En las culturas occidentales se ha considerado el progreso en función de las necesidades humanas, en especial de los grupos que ostentan el poder. Esto ha ocurrido particularmente desde la Ilustración. Sin embargo, en las últimas décadas, la crisis socio-ambiental está obligando a cambiar este modo de concebirlo.
En 1892 la científica estadounidense Ellen Swallow fue pionera al exponer que “los seres humanos viven en un ambiente, y este ambiente tiene algunos efectos en la salud, por lo que cambios en el medio ambiente puede tener consecuencias que afectan al bienestar y la enfermedad”.
Y en 1893 el British Medical Journal reivindicó el término ‘Oekología’ como “la exploración de los interminables fenómenos de la vida animal y vegetal tal como se manifiestan bajo condiciones naturales”.
Si la academia hubiese aceptado la definición de esta mujer haría ya más de 150 años que habríamos estado haciendo Ecología integral. Pero el devenir histórico fue otro, con un desarrollo de la Ciencia tan fragmentado y especializado que hubo que esperar a 1972 para que la comunidad científica internacional pidiera comunicar públicamente en la ONU los graves problemas a los que se enfrentaba la humanidad por el abuso despiadado de los recursos naturales. Paralelamente, y bastante vinculado a los acontecimientos sociales derivados de mayo del 68, surgió como ideología el ecologismo. La Ecología no es sinónimo del ecologismo.
La Ciencia Ecológica de mayor calidad es multidisciplinar. Implica no solo factores abióticos (clima, suelo) sino seres vivos, sus relaciones, y el propio cuidado de la salud y la debilidad humana y social. Por eso hoy se habla de Ecología integral.
Incluso el papa Francisco, para sorpresa de no pocos, ha escrito una encíclica llamando a los cristianos a que se conviertan a la Ecología integral. La conversión ecológica que propone Francisco asume con naturalidad otras realidades, la apertura a la trascendencia. Y hace un planteamiento muy atractivo de lo que se llama ya en la Iglesia Católica la espiritualidad ecológica, que es uno de los 7 OLS (Objetivos Laudato Sí).
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Trinidad Ruiz Téllez
Profesora titular de Botánica de la Universidad de Extremadura y militante de Profesionales Cristianos