“En octubre de 2020, el coleccionista de arte afincado en Miami Pablo Rodríguez-Fraile se gastó casi 67.000 dólares en una obra de arte en vídeo de 10 segundos que podría haber visto gratis en Internet. La semana pasada la vendió por 6,6 millones de dólares”. Reuters – Technology News 01/03/21 8:21 AM
El video se puede ver aquí Y, por supuesto, se puede descargar con sencillez una copia. Pero no el original, aunque tratándose de objetos digitales no existan diferencias entre ambos. ¿O sí?
Los NFTs (‘Non Fungible Tokens’) son activos, valores, referenciados en una ‘blockchain’, la tecnología que da soporte y carta de naturaleza a conocidas criptomonedas como Bitcoin, Ethereum y muchas otras. La principal característica de una ‘blockchain’ es su transparencia y la inalterabilidad de las operaciones registradas sobre ella. La generación de un bitcoin queda registrada en la cadena, al igual que cualquier transacción posterior que se produzca con él. Además, las monedas carecen de identidad individual, de manera que un bitcoin es intercambiable por otro; y son divisibles dado su creciente valor, siendo frecuente operar con fracciones de bitcoins.
Los NFTs, por el contrario, son únicos, identifican un activo de manera exclusiva y también son indivisibles. Pero, al igual que las criptomonedas, son indestructibles, quedan vinculados de forma permanente a la ‘blockchain’ a la que se vinculan; confieren propiedad total a su poseedor, no una licencia de uso; y su ciclo de vida es completamente verificable, pudiéndose trazar el camino íntegro desde su creación hasta su último propietario, pasando por todas las transacciones en las que ha intervenido.
La vinculación de un activo a una ‘blockchain’ se realiza mediante un contrato ‘inteligente’, un conjunto de condiciones que pueden incluir el objeto en sí mismo, si es digital, codificado dentro de la cadena, que debe soportar esta posibilidad. Ethereum, por ejemplo, lo hace.
La ‘unicidad’ de estos activos debe entenderse como ‘ediciones limitadas’ en las que la longitud de la tirada determinará la exclusividad del bien. En los casos más excepcionales como el del vídeo anterior esa edición será única.
Los NFTs han dado alas al coleccionismo de objetos digitales. Más allá de la especulación en el arte digital resurge el coleccionismo de cromos, ahora virtuales, como en Sorare, donde algunas cartas superan los 50.000 euros de coste. También ha aparecido la especulación inmobiliaria en mundos digitales como Minecraft o Decentraland, donde es posible adquirir muebles virtuales de diseño por importes muy reales. Incluso la NBA ha lanzado su plataforma Top Shot, en la que vende y subasta ‘momentos’ de su historia.
Alrededor de los NFTs han surgido mercados en los que aficionados, coleccionistas y especuladores pujan por los activos de su interés. Nifty Gateway y OpenSea son dos de los más conocidos. Es más que previsible la ‘tokenización’ de muchos elementos digitales, pues aportará diferencia y exclusividad, con la consiguiente generación de valor económico.
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