamiento del primer cohete reutilizable del mundo y el lanzamiento de la primera nave espacial comercial tripulada que se acopló a la Estación Espacial Internacional. Me parece impresionante.
¿En qué punto se encuentra la industria aeroespacial española?
En España, el sector espacial está formado por una combinación de entidades gubernamentales, empresas privadas, universidades e institutos de investigación. Todas ellas ayudan a mejorar la capacidad del país para participar en misiones espaciales.
De hecho, desde el lanzamiento del primer satélite español, en 1974, la industria espacial se ha desarrollado a pasos agigantados en nuestro país. El sector da empleo a más de 5.000 personas en España, y somos uno de los pocos países con capacidad técnica y científica para diseñar y desarrollar de forma completa una nave espacial.
¿Ha mejorado la posición de la mujer en la Ciencia desde su época universitaria?
Ha mejorado, pero no lo suficiente. Si pensamos en las mujeres afroamericanas que ayudaron a Estados Unidos a tener éxito en la carrera espacial en los años 60 y 70 del siglo pasado, entonces sí. Detrás del éxito de John Glenn, el primer estadounidense que orbitó la Tierra, se esconden los cálculos que realizó un grupo de matemáticas afroamericanas en la NASA, y que fueron ‘figuras ocultas’ hasta hace poco.
Según las últimas estadísticas, las mujeres en el sector espacial suponen alrededor del 28% en España. Estas cifras ponen de manifiesto que queda mucho talento femenino por atraer al sector espacial. El bajo porcentaje de mujeres en la industria espacial es un reflejo del menor número de mujeres que deciden seguir una carrera en disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que por otro lado son las más demandadas en este sector.
¿Cómo explicaría su trabajo a una niña para despertarle el interés por la Ciencia y, en concreto, por el espacio?
La Ciencia es un arma poderosa y mágica para mejorar la vida de las personas y cuidar nuestro planeta. Le explicaría cómo los satélites están presentes en nuestra vida diaria y qué carreras puede estudiar si quiere trabajar en este sector. Le diría que, siendo jefe de proyecto, se puede colaborar en proyectos para cuidar del medio ambiente, ayudar a descubrir los secretos del universo, o saber si hay vida en Marte. Para poder llegar al espacio es necesario construir una nave espacial, y mi trabajo es coordinar y asegurar junto a otros compañeros de distintos países que la nave espacial esté lista para explorar el universo en el tiempo previsto y con la tecnología necesaria para que la misión sea todo un éxito.
¿Además, qué se puede hacer para que las niñas se animen a estudiar carreras relacionadas con la Ciencia?
Romper estereotipos que les orientan de un modo u otro a elegir determinadas carreras; promocionar las carreras STEM entre las jóvenes para incrementar el porcentaje de mujeres en el sector científico; y organizar actividades divulgativas en colegios, visitas a empresas tecnológicas desde edad temprana, conferencias, mesas redondas, difusión en colegios y universidades, participación en ferias de empleo, así como entrevistas para la promoción de los modelos femeninos en el sector aeroespacial.
A todas estas actividades se dedica una asociación a la que pertenezco, ‘Women in Aerospace Europe’ (WIA-Europe), en su grupo local en Madrid, y he de confesar que me siento muy orgullosa de la labor que están haciendo las más de 40 personas que pertenecen a ella.