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Un estudio analiza la influencia de la socialización online en la adicción a las redes sociales en adolescentes

Un estudio analiza la influencia de la socialización online en la adicción a las redes sociales en adolescentes
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La doctora Isabel Borrego Hernández, colaboradora de Grada desde 2013, ha publicado un artículo en la ‘American Research Journal of Humanities & Social Science’ sobre la influencia de la socialización online en la adicción a las redes sociales en adolescentes de 14 a 18 años.

Los resultados de su estudio confirman que existe una relación entre la práctica deportiva y las preferencias de socialización online entre adolescentes. Así, quienes no realizan actividades deportivas prefieren las interacciones sociales virtuales, afectando a su consumo digital, dado que permanecen mucho tiempo conectados a las redes sociales; mientras tanto, quienes practican deporte, nunca o casi nunca descuidan a amigos o familiares por estar conectados a las redes sociales y, además, no se les llama la atención por el tiempo que destinan a las aplicaciones.

Este estudio también refleja que quienes no practican deporte invierten mucho tiempo al día conectándose y desconectándose, a diferencia de quienes mantienen una rutina deportiva. Y, en este sentido, el alumnado deportista, cuando está en clase sin conectar con las redes sociales, nunca o casi nunca siente aburrimiento, a diferencia de los no deportistas; además, quienes no practican deporte, apenas despiertan ya se están conectando a dispositivos tecnológicos, a diferencia de quienes realizan actividades deportivas. Por otro lado, quienes practican deporte, nunca o casi nunca creen que sea un problema la intensidad y la frecuencia con la que usan las redes sociales, frente a quienes son sedentarios y no practican deporte.

El estudio destaca las señales de alerta relacionadas con el abuso de las redes sociales e identifica indicadores preventivos, como las actividades deportivas, que ayudan a reducir el consumo digital excesivo entre los adolescentes.

Además, recomienda que estos hallazgos se compartan con educadores y padres. Concienciar a los profesionales de la educación y a las familias sobre los riesgos del uso excesivo de las aplicaciones puede promover su uso responsable entre los adolescentes.

Por este motivo, los adultos deben establecer normas y límites respecto al uso de la tecnología por parte de los adolescentes, concienciándolos sobre los peligros que supone para su salud física y psicológica, dado que también puede afectar a otras áreas de su vida, como la personal, la familiar y la social. Además, se debe llevar a cabo la planificación de actividades deportivas para esta población, con el fin de promover actividades de ocio saludables.

Por lo tanto, la implementación de actividades deportivas ayudará a los adolescentes a desconectar del mundo virtual y promoverá valores como el compañerismo y el espíritu de equipo.


Isabel Borrego es psicóloga clínica, investigadora y una gran implicada en el tratamiento de la salud mental en adolescentes. Su trayectoria profesional la ha llevado a trabajar en diversos ámbitos, desde hospitales y centros sociales hasta proyectos internacionales con entidades sin ánimo de lucro. Siempre ha mostrado su compromiso por comprender y atender los retos emocionales que afectan a los más jóvenes.

Con una mirada rigurosa y cercana, Isabel nos comparte sus hallazgos y reflexiones sobre cómo prevenir la adicción de los adolescentes a las redes sociales desde el entorno escolar, familiar y social.

Cuéntenos un poco sobre su pasión por la psicología.
Mi trayectoria formativa relacionada con el ámbito de la Psicología empezó estudiando la carrera de Trabajo Social; quería asistir a los colectivos más vulnerables. Después continúe con la licenciatura de Psicología; deseaba ayudar no solo a nivel social sino también a nivel psicológico. Seguí con la especialización clínica, diversos masters y postgrados específicos, y finalicé con el doctorado investigando sobre diferentes temas de actualidad, principalmente en materia de adicciones tecnológicas con población adolescente.

Respecto a mi trayectoria laboral, desde 2009 la he desarrollado en hospitales públicos y privados, entidades sociales y organismos gubernamentales trabajando como psicóloga clínica con adultos y población infanto-juvenil en el ámbito de adicciones, discapacidad, salud mental y neurociencias, así como en el ámbito de la dirección y coordinación de equipos y proyectos, y en la docencia en formación reglada y no reglada.

Siempre me ha gustado la investigación científica; por este motivo, en la carrera de Psicología ya empecé a colaborar en varias investigaciones como alumna interna en barrios desfavorecidos, como el Polígono Sur y Torreblanca de Sevilla, con diferentes colectivos (inmigrantes del norte de África, bandas urbanas, personas en situación de calle…). Tras años de experiencia laboral y formativa empecé a colaborar en cooperación internacional con entidades como Médicos Sin Fronteras, Cruz Roja Española y otras oenegés en diversos proyectos sociales en países como Marruecos, en concreto creando escuelas y ofreciendo asesoramiento psicológico a menores en situación de riesgo.

En su investigación ‘Actividades extraescolares en adolescentes para prevenir la adicción a las redes sociales’ hay mucha diferencia entre hombres y mujeres. ¿Cree que es un problema a largo plazo que esta disparidad sea tan evidente?
Por supuesto, creo que es un problema evidente en la sociedad actual que hay que paliar, porque si siguen estas diferencias tan manifiestas respecto al sexo vamos a encontrarnos con una población femenina adolescente con muchos problemas de obsesión, uso compulsivo y adicción a las redes sociales, debido a que ignoran el gran impacto negativo que tiene en ellas un ocio ligado al ámbito digital.

Por tanto, es esencial y recomendable desarrollar campañas de sensibilización o concienciación por parte de los organismos gubernamentales para que sean conscientes tanto las familias como las adolescentes del uso irresponsable de la tecnología y de los peligros que causa en todas las esferas de su vida. Además, es necesaria la planificación de actividades extraescolares (físicas o artísticas) de las jóvenes de 14 a 18 años para que desarrollen un ocio saludable, enseñándoles rutinas alejadas de las pantallas y del mundo virtual. También se aconseja la aplicación práctica en el aula y en el ámbito familiar de las aportaciones encontradas en esta investigación, debido a que hay unas señales de alarma en cuanto a abuso de redes sociales, así como unos indicadores de prevención, como las actividades extraescolares, que ayudan a reducir el consumo abusivo digital de los adolescentes, que deben conocer el profesorado y los progenitores.

¿Cómo fue la recogida de datos para la investigación?
No fue nada fácil, porque los datos se recogieron en un momento post pandemia covid19; por tanto, costó mucho conseguir la muestra debido a que los centros educativos aún ponían muchas limitaciones para contactar con las familias y con los adolescentes.

En primer lugar, se contactó con los centros educativos por medio de una carta informativa, en la que se explicaba el tipo de investigación que se iba a realizar con el alumnado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional, garantizando el anonimato y la confidencialidad de los datos.

En segundo lugar, obtenido el consentimiento de los centros se solicitó el permiso a los padres (vía email) adjuntando los documentos necesarios. Una vez conseguidos los permisos, se procedió a pasar el cuestionario al alumnado utilizando Google Forms; en algunos centros se actuó de forma presencial y en otros se procedió vía email. El cuestionario se administró mediante grupos naturales o clases.

Todos los escolares fueron debidamente informados del propósito, su carácter confidencial y voluntario (tras las aprobación de sus progenitores), así como del anonimato de sus respuestas, y que esta investigación estaba aprobada por la Universidad de Extremadura.

¿Qué suponen las actividades extraescolares para los adolescentes?
Adquirir unos hábitos saludables en su rutina diaria, disciplina y valores como el trabajo en equipo, la capacidad de esfuerzo y mejorar las relaciones paterno-filiales y del grupo de iguales. Además, les hace ser conscientes de los beneficios para su salud física y mental, ayudándoles a tener un mejor rendimiento académico, así como apreciando los momentos en familia y con las amistades al alejarse del ámbito virtual.

Muchos investigadores defienden que la adicción a las redes sociales es un trastorno de comportamiento muy grave.
Desde mi punto de vista profesional, en la actualidad la adicción a las redes sociales es un problema de comportamiento muy frecuente y problemático, que provoca consecuencias muy negativas en las personas que lo sufren, como pensamientos obsesivos continuos con las redes sociales, descontrol personal y descuido en todas las áreas de su vida, además de cambios emocionales repentinos e inexplicables al no tener conexión.

¿Qué problemas puede causar esta adicción?
En ocasiones, los adolescentes no son conscientes del patrón de consumo virtual que tienen; pueden pasar del uso al abuso y a tener una adicción a las redes sociales sin darse cuenta. Normalmente se desorientan con el tiempo que le dedican a las aplicaciones, se empiezan a obsesionar con lo que estará pasando en las redes sociales y tienen miedo a no estar informados sobre lo que pasa en la red o quedar al margen de lo que dice u opina su grupo de iguales en las redes.

Además del aislamiento que empiezan a tener en todos los ámbitos de su vida, descuidando sus estudios, horas de sueño, autocuidado personal… empieza un descontrol excesivo que se hace visible en todos los contextos por el entorno más cercano y unos cambios de ánimo repentinos (tristeza, ansiedad, irritabilidad) cuando no están conectados, desembocando en conflictos diversos.

¿Cree que se debe concienciar más en los institutos y en casa sobre la importancia que tiene el deporte para socializar?
Por supuesto; hay que aumentar las campañas de concienciación en los centros educativos para que los menores, así como las familias y el profesorado, identifiquen las señales de alerta relacionadas con el abuso de las redes sociales, además de adquirir conocimientos sobre la importancia de instaurar acciones preventivas, como las actividades deportivas, que ayudan a reducir el consumo digital excesivo entre los adolescentes.

Asimismo, habría que sensibilizar a los profesionales y a los progenitores sobre los riesgos del uso excesivo de las redes sociales y promover un uso responsable entre los más jóvenes. Por este motivo, los adultos deben establecer normas y límites respecto al uso de la tecnología por parte de la población adolescente, concienciándola sobre los peligros que supone para su salud física y psicológica, que también puede afectar a otras áreas de su vida (personal, familiar y social). La implementación de actividades deportivas ayudará a los niños a desconectar del mundo virtual y promoverá valores personales como el compañerismo y el espíritu de equipo.

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