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Una nueva publicación recoge el patrimonio histórico-artístico de Almaraz

Una nueva publicación recoge el patrimonio histórico-artístico de Almaraz
Juan Antonio Díaz y José Antonio Ramos. Foto: Cedida
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El libro ‘El patrimonio histórico-artístico de Almaraz (Cáceres) y su entorno arqueológico’ ha sido presentado en el Aula de Cultura del Ayuntamiento de la localidad, con la presencia de su alcalde, Juan Antonio Díaz.

En su intervención ha valorado el recorrido de esta publicación por la historia y el patrimonio de la localidad: “Desde sus calles hasta sus monumentos centenarios, los restos del castillo con su imponente torre, la iglesia parroquial con sus obras artísticas y los yacimientos arqueológicos del territorio, cada página nos invita a sumergirnos en la rica herencia que esta villa medieval tiene para ofrecer”.

“Es un testimonio de la pasión del autor por esta tierra, una pasión que se traduce en cada descripción detallada y en cada anécdota compartida. A través de sus palabras, Almaraz cobra vida, y somos transportados a sus campos ondulantes y a sus tradiciones arraigadas. Pero este libro es más que una mera colección de datos históricos o paisajes pintorescos; es un homenaje a la identidad única de Almaraz y a las personas que la han moldeado a lo largo de los siglos. Es un recordatorio de que detrás de cada calle hay historias por contar y que cada piedra tiene algo que revelar”, ha añadido.

Almaraz, con sus calles empedradas y sus casas de fachadas blancas impolutas, parece sacado de un cuento de antaño. Pero detrás de su apacible apariencia se oculta una narrativa fascinante, tejida con los hilos del tiempo y las huellas de civilizaciones pasadas. Desde tiempos inmemoriales, este rincón ha sido testigo de los vaivenes de la historia, marcados por conquistas, tradiciones arraigadas y un espíritu indomable que perdura hasta nuestros días.

Almaraz es un crisol de culturas, donde se fusionan las influencias árabes, judías y cristianas, dejando un legado arquitectónico y cultural que perdura hasta el día de hoy. Desde las ruinas de su antigua fortaleza hasta sus pintorescas viviendas de sabor popular, cada rincón de este lugar respira historia y tradición. En estas páginas también se explora la relación entre Almaraz y su entorno natural, donde la exuberante vegetación y la biodiversidad deslumbrante se funden con la vida cotidiana de sus habitantes. Desde los campos de olivos que se extienden hasta donde alcanza la vista hasta los bosques frondosos que acunan una fauna variada, el paisaje de Almaraz es un testimonio vivo de la belleza y la vitalidad del medio ambiente.

En la carretera que va de Madrid a Lisboa se encuentra la comarca geográfica del Campo Arañuelo, que debe su nombre a un parásito del olivo, llamado arañuelo. La comarca limita al norte por el río Tiétar, que lo separa de la Vera, al sur por las Villuercas, al este por la provincia de Toledo y al oeste por el Parque Nacional de Monfragüe y el río Tiétar.

Esta comarca es, en sí, una extensa llanura árida que contó en la Baja Edad Media con presencia de bandoleros que atacaban a los peregrinos y asaltaban a los ganaderos, hasta que la corona llevó a cabo un importante proceso de repoblación cediendo la jurisdicción señorial a los nobles para que se comprometiesen a defender y explotar estas tierras. Las crisis provocadas por las luchas nobiliarias abarcaron desde la Baja Edad Media, en que fuera agregado como sexmo al término de Plasencia, hasta la Edad Moderna.

Uno de los pueblos más pintorescos es Almaraz, que en árabe quiere decir ‘el labrantío’. Otros autores consideran que los árabes le dieron su nombre, significando ‘encuentro’ y fundaron en sus cercanías la fortaleza de Albalat; se piensa que en esta localidad extremeña se reunieron Tarik y Muza. Como testimonio de ello se incluye en el escudo municipal un creciente de plata.

El municipio de Almaraz está situado al Noreste de la provincia de Cáceres en la Alta Extremadura, pertenece a la comarca de Navalmoral de la Mata. Se asienta en un terreno llano, en un amplio valle delimitado por el embalse de Arrocampo y por los ríos Tiétar y Tajo, que constituye el principal curso de agua. El río Tajo, arteria vital de la región, serpentea a través del Campo Arañuelo, dotando al paisaje de una fertilidad excepcional y proporcionando vida a una diversidad de ecosistemas acuáticos y terrestres. Sus aguas, que fluyen serenas en algunos tramos y rugen con fuerza en otros, son un símbolo de la vitalidad y la fecundidad de esta tierra.

El casco urbano está situado a 277 metros de altitud. El término municipal de Almaraz cuenta con una superficie escasa de 33,83 kilómetros cuadrados, enclavado en el Campo Arañuelo, paraíso natural que invita a la exploración y la contemplación, donde la belleza del paisaje se funde con la riqueza de su patrimonio cultural. Ya sea caminando por sus senderos serpenteantes, navegando por las aguas del río Tajo o simplemente admirando la puesta de sol sobre los campos dorados, este rincón de Extremadura deja una impresión imborrable en aquellos que tienen el privilegio de visitarlo.

Cuenta con importantes recursos naturales, como la Sierra de Almaraz, la Dehesa Boyal, Las Dehesillas, la Dehesa de Arriba, la Dehesa de Valdeobispo, la Dehesa El Campillo, la Dehesa de Torrejón, Los Terreros, el cerro Molinillos y el cerro de la Aceña, y los regadíos de Las Camanillas y Cañaluenga.

Además de su belleza natural, el Campo Arañuelo también alberga un rico patrimonio cultural, con pueblos pintorescos y monumentos históricos que atestiguan la rica historia de la región. Desde las ruinas romanas de Augustóbriga hasta los castillos medievales que coronan las colinas, cada rincón del Campo Arañuelo está impregnado de historia y tradición.

Uno de los parajes más generosos lo encontramos en el camino y embalse de Valdecañas. Por la carretera, hermoso paisaje: abrupto y montañoso a la izquierda; llano y en forma de meseta a la derecha, en el paraje llamado Valdeobispo, donde se sitúan los restos del poblado y necrópolis de la Edad del Hierro Cueva de Mingo el Moro o Castro y Castillo de Boxe. Al final de la carretera, el embalse junto al río Tajo.

Asimismo, junto al margen del antiguo arroyo Arrocampo, afluente del Tajo, hoy se ha convertido en un magnífico lago artificial, donde anidan gran cantidad de aves acuáticas y donde se practica el deporte de la pesca con variadas competiciones anuales.

El paraje ‘Dehesa Camadilla’ se extiende desde las inmediaciones del casco urbano de Almaraz hasta las orillas del embalse de Arrocampo. Dicho embalse cuenta además con la declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde 2004. Se trata de una dehesa de encinas con un excelente estado de conservación conformada por árboles de excelente porte, asociada a pastizales naturales y a su aprovechamiento ganadero tradicional.

Con respecto a la avifauna del entorno hay que destacar la presencia de varias especies recogidas en el Decreto 37/2001 que se regula el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en la categoría de ‘En peligro de extinción’, como la garcilla cangrejera y el avetoro común; otras incluidas en la categoría de ‘Sensibles a la alteración de su hábitat’, como la garza imperial; y especies incluidas en la categoría de ‘Vulnerables’ como la garceta grande.

La flora del Campo Arañuelo es tan variada como pintoresca, con una mezcla de especies mediterráneas y atlánticas que se adaptan al clima templado y húmedo de la región. Bosques de encinas, alcornoques y quejigos dominan el paisaje, ofreciendo refugio a una abundante variedad de fauna. Desde majestuosos ciervos hasta ágiles corzos, desde aves rapaces como el águila imperial hasta pequeños mamíferos como el tejón, la biodiversidad del Campo Arañuelo es un tesoro que merece ser preservado. De hecho, el embalse de Arrocampo es un verdadero paraíso ornitológico. Si las zonas de sierra y dehesa de la Reserva son el lugar ideal para contemplar grandes rapaces y buitres, Arrocampo es el paraíso de especies animales y aves acuáticas: zampullín común, somormujo lavanco, cormorán grande, avetorillo común, martinete común, garcilla cangrejera, garcilla bueyera, garceta común, garza real, garza imperial, ánsar común, cerceta común, porrón europeo, elanio común, milano negro, milano real, aguilucho, águila pescadora, gallineta, focha común, avefría europea, gaviota reidora. Entre los mamíferos destaca la nutria y entre los peces la carpa, el blak-bass y el barbo.

El embalse de Arrocampo se localiza en el noreste de la provincia, abarcando los términos municipales de Saucedilla, Almaraz, Romangordo y Serrejón. Ubicado dentro de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, es un embalse atípico y no muy grande si lo comparamos con sus vecinos de Valdecañas o Alcántara. De forma alargada, discurre casi en paralelo a la autovía de Extremadura entre Almaraz y Saucedilla, pudiendo acceder a él a través de la carretera que une estas dos localidades. No ha sido creado para generar electricidad ni para abastecer zonas de regadío. Su misión es refrigerar las turbinas de la central nuclear de Almaraz, lo cual tiene una serie de repercusiones ecológicas que lo hacen diferente de cualquier humedal de la región. En primer lugar, la refrigeración provoca que la temperatura del agua se eleve entre 2 y 5 grados de media por encima de lo habitual en esta zona. Además, la continua oxigenación del agua favorece la concentración de nutrientes, incrementando la productividad a todos los niveles. Por último, su nivel de llenado no sufre oscilaciones a lo largo del año, permaneciendo prácticamente estable sin acusar el efecto del estiaje en verano.

Estas circunstancias favorecen que se desarrolle una densa vegetación de eneas en algunas de sus orillas, siendo el hábitat de nidificación de algunas de las especies más emblemáticas de este lugar, como el calamón, el avetoro, la garza imperial o el aguilucho lagunero. También destacan las colonias de ardeidas, con importantes poblaciones de garcilla bueyera, garceta común, garcilla cangrejera, garza real y martinete, a las que se les añaden varias parejas de espátulas.

Más de 170 especies de aves se pueden observar en el embalse de Arrocampo a lo largo del ciclo anual, razón por la que ha sido declarado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Además, en Almaraz se ha declarado la dehesa que rodea al embalse como Parque Periurbano de Conservación y Ocio, mientras que en Saucedilla se ha creado un Parque Ornitológico, colindante con el anterior. Ambos ofrecen servicios e infraestructuras de calidad a aquellos que se acerquen a disfrutar de las aves al entorno del embalse, como observatorios, torretas, rutas señalizadas o puntos de información.

Entre marzo y junio no debemos dejar de visitar la iglesia de Saucedilla, una de las ZEPA urbanas declaradas en Extremadura para conservar las colonias de cernícalo primilla, que en este edificio ronda las 20 parejas.

Existen varias rutas por los alrededores de Almaraz, Saucedilla y el embalse de Arrocampo, y de varios aguardos o casetas de avistamiento desde los que contemplar o fotografiar la gran variedad de aves acuáticas que se dan cita en este lugar, donde confluyen tres zonas ZEPA, hogar de cernícalos primilla, avetorillo, martinete, garza imperial, garcilla cangrejera, avetoro, buscarla unicolor, bigotudo, calamón, cormorán andarríos o ruiseñor pechiazul.

Cabe destacar la rica e importante desde el punto de vista de la conservación, comunidad de orquídeas y hongos. Asimismo, se localizan en la zona varias especies de orquídeas incluidas en el Catálogo de Especies Protegidas de Extremadura en las categorías de Interés Especial, concretamente Ophrys dyris, Orchis papilonacea y Orchis itálica. También es posible encontrar un endemismo de la zona Ophrys apífera var. Almarecensis, cuya única localización conocida es ‘El Sierro’, cerro calizo con una extensión aproximada de 120 hectáreas y una altitud de 393 metros, desde donde se domina la población de Almaraz y la campiña de sus alrededores.

El Orchydarium de Almaraz es un jardín botánico y espacio expositivo para la interpretación y el conocimiento de una de las particularidades más destacables y exclusivas del patrimonio natural de Almaraz, la orquídea silvestre europea y el universo que la rodea. Se puede ver la orquídea endémica de Almaraz, ‘Ophrys apifera subsp almaracensis’.

Entre la diversidad de la fauna destacamos en el grupo de los anfibios a la rana común, gallipato y sapillo moteado ibérico; aves como el avetoro común, avutarda común, bengalí rojo, buitre negro, buscarla unicolor, rabilargo o mohíno, águila culebrera, águila imperial, águila o aguililla calzada, águila real o águila caudal, alcaraván común, búho real, cigüeña blanca, cigüeña negra, cormorán grande y garza blanca; mamíferos como el ciervo, conejo común, liebre ibérica, corzo, zorro y jabalí.

Las ventajas económicas del Campo Arañuelo surgieron por los planes de desarrollo y el incremento de cultivos, gracias a los planes desarrollistas del siglo XX, especialmente, los planes de autarquía agrícola, cuando fueron construidas las grandes presas de Valdecañas y Torrejón entre los años 50 y 60 del siglo XX, así como al embalse de Arrocampo-Almaraz, para atender las necesidades de refrigeración de la central nuclear. En la actualidad es una de las comarcas cacereñas más ricas y desarrolladas. La población continúa utilizando el adehesado como aprovechamiento tradicional, biosistema mixto en el aprovechamiento del suelo: cultivo (secano, pastos, barbecho y regadío) y ganado bovino y ovino.

De la segunda mitad del siglo XX hay que destacar que dos grandes proyectos industriales, el embalse de Valdecañas y la central nuclear de Almaraz, afectaron positivamente a la vida económica y demográfica de Almaraz. Entre 1957, fecha de comienzo de la presa de Valdecañas, y 1965, Almaraz duplica su población, que se había mantenido en 1.000 habitantes durante todo el siglo. La población cae hasta los 900 habitantes en los primeros años 70. A partir de 1973 comienzan las obras de la central nuclear, que en ciertos momentos albergó hasta 5.000 puestos de trabajo.

A partir de 1970 rompe con el modelo demográfico extremeño, experimentando un aumento continuado de población hasta los años 90 del siglo XX (1.400 habitantes), llegando a alcanzar en 1999 los 1.447 habitantes, lo cual se debe a la construcción de la central nuclear, llevándose a cabo un claro aumento de la natalidad y un proceso de estabilización de la población. Almaraz tiene una población censada al 1 de enero de 2022 de 1.687 habitantes.

Del siglo XVI data la iglesia de San Andrés, junto a la cual se desarrolla la trama urbana más antigua que se conserva a día de hoy: Plaza de la Villa, Real, Plaza Nueva, Iglesia, Plazuela de San Andrés, Costanilla, San Roque, Estación, Plaza Hornos, Plasencia, Reloj, Moralejo, Norte, Cerro, Cantarranas y Nueva.

No obstante, debemos buscar los orígenes del asentamiento humano en el castro que se localiza en el margen derecho del Tajo en el Valle del Oreganal. Este enclave debió aglutinar la población local durante la Edad de Hierro hasta la llegada de los romanos que fueron desplazándose del improductivo ribero hacia la llanura por donde discurría la vía que enlazaría el Oeste con el centro de la Meseta y el Este.

En Almaraz se ha mantenido en algunas calles una típica arquitectura tradicional, aunque los cambios sociales y económicos producidos en los últimos años han afectado directamente a esta arquitectura vernácula; por ejemplo, el declive de una arquitectura tradicional sobre la base de animales de tiro, arados, carros, aves de corral, etc. con sus obligadas construcciones (cuadras, pajares, graneros, etc.). Además hay que tener en cuenta la sustitución de las antiguas labores del campo por una agricultura modernizada sobre la base de la mecanización y la comercialización estatal y de grandes empresas que se han asentado en el municipio y la instalación de la central nuclear.

Se conservan los edificios de una o dos plantas, teniendo como epicentro la iglesia parroquial que se yergue en su plaza mayor de la que parten las calles laterales. La arquitectura dominante en el casco antiguo se identifica con la construcción sencilla y de escasos recursos económicos, presentando unos rasgos tipológicos característicos de viviendas adosadas conformando manzanas cerradas o agrupación de viviendas en hileras. Está resuelta con una estructura vertical a base de muros de carga de gran espesor, generalmente paralelos a la fachada o bien entre medianeras, ejecutados con piedras del lugar, pizarra o cuarcita asentadas con argamasa, en el nivel de planta baja y bloques de adobe o tapial en la planta alta, los techos entre niveles están resueltos con viguería y entramado de madera con algún solado de cemento o cerámico, en algunas viviendas la viguería de madera ha sido sustituida por metálica con rosca de ladrillo.

La iglesia parroquial y el anterior edificio de la casa del ayuntamiento significan los elementos más representativos de este municipio, donde destaca la tradicional vivienda popular del Llano en las calles que circundan este espacio placero, al igual que las del resto de poblaciones del Campo Arañuelo. En torno a la iglesia estaba el primitivo cementerio del pueblo hasta que fue clausurado en 1893.

Almaraz contó con un pósito donde se guardaba la reserva de trigo de la población y, además, era una institución tradicional de crédito rural, en su origen para regular el precio del grano. El pósito se encontraba en las dependencias del Ayuntamiento, según consta en el Interrogatorio de la Real Audiencia de 1791. Su actividad tradicional se centraba en la acumulación de grano en tiempo de abundancia que se prestaban a un tipo de interés bajo a los agricultores en el momento en que los necesitaran, lo que podría paliar las malas cosechas y las crisis de subsistencia.

Aunque el territorio que circunda Almaraz no es muy conocido por sus yacimientos arqueológicos en comparación con otras regiones de España, tiene algunos lugares de interés arqueológico que vale la pena mencionar y que en su mayoría han sido estudiados por los profesores Cerrillo Cuenca, Quijada González y, sobre todo, por González Cordero.

Abundantes evidencias arqueológicas de los grupos cazadores-recolectores han sido localizadas en el Campo Arañuelo, diseminadas en las terrazas de los ríos, zonas lacustres y orillas del drenaje comarcal, avalados por la presencia de piezas líticas encontradas en el territorio.

Uno de los escasos poblados asentados sobre el borde del río Tajo es el Castillejo de Valdecañas, situado en un cerro a 432 m, altura considerable respecto a su más inmediato en torno. La sierra de Almaraz se alza justo al otro lado del relato que corre al norte, por lo que este centro no es el punto más destacado del paisaje.

A escasos nueve kilómetros de Almaraz se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia de Cáceres, Canaleja (Romangordo), en cuyo valle y cuevas se han encontrado abundantes restos de industria pastoril y restos de animales (huesos, denticiones), que denotan un proceso de domesticación en la zona.

Se han localizado en el territorio restos de un poblamiento de la Edad del Hierro, situado en la margen derecha del Tajo, concretamente en la Dehesa de Valdeobispo, denominado como Castro o Castillo de Boxe, un poblado acordonado por una línea de muralla, con un enorme túmulo de piedra de más de 16 metros de altura que ejerció las funciones de torre defensiva en la zona de la acrópolis del poblado.

El territorio sufrió un proceso importante de romanización. A 13 kilómetros de Almaraz aún subsisten los restos de la villa romana del Olivar del Centeno (Millanes). El yacimiento que tuvo su vigencia entre los siglos I-II d. C., se halla enclavado al sur de la localidad en una pequeña loma, próxima a las Viñas de Montecillo. En todo el área circundante se localizan restos: sillares, tégulas, etc., pero lo más importante son los mosaicos, cuya serie constituye hasta el momento uno de los mejores ejemplos de temas figurativos localizados en la provincia de Cáceres.

La primera carta de repoblación de Almaraz fue concedida por el rey Fernando III en 1220, aunque sería en el siglo siguiente cuando culmine este proceso. Estamos ante el primer documento que hace referencia al lugar de Almaraz. En un principio, la repoblación se efectuaría con la inmigración de nobles y caballeros de Ávila, así como de pastores trashumantes abulenses que bajaban en invierno y primavera, huyendo del frío, de las nieves y de la ausencia de pastos, para alimentar a su ganado.

El actual escudo heráldico de Almaraz fue aprobado en 2005: Escudo partido, primero, de oro, una banda de azur engolada en dragantes de sinople. Bordara de gules, con ocho aspas, de oro. Segundo, de gules, un creciente de plata. En campaña, ondas de plata y azur. Al timbre, corona real cerrada. El primer cuartel del escudo son las armas de los Almaraz. Los caudillos árabes Tarik y Muza, como ya hemos comentado, al invadir España en el siglo VIII, se encontraron en esta villa. Como testimonio de ello se incluye en el escudo un creciente de plata. El río Tajo, como límite meridional del término municipal, es simbolizado por ondas de plata y azur, clásica representación heráldica de las corrientes de agua.

En su patrimonio artístico destacan la iglesia parroquial de San Andrés apóstol, la ermita de Nuestra Señora de Rocamador, el Rollo, el castillo y el puente.

Y entre sus fiestas y celebraciones encontramos la romería a la ermita de la Virgen de Rocamador el primer domingo de mayo, así como las procesiones en Semana Santa: Jueves y Viernes Santo, procesiones con imágenes de la Dolorosa y Crucificado; el Sábado Santo la procesión del Silencio, con imagen del Cristo yacente, acompañado solo de hombres; y el Domingo de Resurrección las procesiones del Encuentro entre Jesús Resucitado y María, llevados en andas hasta encontrarse bajo un arco hecho de madera, hierbas y flores por los quintos la madrugada anterior.

También destacan la festividad del Corpus Cristi y, del 15 al 17 de agosto, sus fiestas patronales en honor a San Roque. Además, el 30 de noviembre se celebra San Andrés, con luminaria de los quintos.

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