La región celebra en abril otra de sus fiestas más tradicionales. Con fiestas de interés turístico internacional como las de Cáceres y Mérida, en las que se une la devoción, la imaginería y muy especialmente el patrimonio, tras el tiempo de Cuaresma hay diversidad de opciones para conocer la Extremadura más devota y pegada a unas tradiciones que se remontan varios siglos atrás.
Cáceres cuenta con cofradías que se fundaron en el siglo XV, y es la celebración más típicamente castellana de las que se pueden ver en Extremadura esos días; y Mérida ofrece un patrimonio coetáneo con el tiempo de la Pasión que permite vivir una experiencia única.
También importantes, como fiestas de interés turístico nacional, son las celebraciones de Badajoz, Jerez de los Caballeros y Oliva de la Frontera. La capital pacense, con 14 cofradías, vive uno de sus momentos solemnes el Jueves Santo, con la salida de su ermita de la patrona, la Virgen de la Soledad Coronada. Jerez de los Caballeros cuenta con una destacada imaginería, con pasos como la Virgen del Rosario o la Esperanza Macarena. Y en Oliva de la Frontera es famosa su Pasión viviente, una representación de la Pasión de Cristo desde la entrada triunfal en Jerusalén hasta su crucifixión y muerte que se celebra desde 1976.
Otras propuestas singulares son los Empalaos de Valverde de la Vera, la noche del Jueves al Viernes Santo; el Chíviri en Trujillo y la Carrerita de Villanueva de la Serena, el Domingo de Resurrección; o la romería de Piedraescrita de Campanario y las Carreras de Arroyo de la Luz, el Lunes de Pascua.